DEL LIBRO, SAN JUAN DE ÁVILA. EXPERIENCIA DE FE
SEGUNDO
“Este si es
buen predicador, que no los que son el día de hoy. ¿Pensáis que no hay más sino
leer en los libros y venir a vomitar aquí lo que habéis leído” (Sermón 49,8).
“Se trata
de predicar “doctrina de Palabra de Dios y de los santos, dicha con calor de
Espíritu Santo”, como le dijo al mismísimo concilio de Trento. Además, la vida
de los evangelizadores tiene que ser como la de Cristo: “Cristo nuestro
Redentor, no solamente nos despierta con palabras, mas con obras (…) ¡Qué
ejemplo para los predicadores que estamos predicando!” (Sermón 80, 2). El Santo
Maestro se lamenta de la falta de evangelizadores y predicadores que tengan
estas características, por eso dice con tristeza:
“¡”Oh
Iglesia cristiana, cuan caro te cuesta la falta de aquellos tales enseñadores,
pues por esta causa está tu faz tan desfigurada y tan diferente de cuando
estabas hermosa en el principio de tu nacimiento! (…) ¿Sabes cual fue la causa
de vida eclesial? Haber predicadores, encendido con fuego de amor celestial,
que encendían los corazones de los oyentes al fervoroso amor de Jesucristo nuestro
Señor” (Sermón 55,40-41).
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