sábado, 15 de enero de 2011

CORDERO DE DIOS
SEGUNDA SEMANA DEL T. O.

DOMINGO (A)
SAN JUAN 1, 29-34

CON UN SOLO GOLPE DE CLIK
http://all.gloria.tv/?media=123205

Al día siguiente vio a Jesús venir hacia él y dijo:
—Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Éste es de quien yo dije: Después de mí viene un hombre que ha sido antepuesto a mí, porque existía antes que yo. Yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel.
Y Juan dio testimonio diciendo:
—He visto el Espíritu que bajaba del cielo como una paloma y permanecía sobre él. Yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: Sobre el que veas que desciende el Espíritu y permanece sobre él, ése es quien bautiza en el Espíritu Santo. Y yo he visto y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.

Juan el Bautista al ver que Tú, Señor, llegabas hacia donde él estaba, puesto de pie y alzando la voz dijo: Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Un resumen espléndido de tu misión salvadora.

Juan era la voz, Tú la Palabra. Juan era el pregonero, Tú el vendedor. Juan anunciaba la salvación futura, Tú salvabas. Juan dijo de Ti que eras el Cordero que quita el pecado del mundo. Y Tú diste la vida por los pecados del mundo.

Juan había hablado de Ti. Ahora lo recordaba: Éste —dijo— es el que está por encima de Mí, el que va por delante, aunque detrás venga—; el que aparece ahora, pero existía desde siempre; éste es el Mesías, el Salvador, Jesús. Yo no le conocía en su despliegue externo, en su actividad misionera; pero salí a bautizar con agua, para preparar su bautismo que es en Espíritu. ¡Yo soy criatura, limitado, caduco, Él es creador, eterno, Dios!

Yo no sabía la “hora” de su comienzo; ahora lo sé porque el Espíritu me lo ha dado a conocer. Yo lo he visto —por gracia de Dios— y doy testimonio de que es Jesús, el Hijo de María y de José, el Hijo de Dios.

Confesó y proclamó a voz en grito que Tú, Señor, eres el Cordero de Dios; que quitas el pecado del mundo, que limpias nuestros pecados y nos ayudas a seguir tus pasos.