martes, 10 de junio de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS



SAN MIGUEL DE ARALAR 
EN LA PARROQUIA 
DE SANTA TERESA DE JESUS



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1. ARCÁNGEL MIGUEL

MIGUEL, MIGUEL
ARCÁNGEL MIGUEL,
GUARDAD, GUARDAD
A ESTE PUEBLO FIEL
Por Pascua nos llega
el Ángel Miguel;
se alegra la tierra,
los hombres también.
Un fuego en la noche
la Pascua anunció,
y un Ángel anuncia:
“Ya resucitó”
La fe renovada
en tiempo pascual
nos hace testigos
de vida inmortal
Miguel nos enseña
de Cristo la Cruz;
el leño sagrado
será nuestra luz
Venció en la batalla
Miguel al dragón;
y en la Cruz de Cristo
la muerte murió
Hoy llega a nosotros
el Angel de paz
trayendo mensajes
de amor y unidad



Abuelos y nietos,
el hoy y el ayer
veneran gozosos
al mismo Miguel
La fe que nos guardas
desde Aralar
produzca en nosotros
frutos de verdad
Queremos pedirte,
Arcángel Miguel,
Que el pueblo navarro
Sea siempre fiel
El pueblo navarro
Quiere, en tu honor,
Tener como lema:
"Nadie como Dios"
Bendice a Navarra,
Arcángel Miguel,
Defiende a esta tierra,
Protege su fe
Pidamos al Angel
Miguel de Aralar
Que juntos vivamos
En la eternidad







2. MIKEL GUREA
MIKEL, MIKEL,
MIKEL GUREA,
GORDE, GORDE
EUSKAL HERRIA
Goazen, euskalduna,
Aralarrera
Mikel Aingerua
bisitatzera
Aralartik zatoz,
herririk herri,
sinismenez zahar
animaz berri.
Urtero zatozu
gure artera
Kristoren fedean
gu sendotzera.
Euskalen lurrean
ginen gu jaio,
gure sinismena
bizirik dago.
Ongi etorria
gaur denok zuri
zu zaitugulako
gure zaindari.
Euskaldun guztien
zaindari zara
orregatik gatoz
zu agurtzera.
Gurekin zaude hemen,
Aingeru Deuna
bizkor guregan
itxaropena
Denok pozik gaude,
zaindari umil,
aiton-amonak
eta neska mutil

Gure ama lurra
bedeinkatzera
zatozkigu lagun
gure elizara
Biziaren zainak
sendo itzazu,
fede argiz inor
ez dadin antzu.
Gogoz elkarturik
hainbeste jende
ez gaitezen eror
etsaien mende
Bizia dakardu
jaunak emana,
horregatik gatoz
gu zuregana.
“Jainko aina nor da?
eginez galde,
sasi-jauntxoei esan
zenien: “Alde!”
Zinezko kristauak
bedeinkatzera
urtero etorri
zaitez honera.
Herriko gaixoei
eman osasun.
horixe eskatzen
dizugu egun.
Jaunaren aingeru
leial ta zintzo,
bidez-bide eraman
gu zeruraino.
Nor Jainko aina
zeru-lurretan?
berari gorapen
gizaldietan!






3. ADIOS MIGUEL ARCÁNGEL

ADIOS, MIGUEL ARCÁNGEL
MINISTRO GENERAL,
SEA SIEMPRE TU TRONO
LA CUMBRE DE ARALAR
Escucha de esta tierra
la cálida oración,
concédenos la gracia
de ser fieles a Dios
Queremos ser testigos
del Reino de tu Amor:
una fe y un bautismo
y un solo corazón
Si nuestra vida siente
el peso del dolor,
despierta la esperanza,
danos tu protección.
Que nuestra fe esté cerca
del pobre en su aflicción,
y sean los cristianos
testigos de tu amor.



4. AGUR MIKEL AINGERU
AGUR , MIKEL AINGERU
AGINTARI AUNDIA,
IZAN BETI TRONUTZAT
ARALAR MENDIA
Bakarrikan nahi dugu
gure Jaungoikoa,
fede bat, bataio bat,
bihotz bat osoa
Goiaingeru ahaltsua,
jarrai gu laguntzen!
bazoaz baina gurekin
zu zara gelditzen.
Guregana etorri
zu zarenez gero,
zuregana igorik,
hor gaituzu gero!

