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El cardenal Cañizares llama a «fortalecer España» y que «no continúe por esta pendiente a la ruina»
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El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha hecho hoy un llamamiento a ejercer “una responsabilidad común todos, que es la de salvar, fortalecer y hacer avanzar en todos los órdenes a España” y ha advertido que “España debe cambiar de rumbo, clarÍsimamente” para evitar “continuar por esta pendiente que nos conduce a la ruina”.
Durante la inauguración del congreso internacional sobre la propuesta filosófica de Julián Marías (Valladolid, 1914, - Madrid, 2005) organizado por la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” (UCV), el purpurado ha animado, cómo hacía Marías, a “ver la España real, desde la perspectiva histórica, y el recorrido de varios siglos para recuperar aquella identidad perdida o robada” con el fín de “iluminar nuestro presente y abrir horizontes para atraer un gran futuro”, ha subrayado. En este sentido, ha precisado que “ese futuro es posible cambiando de rumbo y España debe cambiar de rumbo, clarísimamente, aunque otros se empeñen en que no cambie y aunque gestores de la cosa pública estén empeñados en continuar por esta pendiente que nos conduce a la ruina”. El purpurado ha confesado que comparte con Julián Marías su “preocupación por España” y por las “situaciones que parecen desangrarla y destruirla” y ha citado “los asuntos económicos, con las causas que los han originado y con las consecuencias humanas y situaciones familiares tan lacerantes que afligen a nuestra nación”, así como “la secularización y laicismo creciente y radical en nuestro pueblo español, que está siendo sometido a una presión difícilmente soportable para olvidar, y el abandono de lo que le es más propio, su sentido y sus razones de fe cristiana”. Ante esta situación, el arzobispo de Valencia ha apremiado a “renovar nuestra sociedad, imprimirle nuevo vigor y esperanza de futuro, avivar y vigorizar sus raíces y su identidad, llevar a cabo ese proyecto común que es el de nuestra Historia, que queda tan reflejado en la Constitución de 1978 que salvó a esta nación después de una contienda”, ha dicho. En su intervención, el purpurado ha felicitado a la UCV por organizar este congreso “en homenaje y memoria agradecida a la figura de Julián Marías, que tanta falta nos hace en los momentos que atravesamos en la realidad de España, a la que tanto amó y tan bien entendió en sus raíces más hondas y en el proyecto y empresa común que la constituye”. Más adelante, ha expresado que “necesitamos rehacer nuestro camino y reemprenderlo con la esperanza de un proyecto y de una fe en común, la esperanza que ha hecho posible un gran proyecto común de todos y que ha hecho de nuestra nación una pieza básica de la cultura y realidad de Europa”.“Hora de unidad y responsabilidad, no de lamentos ni condenas” Además, el Cardenal ha explicado que en estos momentos “no podemos quedarnos en lamentos y condenas, porque hay excesivos lamentos y excesivas condenas, y es hora de unidad y de responsabilidad de todos”, y ha indicado que “España es una realidad histórica, un proyecto común y los españoles compartimos una base de Historia común que, como en todas y no menos que en otras, se encuentran momentos brillantes y zonas de sombra, que no se pueden ocultar y que hay que saber aprenderlas y corregirlas”. España ha pasado “situaciones muy difíciles en momentos de su Historia, incluso con fracasos muy notables, y ha habido etapas de gloria, y siempre las hemos sabido afrontar, juntos, con generosidad y con gran sentido de la responsabilidad por parte de todos”, ha aseverado. Igualmente, “la respuesta individualista de `cada uno a la suya y sálvese quién pueda´ no es humana, ni solidaria ni menos aún cristiana, carece de futuro y aboca al fracaso, al caos y a la disgregación” mientras que la respuesta “de culparse unos a otros y buscar chivos expiatorios retarda la respuesta que todos estamos esperando, una respuesta de todos, en unidad, de todas las instituciones, Gobierno, oposición, partidos políticos, fuerzas sociales y económicas, empresariales y sindicales, instituciones universitarias y culturales, Iglesia, etc.”. La tarea “es de todos” y, por parte de la Iglesia, “evangelizada y evangelizadora, aportando el evangelio de la caridad y de la esperanza, el testimonio de Dios que es amor” y, por su lado, “las fuerzas políticas y sociales, la universidad, la escuela, cada una en su papel y responsabilidad propia”. Finalmente, ha señalado que la figura de Julián Marías “es una figura emblemática que arroja una luz enorme en estos momentos”. Por ello, es necesario que esta luz se difunda y que haya muchos `Julián Marías´ que continúen esta tarea por el proyecto común por el que tanto luchó él desde su pensamiento bien fundado y sólido que es el futuro”.
