El Papa Francisco se examina
por Julio Sáinz Torres
En la homilía del 10 de
octubre comentando el texto de San Lucas 11, 14-26, el papa Francisco tuvo
unas palabras muy certeras sobre el examen de conciencia.
“El examen de conciencia es una
práctica muy antigua pero muy buena que hace que el mal no entre en nuestro
corazón. Así lo ha recordado el papa Francisco esta mañana en la homilía
celebrada en Santa Marta”.
Comenzaba el Papa su homilía observando que
el diablo siempre vuelve a nosotros, que no para de tentar al hombre. Tiene
paciencia y nunca renuncia a lo que quiere para sí: nuestra alma.
En la vida de Jesús actúa. San Lucas que,
después de las tentaciones del desierto, le dejó por algún tiempo. Pero volvía
y volvía de diversas maneras. Incluso en los últimos momentos de la Cruz estuvo
presente y desafiante: “Si eres Hijo de Dios, baja, te creeremos. No lo
eres”.
La finalidad del examen de conciencia es
guardar el corazón donde mora el Espíritu Santo para que entren otros espíritus. “Cuidar
el corazón como se cuida una casa, con llave. Y después vigilar el corazón,
como un centinela: Cuántas veces -ha observado- entran los malos pensamientos,
las malas intenciones, los celos, las envidias. Entran muchas cosas. Pero
¿quién ha abierto la puerta? ¿Por dónde han entrado? Si yo no me doy
cuenta de cuanto entre en mi corazón, se convierte en una plaza, donde todos
van y vienen. Un corazón sin intimidad, un corazón donde el Señor no puede
hablar y tampoco ser escuchado”.
Pero Jesús decía más en el
Evangelio: “Usa la palabra . Tener un corazón recogido un
corazón sobre el que no sabemos qué sucede, y aquí y allá, se puede hacer la
práctica tan antigua de la Iglesia pero buena: el examen de conciencia. ¿Quién
de nosotros, en la noche, antes de terminar la jornada, permanece solo, sola, y
se hace la pregunta: ¿qué ha sucedido en mi corazón? ¿Qué ha sucedido? ¿Qué ha
pasado en mi corazón? Si no lo hacemos, realmente no sabemos vigilar bien ni
cuidar bien.
No nos puede extrañar que el Papa hable del
examen de conciencia como un elemento clave de la vida espiritual. Es un
elemento primordial en los Ejercicios de San Ignacio. Bastantes números de los
Ejercicios están dedicados al discernimiento. A él se llega examinando las
situaciones concretas. Lo considera elemento importante para quitar los
impedimentos que impiden la acción de Dios. Buscar las causas de las
consolaciones y desolaciones implican examinar para saber cuando actúa el
espíritu malo y el Espíritu bueno.
Termina el Papa con unas palabras
iluminadoras:“Nosotros sabemos, Jesús habla claramente, que el
diablo vuelve siempre. También al final de la vida. El nos da
ejemplo-Jesús- de esto. Y para custodiar , para vigilar, para que no entren los
demonios, es necesario saber recogerse, es decir, estar en silencio delante de
uno mismo y delante de Dios, y al final de la jornada preguntarse: ¿qué ha
sucedido en mi corazón? ¿Ha entrado alguien que no conozco? ¿La llave está en
su sitio?
Esta reflexión –ha asegurado el Papa- ayudará
a defendernos de muchas maldades, también de las que nosotros podemos hacer, si
entran estos demonios, que son muy astutos, y al final nos engañan a todos”.
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