PARA ESCUCHAR

Zeruetan betiko
elkartu gaitezen,
santutasun bidetik
jo dezagun hemen!
Buruzagi zoriontsu
Mikel Goiaingeru!
gutaz oroitu eta
gu beti babestu!
Bazoaz Aralarra
Aingeru Santua
zerua iristeko
ema















https://www.youtube.com/watch?v=3-27lBEntHg


lunes, 9 de junio de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

SERMÓN DE LA MONTAÑA


Las Bienaventuranzas o beatitudes, expresan cómo debe ser la vida del cristiano, dónde está su verdadera realización y cómo logrará obtener no sólo la felicidad, sino la vida eterna. No en vano las bienaventuranzas han sido llamadas "El compendio del Plan de Dios para el Hombre".

"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los mansos porque ellos poseern la tierra. Bienaventurados los hambrientos y sedientos de Santidad, porque ellos serán saciados.

 Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos conseguirán la misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos a causa de la santidad, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados ustedes cuando los maldijeren y persiguieren y dijeren, mintiendo, todo mal contra ustedes por mi causa. Alégrense, porque la recompensa de ustedes será grande en los cielos". (Mt 5,3-12).


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sábado, 7 de junio de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

SI YO QUIERO QUE ÉSTE PERMANEZCA HASTA QUE YO VENGA, ¿A TI QUÉ? 
TÚ SÍGUEME



Este relato corresponde al ultimo capitulo del Evangelio según San Juan. Por la confrontación de textos se ve que el evangelista es el discípulo al que amaba Jesús, del mismo modo, es el mismo que en la cena descansó sobre el pecho del Señor.

Pedro y Juan aparecen frecuentemente en amistad, leemos en hechos 3:1 “Subían un día Pedro y Juan al templo”… Hechos 3:3-4; “Pues como este viese a Pedro y a Juan…Pedro entonces fijando con Juan la vista..” 3:11 “Teniendo, pues, él de la mano a Pedro y a
Juan.”

Por eso Pedro, que debió de comprender que Cristo aludía a su muerte, se interesó por la suerte de su amigo Juan con relación a su muerte. 

Pero Cristo le respondió: “Si Yo quisiera que éste permaneciese hasta que yo venga, ¿a ti qué (te importa)? Tú sígueme” Si la amistad llevaba a Pedro a querer saber esto, eran planes de Dios, en los que él no debía introducirse. Es la actitud de Cristo en los evangelios.

La pregunta que Pedro plantea, a continuación, a Jesús sobre la suerte del discípulo amado recibe de parte del Maestro una respuesta que no deja lugar a equívocos, en la que afirma la libertad soberana de Dios respecto a cada hombre.


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viernes, 6 de junio de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

PEDRO, 
¿ME QUIERES? 
APACIENTA MIS OVEJAS


También en el ministerio de Pedro se manifiesta, por una parte, la debilidad propia del hombre, pero a la vez también la fuerza de Dios: el Señor manifiesta su fuerza precisamente en la debilidad de los hombres, demostrando que él es quien construye su Iglesia mediante hombres débiles. (...) La tercera referencia al Primado se encuentra en el evangelio de san Juan. El Señor ha resucitado y, como Resucitado, encomienda a Pedro su rebaño. También aquí se compenetran mutuamente la cruz y la resurrección. Jesús predice a Pedro que su camino se dirigirá hacia la cruz. En esta basílica, erigida sobre la tumba de Pedro, una tumba de pobres, vemos que el Señor precisamente así, a través de la cruz, vence siempre. No ejerce su poder como suele hacerse en este mundo. Es el poder del bien, de la verdad y del amor, que es más fuerte que la muerte. Sí, como vemos, su promesa es verdadera: los poderes de la muerte, las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia que él ha edificado sobre Pedro y que él, precisamente de este modo, sigue edificando personalmente. Benedicto XVI, 29 de junio de 2006. 


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jueves, 5 de junio de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

PARA QUE EL MUNDO CREA 
QUE TÚ ME HAS ENVIADO


Hoy, encontramos en el Evangelio un sólido fundamento para la confianza: «Padre santo, no ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que (...) creerán en mí» (Jn 17,20). Es el Corazón de Jesús que, en la intimidad con los suyos, les abre los tesoros inagotables de su Amor. Quiere afianzar sus corazones apesadumbrados por el aire de despedida que tienen las palabras y gestos del Maestro durante la Última Cena. Es la oración indefectible de Jesús que sube al Padre pidiendo por ellos. ¡Cuánta seguridad y fortaleza encontrarán después en esta oración a lo largo de su misión apostólica! En medio de todas las dificultades y peligros que tuvieron que afrontar, esa oración les acompañará y será la fuente en la que encontrarán la fuerza y arrojo para dar testimonio de su fe con la entrega de la propia vida.

La contemplación de esta realidad, de esa oración de Jesús por los suyos, tiene que llegar también a nuestras vidas: «No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que (...) creerán en mí». Esas palabras atraviesan los siglos y llegan, con la misma intensidad con que fueron pronunciadas, hasta el corazón de todos y cada uno de los creyentes.

