miércoles, 13 de marzo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

ESTAMOS EN TUS MANOS


Estoy viendo, desde mi ventana, siete contenedores de basura, con sus escritos, especificando lo que cada uno de estos contenedores está dispuesto a recibir. Ha sido un gran avance en la recogida de basura de las ciudades. Lejos quedan aquellos montones de basura, pequeños a primeras horas de la mañana pero que luego iban creciendo hasta convertirse en pequeñas montañas.

Veo también, desde mi ventana, dos contenedores acampanados, que admiten solo vidrio. Tiene cierta gracias oír desde dentro de nuestras casas el desalojo de botellas que al ritmo del aire y con el sonido especial van cayendo en el lugar para ellas reservado.

Pero no quiero escribir sobre estos adelantos y estas exquisiteces de la recogida de la basura ciudadana. Quisiera escribir unas lineas para recoger una escena que veo repetida muchas veces.

Tres personas. Dos hombres y una mujer. Los tres relativamente jóvenes. Los tres, por su presencia, parecen extranjeros. Los tres acuden a los contenedores habidos de presa. Llegan, me cuesta escribirlo, ilusionados.

En esto, uno de ellos, tras abrir un contenedor se introduce en su interior. Ya no se le ve. De repente saca la cabeza y muestra a los otros dos, que esperan fuera, un tesoro. Un tesoro que son dos cajas y una bolsa.

No voy a seguir. Solo un breve suspiro: ¡¡¡Dios mío, Dios mío, porque tanta pobreza!!! Y una oración: ¡¡¡Todo lo dejo en tus manos!!!


PARA VER Y ESCUCHAR
https://www.youtube.com/watch?v=PyOhpYMxjLE