sábado, 20 de abril de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS



ORACIÓN DEL LABRADOR



Señor, Dios Nuestro, 
Señor de la lluvia y de los vientos,
Señor del rastrojo y del barbecho,
Señor del atardecer y de la noche,
Señor de la madrugada y de la hora del sesteo,
Señor de la sementera y de las mieses ya granadas,
Señor de la tierra recién labrada.

Guarda, Señor, el alma de los que 
al poner la mano en el arado
no torcieron ni el surco ni el sendero.
Guarda, Señor, el alma de los que 
sembraron con fe, cultivaron con esperanza
y segaron con gratitud lo que de tu 
divina providencia les quisiste dar.

Señor, no supieron vivir de otra manera,
labraron la tierra sin dejar de mirar al cielo.
Torcieron el surco cuando por debilidad 
humana fijaron sus ojos en el suelo.
Nada nuevo, Señor, que no nos avisara 
tu Evangelio.

Corrige tú, Señor, esos surcos que 
por error y pecado torcieron tus siervos
para que, arado ya tu campo, sea todo perfecto.
Ahora de pedimos que estercolada la tierra
con sus cuerpos, cultives la mejor cosecha 
que rebosa en tu granero.
Que sean el mejor trigo, las almas 
de los que te quisieron.

Segada ya la vida, que trillada estaba 
por el sufrimiento, límpiala de tamo del pecado 
y suple con tu bondad lo que de peso falta 
al grano, para que al aventar la última parva,
se quede el alma en tu era limpia de todo pecado.

Que el Señor de la vida y la esperanza,
fuente de salvación y paz eterna,
les otorgue la vida que no acaba
en feliz recompensa por su entrega.

Por Jesucristo Nuestro Señor, que es Dios
y vive contigo en la unidad del Espíritu Santo. 
Amén.

(Germán MartÍnez, seminarista de Pamplona)
La Verdad 12 de abril de 2013