En el recuerdo de la última visita de Juan Pablo II a España, encontramos en las palabras del Papa el eco de esa oración de Jesús por los suyos: «Con mis brazos abiertos os llevo a todos en mi corazón —dijo el Pontífice ante más de un millón de personas—. El recuerdo de estos días se hará oración pidiendo para vosotros la paz en fraterna convivencia, alentados por la esperanza cristiana que no defrauda». Y ya no tan cercano, otro Papa hacía una exhortación que nos llega al corazón después de muchos siglos: «No hay ningún enfermo a quien le sea negada la victoria de la cruz, ni hay nadie a quien no le ayude la oración de Cristo. Ya que si ésta fue de provecho para los que se ensañaron con Él, ¿cuánto más lo será para los que se convierten a Él?» (San León Magno).


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miércoles, 4 de junio de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

TARSICIO DE AZCONA, 
PREMIO PRÍNCIPE DE VIANA



El sacerdote e historiador Jesús Morrás Santamaría (Tarsicio Azcona) ha recibido este mediodía, de manos de los príncipes de Asturias y Viana, el Premio Príncipe de Viana 2014, que concede el Gobierno de Navarra para reconocer la trayectoria de personas o entidades relevantes en el mundo de la cultura, tanto en los ámbitos de las artes plásticas o la literatura, como en los de la ciencia, la técnica o la investigación.

Tarsicio Azcona es el pseudónimo literario y nombre religioso de Jesús Morrás Santamaría, sacerdote e historiador de reconocido prestigio intelectual, especializado en historia de la iglesia española en tiempos de Enrique IV y de los Reyes Católicos, y en algunos personajes históricos. Es autor, entre otras, de una biografía numerosas veces reeditada y muy reconocida de la reina Isabel la Católica.

Estudió Humanidades en el seminario de Capuchinos de Alsasua, Filosofía en Estella y Teología en Pamplona. Fue ordenado sacerdote en 1946. Cursó estudios superiores de Historia de la Iglesia en Roma, donde obtuvo el título de doctor en Historia de la Iglesia junto con dos diplomas de Biblioteconomía y Archivística en la Escuela del Vaticano.

El Gobierno de Navarra había recibido en esta edición 8 candidaturas para optar a este galardón, las de José María Goicoechea Aizcorbe, Juan Cruz Labeaga Mendiola, Ramón Macías Mora, Ana Mari Marín, Francisco Javier Martínez Bernal, María Ángeles Mezquíriz Irujo, Santiago Montobbio y Jesús Morrás Santamaría.

El premio ha sido otorgado por el Gobierno foral a la vista de la propuesta realizada por el jurado, que está integrado por el Consejo
Integran además el Consejo Navarra de Cultura la presidenta de la Sociedad de Estudios Históricos de Navarra, Mercedes Galán; el deán y archivero-bibliotecario de la Catedral de Pamplona, Julio Gorricho; el abogado, profesor universitario y escritor Pedro Charro; el periodista e investigador, Gabriel Imbuluzqueta Alcasena; el historiador, Javier Itúrbide; la historiadora, Carmen Jusué; el cineasta, Koldo Lasa; el documentalista, Joaquím Llansó; el escenógrafo, Tomás Muñoz; el editor Ricardo Pita; el gerente del Orfeón Pamplonés, Joaquín Romero; la presidenta de la Sociedad de Conciertos Santa Cecilia y vicepresidencia de la Fundación Pablo Sarasate, María Jesús Artaiz y la gestora cultural, Nieves Beloqui.

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martes, 3 de junio de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

Carlos Luanga y compañeros, Santos

Mártires en Uganda


Esa mañana, cuando el rey Mwanga reunió la corte, vibraba en el aire una espasmódica espera. En la sala se notaba la presencia insólita de algunos energúmenos, mientras el grupo de los pajes reales, espléndidos ejemplares de belleza negra, se agolpaban alrededor del trono. Mwanga les dio una orden extraña: “Todos los que no quieran rezar pueden quedarse aquí cerca del trono; en cambio, los que quieran rezar reúnanse allá contra la pared”. El jefe de los pajes, Carlos Lwanga, fue el primero en apartarse, y luego lo siguieron otros quince. “¿Pero ustedes rezan de verdad?”, preguntó el rey. “Sí, señor mío, nosotros rezamos de verdad” contestó Carlos en nombre de todos sus compañeros cristianos, que habían pasado toda la noche anterior rezando. “¿Y están resueltos a seguir rezando?” insistió el rey. “Sí, señor mío, siempre, hasta la muerte”. “Entonces, mátenlos” les dijo bruscamente el rey a los verdugos. En efecto, “rezar” equivalía a “ser cristianos” en ese reino de Mwanga, rey de Buganda, una región que actualmente pertenece a Uganda. Y en el reino de Mwanga rezar, es decir, ser cristianos, estaba absolutamente prohibido.

