HAY QUE REZAR
La oración
es una lucha con Dios y se hace con libertad e insistencia, como un diálogo sincero
con un amigo. Esta oración cambia nuestro corazón, porque nos hace conocer
mejor cómo Dios es realmente. Esta ha sido la idea central del Santo Padre en
la homilía de este jueves en la misa celebrada en Santa Marta.
Francisco ha recordado el diálogo de Moisés en el
monte Sinaí, cuando Dios quiso castigar a su pueblo porque había hecho un
ídolo: el becerro de oro. Y Moisés rezó con fuerza para que el Señor se lo
piense. "Esta oración es una verdadera lucha con Dios. Y Moisés habla
libremente delante del Señor y nos enseña cómo rezar, sin miedo, libremente,
también con insistencia. Moisés insiste. Es valiente. La oración debe ser
también un 'negociar con Dios', con 'argumentaciones'", ha afirmado el
Papa. Moisés al final convence a Dios y la lectura dice que "el Señor se
arrepintió del mal con el que había amenazado a su pueblo". Pero -ha
preguntado el Santo Padre- "¿quién ha cambiado aquí? ¿El Señor ha
cambiado? Yo creo que no".