PARA ESCUCHAR
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“ALSERDELAPALABRA” presenta a sus seguidores, breves reflexiones nacidas de la experiencia de la vida ordinaria. Las escribiré con la frescura de lo sencillo y con la esperanza de lo sublime. Espero que mi pluma sea dócil y vuestra aceptación generosa.
jueves, 13 de noviembre de 2014
SENCILLAS VIVENCIAS
miércoles, 12 de noviembre de 2014
SENCILLAS VIVENCIAS
Audiencia general del Papa Francisco del miércoles 12 de noviembre de 2014
En la catequesis anterior pusimos de relieve que el Señor sigue apacentando a su rebaño a través del ministerio de los obispos, coadyuvados por los presbíteros y los diáconos. En ellos Jesús se hace presente con el poder de su Espíritu y sigue sirviendo a la Iglesia, alimentando en ella la fe, la esperanza y el testimonio de la caridad. Estos ministerios constituyen, pues, un gran don del Señor a cada comunidad cristiana y a toda la Iglesia, ya que son un signo vivo de su presencia y de su amor.
Hoy queremos preguntarnos: ¿Qué es lo que se exige a estos ministros de la Iglesia, para que puedan vivir de manera auténtica y fecunda su servicio?
1. En las «Cartas pastorales» que envía a sus discípulos Timoteo y Tito, el apóstol Pablo examina con detenimiento la figura de los obispos, de los presbíteros y de los diáconos, pero también la de los fieles, la de los ancianos y la de los jóvenes. Traza una descripción de cada cristiano en la Iglesia, delineando para los obispos, los presbíteros y los diáconos aquello a lo que están llamados y las prerrogativas que han de reconocerse en aquellos que son escogidos para estos ministerios e investidos de ellos. Ahora bien; resulta emblemático que, junto con las dotes inherentes a la fe y a la vida espiritual –que no pueden ser desatendidas, pues son la vida misma–, se enumeren algunas cualidades típicamente humanas: la hospitalidad, la sobriedad, la paciencia, la mansedumbre, la fiabilidad, la bondad de corazón. ¡Esto es el alfabeto, la gramática básica de todo ministerio! Ha de ser la gramática básica de todo obispo, de todo cura, de todo diácono. Sí, porque, sin esta predisposición hermosa y auténtica al encuentro, al conocimiento, al diálogo, a apreciar y a relacionarse respetuosa y sinceramente con los hermanos, no es posible ofrecer un servicio y un testimonio realmente gozosos y creíbles.
2. Hay, además, una actitud fundamental que Pablo recomienda a sus discípulos y, por consiguiente, a cuantos son investidos del ministerio pastoral, ya se trate de obispos, de presbíteros o de diáconos. El Apóstol exhorta a reavivar continuamente el don que se ha recibido (cf. 1 Tim 4, 14; 2 Tim 1, 6). Esto significa que uno ha de ser siempre muy consciente de que no es obispo, sacerdote o diácono por ser más inteligente, más bueno y mejor que los demás, sino solo en virtud de un don, de un don otorgado por Dios, con el poder de su Espíritu, por el bien de su pueblo. ¡Esta toma de conciencia es realmente importante, y constituye una gracia que hay que pedir día tras día! Y es que un pastor consciente de que su propio ministerio procede únicamente de la misericordia y del corazón de Dios nunca podrá asumir una actitud autoritaria, como si todos estuvieran a sus pies y la comunidad fuera su propiedad, su reino personal.
