viernes, 4 de abril de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

HAY QUE REZAR 
COMO SE HABLA CON UN AMIGO

La oración es una lucha con Dios y se hace con libertad e insistencia, como un diálogo sincero con un amigo. Esta oración cambia nuestro corazón, porque nos hace conocer mejor cómo Dios es realmente. Esta ha sido la idea central del Santo Padre en la homilía de este jueves en la misa celebrada en Santa Marta.
Francisco ha recordado el diálogo de Moisés en el monte Sinaí, cuando Dios quiso castigar a su pueblo porque había hecho un ídolo: el becerro de oro. Y Moisés rezó con fuerza para que el Señor se lo piense. "Esta oración es una verdadera lucha con Dios. Y Moisés habla libremente delante del Señor y nos enseña cómo rezar, sin miedo, libremente, también con insistencia. Moisés insiste. Es valiente. La oración debe ser también un 'negociar con Dios', con 'argumentaciones'", ha afirmado el Papa. Moisés al final convence a Dios y la lectura dice que "el Señor se arrepintió del mal con el que había amenazado a su pueblo". Pero -ha preguntado el Santo Padre- "¿quién ha cambiado aquí? ¿El Señor ha cambiado? Yo creo que no".