jueves, 23 de enero de 2020

23 DE ENERO DE 2020



"Un joven llamado Antonio sabe que Dios quiere algo de él, pero no puede imaginar cuál es su camino. 

Antonio lee las Escrituras, medita, pero sólo entiende su llamada cuando, al entrar en la iglesia, escuchó la proclamación del evangelio: "Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, dalo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme" (Mt 19, 21). 

Como si estas palabras hubieran sido dichas sólo para él, Antonio salió inmediatamente, dio a la gente del pueblo la propiedad que había heredado de su familia, vendió todos los bienes muebles y distribuyó a los pobres la gran suma de dinero que poseía. 

Poco después, en otra asamblea litúrgica, escuchó las palabras del Señor: "No os preocupéis por el día de mañana" (Mt 6,34). Y no pudiendo resistir más, salió de nuevo y dio lo que aún le quedaba 

(cf. Atanasio, Vida de Antonio, 2).