3. La toma de conciencia de que todo es don, de que todo es gracia, ayuda también a un pastor a no caer en la tentación de ponerse en el centro de la atención y de confiar solo en sí mismo. Son las tentaciones de la vanidad, del orgullo, de la suficiencia, de la soberbia. ¡Mal iría si un obispo, un sacerdote o un diácono se pensara que se lo sabe todo, que tiene siempre la respuesta adecuada para todo y que no necesita a nadie! Al contrario, la toma de conciencia de ser él, el primero, objeto de la misericordia y de la compasión de Dios, ha de impulsar a un ministro de la Iglesia a ser siempre humilde y comprensivo para con los demás. Aun siendo consciente de estar llamado a guardar con valentía el depósito de la fe (cf. 1 Tim 6, 20), se pondrá a escuchar a la gente. En efecto, es consciente de que tiene siempre algo que aprender, incluso de aquellos que pueden estar aún lejos de la fe y de la Iglesia. Además, todo esto ha de impulsarlo a adoptar, hacia sus propios hermanos en el ministerio, una actitud nueva, inspirada en la compartición, en la corresponsabilidad y en la comunión.
Queridos amigos: Debemos estar siempre agradecidos al Señor, porque, en la persona y en el ministerio de los obispos, de los sacerdotes y de los diáconos, sigue guiando y formando a su Iglesia, haciendo que crezca por el camino de la santidad. Al mismo tiempo, debemos seguir rezando para que los pastores de nuestras comunidades puedan ser imagen viva de la comunión y del amor de Dios
PARA ESCUCHAR
https://www.youtube.com/watch?v=b85_KUlW6rk
https://www.youtube.com/watch?v=RQAFlrb4oj8
martes, 11 de noviembre de 2014
SENCILLAS VIVENCIAS
El Papa Francisco anima a que la pereza y el
poder no distraigan al cristiano
de ser servidores
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Jesús habla de la fuerza de la fe, explicando que debe ser enmarcada en
el servicio. El Papa Francisco se inspiró en el Evangelio del día sobre “el
siervo inútil” para detenerse precisamente en lo que significa servir para un
cristiano, en su homilía en la misa matinal de la residencia Santa Marta este
martes 11 de noviembre.
El Santo Padre añadió que Jesús habla de este siervo que después de haber trabajado durante toda la jornada, una vez que llega a su casa, en lugar de descansar, debe aún servir a su señor: “Alguno de nosotros aconsejaría a este siervo que vaya a pedir algún consejo al sindicato,para ver cómo hacer con un patrón de este tipo. Pero Jesús dice: ‘No, El servicio es total’, porque Él ha hecho camino con esta actitud de servicio; Él es el siervo. Él se presenta como el siervo, aquel que ha venido a servir y no a ser servido: así lo dice, claramente. Y así, el Señor hace sentir a los apóstoles el camino de aquellos que han recibido la fe, aquella fe que hace milagros. Sí, esta fe hará milagros por el camino del servicio”. El Papa afirmó además que un cristiano que recibe el don de la fe en el Bautismo, pero que “no lleva adelante este don por el camino del servicio, se convierte en un cristiano sin fuerza, sin fecundidad”. Y al final, dijo, se convierte en “un cristiano para sí mismo, para servirse a sí mismo”. De modo que su vida es una “vida triste”, puesto que “tantas cosas grandes del Señor” son “derrochadas”. Y observó que el Señor nos dice que “el servicio es único”, porque no se puede servir a dos patrones: “O a Dios, o a las riquezas”. Nosotros – prosiguió explicando el Pontífice –, podemos alejarnos de esta “actitud de servicio, ante todo, por un poco de pereza”. Y ésta – afirmó – “hace tibio el corazón, la pereza te vuelve cómodo”. “La pereza nos aleja del servicio y nos lleva a la comodidad, al egoísmo. Tantos cristianos así… son buenos, van a Misa, pero el servicio hasta acá… Y cuando digo servicio, digo todo: servicio a Dios en la adoración, en la oración, en las alabanzas; servicio al prójimo, cuando debo hacerlo; servicio