Los comienzos, en realidad, habían sido buenos. El rey Mutesa al principio había acogido bien, en 1879, a los Padres Blancos de Lavigérie, que después tuvieron que retirarse por las intrigas de algunos jefes. Después, en 1885, fueron llamados nuevamente por Mwanga, y encontraron cristianos comprometidos que ocupaban cargos de responsabilidad. El “katikiro”, una especie de canciller, había tramado una conjuración contra el rey, pero fue descubierto por los cristianos. Entonces este se alió con los notables y brujos, y esta alianza fue fatal para los cristianos. José Mukasa Balikuddembe, consejero del rey, fue decapitado el 15 de noviembre de 1885; en mayo de 1886 fueron muertos Dionisio Sbuggwawo, Ponciano Ngondwe, Andrés Kaggwa, Atanasio Bazzekuketta, Gonzaga Gonga, Matías Kalemba, Noé Mwaggali.

Después les tocó el turno a los pajes de los que hablábamos; pero tres se salvaron, según el uso, sacados a suerte. Entre los trece “mártires” se encontraba Mbaga Tuzinda, hijo del jefe de los verdugos. Naturalmente trató repetidamente de salvarlo, pero él no quiso separarse de sus compañeros. Entre ellos también había un niño de trece años, Kizito. Los veintidós mártires de Uganda fueron beatificados por Benedicto XV, y canonizados por Pablo VI el 18 de octubre de 1964, en presencia de los Padres del Concilio Vaticano II; y el mismo Pablo VI consagró en 1969 el altar del grandioso santuario construido en Namugongo, en donde los trece pajes, dirigidos por Carlos Lwanga, quisieron “rezar hasta la muerte”

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lunes, 2 de junio de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

BUENAS NOTICIAS


Hoy podemos tener la sensación de que el mundo de la fe en Cristo se debilita. Hay muchas noticias que van en contra de la fortaleza que querríamos recibir de la vida fundamentada íntegramente en el Evangelio. Los valores del consumismo, del capitalismo, de la sensualidad y del materialismo están en boga y en contra de todo lo que suponga ponerse en sintonía con las exigencias evangélicas. No obstante, este conjunto de valores y de maneras de entender la vida no dan ni la plenitud personal ni la paz, sino que sólo traen más malestar e inquietud interior. ¿No será por esto que, hoy, las personas van por la calle enfurruñadas, cerradas y preocupadas por un futuro que no ven nada claro, precisamente porque se lo han hipotecado al precio de un coche, de un piso o de unas vacaciones que, de hecho, no se pueden permitir?

Las palabras de Jesús nos invitan a la confianza: «¡Ánimo!: yo he vencido al mundo» (Jn 16,33), es decir, por su Pasión, Muerte y Resurrección ha alcanzado la vida eterna, aquella que no tiene obstáculos, aquella que no tiene límite porque ha vencido todos los límites y ha superado todas las dificultades. 

Los de Cristo vencemos las dificultades tal y como Él las ha vencido, a pesar de que en nuestra vida también hayamos de pasar por sucesivas muertes y resurrecciones, nunca deseadas pero sí asumidas por el mismo Misterio Pascual de Cristo. ¿Acaso no son “muertes” la pérdida de un amigo, la separación de la persona amada, el fracaso de un proyecto o las limitaciones que experimentamos a causa de nuestra fragilidad humana?

Pero «sobre todas estas cosas triunfamos por Aquel que nos amó» (Rom 8,37). Seamos testigos del amor de Dios, porque Él en nosotros «ha hecho (...) cosas grandes» (Lc 1,49) y nos ha dado su ayuda para superar toda dificultad, incluso la muerte, porque Cristo nos comunica su Espíritu Santo.


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domingo, 1 de junio de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

¿QUÉ NOS ENSEÑA LA ASCENSIÓN?
 

Debemos luchar por ser perfectos y buenos para poder ir al Cielo con Jesús. Él vivió como todos nosotros su proyecto y lo fue perfeccionando día a día. Su proyecto no terminó con la Muerte, sino que siguió con su Resurrección y su Ascensión.

Con la Ascensión, Jesús alcanza la meta final y es exaltado; se hace Señor y primogénito de sus hermanos. La plenitud sólo se alcanza al final y es un don de Dios. 

Jesús ha ascendido al Cielo y nos espera en la meta. Nosotros debemos trabajar para cumplir con nuestra misión en la tierra. Hay que vivir como Él, amar como Él, buscar el Reino de Dios. 

Debemos anunciar el Evangelio con la palabra y con la vida. 


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