lunes, 12 de julio de 2010

DÉCIMA QUINTA SEMANA DEL T. O.

MARTES
SAN MATEO 11, 20-24

CON UN SOLO GOLPE DE CLIK    http://www.spiritusmedia.org/

Entonces se puso a reprochar a las ciudades donde se habían realizado la mayoría de sus milagros, porque no se habían convertido:
—¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que han obrado en vosotras, hace tiempo que habrían hecho penitencia en saco y ceniza. Sin embargo, os digo que en el día del Juicio Tiro y Sidón serán tratadas con menor rigor que vosotras. Y tú, Cafarnaún, ¿acaso serás exaltada hasta el cielo? ¡Hasta el infierno vas a descender! Porque si en Sodoma se hubieran sido realizados los milagros que se han obrado en ti, perduraría hasta hoy. En verdad os digo que en el día del Juicio la tierra de Sodoma será tratada con menos rigor que tu.

También a Ti, Señor, alguna vez —es un decir— se te acababa la paciencia. Dale que te pego explicando las cosas y, al final, nada. Ni enterarse, ni enterarnos. ¡Qué paciencia, Señor, tenías con ellos y qué paciencia también tienes con nosotros!

Reprochaste a las ciudades en las que habías predicado tantas veces y en las que habías hecho tantos milagros, que por qué, habiendo oído y visto tantas cosas, no se habían convertido. ¡Qué misterio, Señor! ¡Qué misterio!

Y proferiste algunos ayes. Contra Corozain, contra Betsaida, contra Cafarnaún, ciudades preferidas por Ti y en las que tantos ratos habías pasado. Y, sin embargo, nada. Peor que Tiro y que Sidón; peor que Sodoma, que no habían recibido tantas caricias. Y tus ayes, Señor, sonaban a aviso, a acusación, a advertencia.

También nosotros, cristianos de hoy, que hemos recibido tantas gracias, que hemos escuchado tus serios avisos, tus amables advertencias, tus fuertes reprimendas, no te seguimos con garbo, no te entendemos con prontitud; no nos convertimos del todo.

Y también con nosotros —es un decir— se te acaba la paciencia, te molestas, te entristeces, sufres. ¡Qué duros de corazón somos a veces; qué tardos para entender, qué lentos para actuar; qué flojos para seguir tus pasos!

Señor, ten misericordia de nosotros; espera un año más; danos una nueva oportunidad.