hasta el final, porque Jesús en esto es fuerte: ‘Así también ustedes, cuando habrán hecho todo aquello que les ha sido ordenado, ahora digan somos siervos inútiles’. Servicio gratuito, sin pedir nada”. La otra posibilidad de alejarnos de la actitud de servicio – añadió Francisco – “es un poco la de adueñarnos de las situaciones”. Algo que – recordó – “ha sucedido a los discípulos, a los mismos apóstoles”: “Alejaban a la gente para que no molestaran a Jesús, pero para estar cómodos ellos”. Los discípulos – añadió el Papa – “se adueñaban del tiempo del Señor, se adueñaban del poder del Señor: lo querían para su grupito”. Y después – dijo – “se adueñaban de esta actitud de servicio, transformándolo en una estructura de poder”. Algo que se comprende observando la discusión acerca de quién era el más grande entre Santiago y Juan. Y la madre – afirmó el Santo Padre – que “va a pedir al Señor que uno de sus hijos sea el primer ministro y el otro el ministro de economía,con todo el poder en sus manos”. Esto sucede también hoy cuando “los cristianos se vuelven patrones: patrones de la fe, patrones del Reino, patrones de la Salvación”. Esto – constató el Papa – “sucede, es una tentación para todos los cristianos”. En cambio el Señor – dijo – nos habla de servicio: “servicio en humildad”, “servicio en esperanza, y ésta es la alegría del servicio cristiano”: “En la vida debemos luchar tanto contras las tentaciones que tratan de alejarnos de esta actitud de servicio. La pereza lleva a la comodidad: servicio a mitad; y al adueñarnos de la situación, y de siervo convertirse en patrón, que lleva a la soberbia, al orgullo, a tratar mal a la gente, a sentirse importantes ‘porque soy cristiano, tengo la salvación, y tantas cosas así. Que el Señor nos dé estas dos gracias grandes: la humildad en el servicio, a fin de que podamos decir: ‘Somos siervos inútiles – pero siervos – hasta el final; y la esperanza en espera de la manifestación, cuando el Señor venga a encontrarnos”. (María Fernanda Bernasconi - RV).
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lunes, 10 de noviembre de 2014
SENCILLAS VIVENCIAS
NUESTRA SEÑORA DE LA ALMUDENA,
PATRONA DE MADRID
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El arzobispo diocesano de Madrid, Carlos Osoro, ha pronunciado este domingo la homilía en la misa dedicada a Santa María la Real de la Almudena, donde ha advertido de que la sociedad atraviesa una "crisis profunda, que incluye la económica" que hace necesario "renovar al hombre por dentro".
Osoro, que ha presidido la misa en honor a la Patrona de Madrid en la Plaza
Mayor, ha incidido en que la crisis "ha puesto a prueba el corazón y el
alma de tantos que han salido a los caminos de los hombres para ayudar a
quienes más necesitaban, mostrando el rostro generoso y solidario de
personas, instituciones y familias".
Además, el arzobispo ha hecho hincapié en que, pese a las "historias con
problemas, con tristezas y alegrías, con esperanzas y desesperanzas", hay
que estar atentos a la "mirada de María", que es
"mirada de consuelo en el largo camino de la historia de cada ser humano
y en nuestra historia colectiva", una mirada que es "un regalo
permanente, es el regalo de la misericordia de Dios".
En su homilía, Osoro ha recordado la caída del Muro de Berlín hace
hoy 25 años, "un muro que separaba a los hombres, que hacía vivir en
enemistad, en exclusión y en desencuentro". Con un paralelismo,
ha llamado a "romper los muros que habitan en nosotros, que
están construidos dentro de nosotros", para lo que hay que
"acoger y anunciar a Jesucristo".
Por ello, ha pedido a la Virgen que ayude a la sociedad a "vivir como
hermanos". "Que nunca nos falte el clima de hermanos que se ayudan
los unos a los otros y en donde nadie pasa necesidad, porque lo mucho o lo
poco que tenemos lo ponemos a disposición de los que más lo necesitan".
