MENSAJE PARA LA CUARESMA 2014
“El
texto del mensaje cuaresmal de este año está concentrado en la pobreza, y en la
pobreza de Cristo en particular. Como sabemos, este concepto de la pobreza
es muy apreciado por el Papa Francisco, que en el inicio de su pontificado ha
querido ejercer un énfasis particular sobre esta dimensión de la vida del
cristiano”, explicó el cardenal Sarah durante la presentación en el Vaticano de
dicho documento. Resumimos a continuación las ideas principales.
La
pobreza de Cristo
* 1. “Dios no se revela mediante el
poder y la riqueza del mundo, sino mediante la debilidad y la pobreza: ‘Siendo
rico, se hizo pobre por vosotros…’. Cristo, el Hijo eterno de Dios, igual al
Padre en poder y gloria, se hizo pobre”.
* 2. “Dios no hizo caer sobre nosotros
la salvación desde lo alto, como la limosna de quien da parte de lo que
para él es superfluo con aparente piedad filantrópica. ¡El amor de Cristo no es
esto!”.
* 3. “Cuando Jesús entra en las aguas
del Jordán y se hace bautizar por Juan el Bautista, no lo hace porque necesita
penitencia, conversión; lo hace para estar en medio de la gente,
necesitada de perdón, entre nosotros, pecadores, y cargar con el peso de
nuestros pecados. Este es el camino que ha elegido para consolarnos, salvarnos,
liberarnos de nuestra miseria”.
* 4. “Cuando Jesús nos invita a tomar su
‘yugo llevadero’, nos invita a enriquecernos con esta ‘rica pobreza’ y
‘pobre riqueza’ suyas, a compartir con Él su espíritu filial y fraterno, a
convertirnos en hijos en el Hijo, hermanos en el Hermano Primogénito (cfr Rom
8, 29)”.
El
testimonio de los creyentes
* 5. “La riqueza de Dios no puede pasar
a través de nuestra riqueza, sino siempre y solamente a través de nuestra
pobreza, personal y comunitaria, animada por el Espíritu de Cristo”.
* 6. “Los cristianos estamos llamados a
mirar las miserias de los hermanos, a tocarlas, a hacernos cargo de ellas y a
realizar obras concretas a fin de aliviarlas. La miseria no coincide con la
pobreza; la miseria es la pobreza sin confianza, sin solidaridad, sin
esperanza”.
* 7. “La miseria material es la que habitualmente llamamos pobreza y
toca a cuantos viven en una condición que no es digna de la persona humana:
privados de sus derechos fundamentales y de los bienes de primera necesidad (…)
Cuando el poder, el lujo y el dinero se convierten en ídolos, se anteponen a la
exigencia de una distribución justa de las riquezas. Por tanto, es necesario
que las conciencias se conviertan a la justicia, a la igualdad, a la sobriedad
y al compartir”.
* 8. “No es menos preocupante la miseria moral, que consiste en
convertirse en esclavos del vicio y del pecado. ¡Cuántas familias viven
angustiadas porque alguno de sus miembros —a menudo joven— tiene dependencia
del alcohol, las drogas, el juego o la pornografía! (…) Y cuántas personas se
ven obligadas a vivir esta miseria por condiciones sociales injustas, por
falta de un trabajo, lo cual les priva de la dignidad que da llevar el pan a
casa, por falta de igualdad respecto de los derechos a la educación y la salud”.
* 9. “Esta forma de miseria [moral], que
también es causa de ruina económica, siempre va unida a la miseria espiritual, que nos golpea cuando nos alejamos de
Dios y rechazamos su amor. Si consideramos que no necesitamos a Dios, que en
Cristo nos tiende la mano, porque pensamos que nos bastamos a nosotros mismos,
nos encaminamos por un camino de fracaso”.
* 10. “La Cuaresma es un tiempo adecuado para
despojarse; y nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de
ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza. No olvidemos que la verdadera
pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión
penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele”.
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