En su sermón, Osoro ha agradecido a su antecesor al frente de la
Archidiócesis, Antonio María Rouco Varela, su "trabajo en el
acrecentamiento de la devoción a Nuestra Señora de la Almudena", y ha
recordado el legado de San Juan Pablo II, que "nos invitó a construir la
civilización del amor", así como al Papa Francisco, que "nos invita
a construir la cultura del encuentro, a romper los muros que nos seperan y
dividen".
La misa ha sido concelebrada por los obispos auxiliares de Madrid, vicarios
Episcopales, miembros del Cabildo Catedral, y sacerdotes diocesanos. Al
finalizar la Eucaristía, la Virgen es llevada en Procesión hasta la Catedral
recorriendo las calles del centro de la ciudad. Durante el mismo, hay coros
que cantarán a la Virgen la ´Salve Marinera´, la ´Salve rociera´, e
interpretan distintos bailes castizos.
Finalmente, la Catedral de la Almudena permanece abierta en esta jornada
hasta las 20 horas, para que los fieles que lo deseen puedan acercarse a
besar la medalla de la Virgen, en el Altar de la Almudena.
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domingo, 9 de noviembre de 2014
SENCILLAS VIVENCIAS
Oración del Papa por los difuntos
"Dios de infinita misericordia, confiamos a tu inmensa bondad a cuantos han dejado este mundo para la eternidad, donde tú esperas a toda la humanidad, redimida por la sangre preciosa de Jesucristo, muerto en rescate por nuestros pecados.
No mires, Señor, tantas pobrezas, miserias y debilidades humanas con las que nos presentaremos ante el tribunal para ser juzgados para la felicidad o la condena.
Míranos con la mirada piadosa que nace de la ternura de tu corazón, y ayúdanos a caminar en el camino de una completa purificación. Que ninguno de tus hijos se pierda en el fuego eterno, donde ya no puede haber arrepentimiento.
Te confiamos, Señor, las almas de nuestros seres queridos, y de las personas que han muerto sin el consuelo sacramental o no han tenido manera de arrepentirse ni siquiera al final de su vida. Que nadie tenga el temor de encontrarte después de la peregrinación terrenal, en la esperanza de ser acogidos en los brazos de la infinita misericordia.
La hermana muerte corporal nos encuentre vigilantes en la oración y llenos de todo bien, recogido en nuestra breve o larga existencia. Señor, que nada nos aleje de ti en esta tierra, sino que en todo nos sostengas en el ardiente deseo de reposar serena y eternamente. Amen.
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sábado, 8 de noviembre de 2014
SENCILLAS VIVENCIAS
8 de noviembre: 32 nuevos diáconos
Carles (izda.) y Álex Ayxelá.
Hoy sábado 8 de noviembre, monseñor Javier Echevarría ha ordenado a 32 nuevos
diáconos. La ceremonia ha tenido lugar en la basílica de San Eugenio (Roma) a las 16 h.
Los nuevos diáconos proceden de 14 países: España, Polonia, Chile, Ecuador,
Estados Unidos, Nigeria, México, Taiwán, Kenia, Brasil, Guatemala, Colombia,
Austria y Argentina.
Provienen de los fieles laicos del Opus Dei. Después de haber
realizado los estudios pertinentes, reciben ahora de manos del Prelado esta
ordenación que los configura con Cristo, el servidor de todos.
El
mayor de los nuevos diáconos es el brasileño Paulo Oriente, de 52 años, que
anteriormente ejerció como profesor de Derecho en el IICS, en São Paulo. El más
joven es James Mwara Njunge, que tiene 28 años.
Estos son los nombres y países de los candidatos:
Paulo Oriente Franciulli (Brasil)
José Luis Parrado Frade (España)
Alejandro Vázquez-Dodero Rodríguez (España)
Alejandro Baños Atance (España)
Jeffrey Joseph Langan (EEUU)
Juan Carlos Vásconez Donoso (Ecuador)
Jordi Pujol Soler (España)
Miguel Díez López (España)
Rafael Cabrera González (España)
Alejandro Ayxelá Frigola (España)
Jorge Mario Jaramillo Echeverry (Colombia)
Federico María López Navarro (España)
Javier Ibáñez Vial (Chile)
José María Rincón Fernández (España)
José Enrique De Castro y Manglano (España)
Jesús María Corcuera Canflanca (España)
Juan Martín Aguado (España)
Carlos Ayxelá Frigola (España)
Miguel Ángel Bravo Gutiérrez (México)
Rafael Bartolomé Castilla (España)
Juan Gabriel Irarrázaval Armendáriz (Chile)
Rafael García Arenillas (España)
Agapitus Tobechukwu Okoye (Nigeria)
Ifeanyi Sylvester Ogboh (Nigeria)
Mauricio Shiaw-Tsu Liu Roqueñi (Taiwán)
Thomas Kenner (Austria)
Wojciech Woźny (Polonia)
Jesús Fernández Vicente (España)
Stanisław Urmański (Polonia)
Mauricio Fabián Ballesteros Casas (Argentina)
Carlos Luis Páez Lucero (Guatemala)
James Mwaura Njunge (Kenia)
PARA ESCUCHAR
http://www.opusdei.es/es-es/article/el-prelado-del-opus-dei-celebra-misa-en-la-catedral-de-moscu/
UNA PROPINA
http://videos.religionenlibertad.com/video/xyoYfeRbuR/Es-triste-abrir-la-iglesia-y-esperar
http://www.opusdei.es/es-es/article/el-prelado-del-opus-dei-celebra-misa-en-la-catedral-de-moscu/
UNA PROPINA
http://videos.religionenlibertad.com/video/xyoYfeRbuR/Es-triste-abrir-la-iglesia-y-esperar
viernes, 7 de noviembre de 2014
SENCILLAS VIVENCIAS
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miércoles, 5 de noviembre de 2014
SENCILLAS VIVENCIAS
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PARA ESCUCHAR
https://www.youtube.com/watch?v=Mg_D9VqdeFs
martes, 4 de noviembre de 2014
SENCILLAS VIVENCIAS
«Pensamos que la santidad se hace gracias a
nuestras cosas y nos volvemos pelagianos».
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En la ley del Reino de Dios Él se dona con gratuidad. Así lo ha recordado
el papa Francisco en la homilía de este martes en la misa en Santa Marta.
El Pontífice ha observado que a veces, por egoísmo o ganas de poder,
rechazamos la fiesta a la que el Señor nos invita gratuitamente. Y a veces,
nos fiamos de Dios, "pero no demasiado".
El Papa ha hablado en su homilía de la parábola del Evangelio del día: un
hombre dio una gran fiesta, pero los invitados encontraron excusas para no
ir.
Una parábola -ha afirmado- que nos hace pensar, porque "a todos nos
gusta ir a una fiesta, nos gusta estar invitados". Pero en este banquete "había
algo" que a tres invitados, "que son un ejemplo de muchos, no les
gustaba".
Así, Francisco explica que uno de los invitados dice que debe atender
su campo, tiene ganas de verlo para sentirse "un poco
poderoso", "la vanidad, el orgullo, el poder y prefiere eso en vez
de quedarse sentado como uno de tantos".
Otro compró cinco bueyes, y se concentró en los negocio y no quería
"perder tiempo" con otra gente.
El último se excusó diciendo que estaba casado y no quería llevar a
la mujer a la fiesta.
El Santo Padre ha observado que los tres tenían una preferencia por sí
mismos, no de compartir una fiesta, explicando que no saben lo que es
una fiesta porque "está el interés, está lo que Jesús ha
explicado como el intercambio".
El Pontífice ha afirmado que "si la invitación hubiera sido, por
ejemplo: ´venid, que tengo dos o tres amigos empresarios que vienen de
otro país, podemos hacer algo juntos´, seguramente ninguno se habría
excusado.
Pero lo que les asustaba era la gratuidad. Ser uno como los
otros, allí... Precisamente el egoísmo, esta al centro de todo... Es muy
difícil escuchar la voz de Jesús, la voz de Dios, cuando uno gira entorno a
sí mismo: no tiene horizonte, porque el horizonte es él mismo. Y detrás de
esto hay otra cosa, más profunda: está el miedo a la gratuidad. Tenemos
miedo de la gratuidad de Dios. Es tan grande que nos da miedo".
Y esto sucede, ha aclarado el Papa, "porque las experiencias de la vida,
muchas veces nos han hecho sufrir" como le sucede a los discípulos de
Emaus que se alejan de Jerusalén y a Tomás que quiere tocar para creer.
Retomando un proverbio popular Francisco ha recordado que cuando
"la ofrenda es grande hasta el santo sospecha", porque la
gratuidad es demasiada. Por eso, cuando Dios nos ofrece un banquete así
pensamos que sea mejor no inmiscuirse.
A propósito, ha subrayado que "estamos más seguros de nuestros pecados,
de nuestros límites, pero estamos en nuestra casa; ¿salir de nuestra casa
para acudir a la invitación de Dios, a casa de Dios, con los otros? No. Tengo
miedo. Y todos nosotros cristianos tenemos este miedo: escondido, dentro...
pero no demasiado. Católicos, pero no demasiado. Confiados en el
Señor, pero no demasiado. Este ´pero no demasiado´, marca nuestra
vida, nos hace pequeños ¿no?, nos empequeñece".
A continuación, el Santo Padre ha indicado que una cosa que le hace pensar es
que cuando el siervo explicó todo esto a su patrón, el patrón se enfada
porque fue despreciado. Y manda llamar a todos los pobres, los lisiados, por
las plazas y las calles de la ciudad.
El Señor pide al siervo que insista a las personas para entrar en la fiesta.
"Muchas veces el Señor debe hacer con nosotros lo mismo: con las
pruebas, muchas pruebas", ha afirmado el Papa. "Insísteles, que
aquí habrá una fiesta. La gratuidad. Insiste a ese corazón, a ese alma para
creer que hay gratuidad en Dios, que el don de Dios es gratis, que la
salvación no se compra: es un regalo grande, que el amor de Dios... ¡es
el regalo más grande! Esta es la gratuidad. Y nosotros nos asustamos
por esto y pensamos que la santidad se hace gracias a nuestras cosas,
y a la larga nos volvemos un poco pelagianos, ¿verdad? La santidad, la
salvación es gratuidad".
Al finalizar la homilía, el Obispo de Roma ha recordado que Jesús "ha
pagado la fiesta, con su humillación hasta la muerte, muerte de Cruz. Y esta
es la gran gratuidad".
Y así, ha observado que cuando miramos el Crucifijo pensamos que "esta
es la entrada a la fiesta": "Sí, Señor, soy pecador, tengo
muchas cosas, pero te miro y voy a la casa del Padre. Me fío. No
permaneceré desilusionado, porque Tú has pagado todo". finalmente, el
Pontífice ha afirmado que "la Iglesia nos pide no tener miedo de la
gratuidad de Dios".
Solamente, "nosotros debemos abrir el corazón, hacer todo lo que podamos
por nuestra parte; pero la gran fiesta la hará Él".
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lunes, 3 de noviembre de 2014
SENCILLAS VIVENCIAS
El Papa Francisco advierte contra
«la rivalidad y la vanagloria,
dos gusanos que debilitan» a la Iglesia |
La rivalidad y vanagloria son dos gusanos que debilitan a la Iglesia. Debemos actuar con un espíritu de humildad y armonía, sin buscar el propio interés, predicó el Papa Francisco en su homilía matinal en la residencia Santa Marta este lunes 3 de noviembre.
Siguiendo
el texto de la carta de San Pablo a los Filipenses, el Papa señaló que la
alegría de un obispo es ver en su iglesia amor, unidad y armonía.
"Esta armonía - dijo - es una gracia, la da el Espíritu Santo, pero nosotros debemos hacer, por nuestra parte, todo lo que ayude al Espíritu Santo a realizar esa armonía en la Iglesia."
Por eso San Pablo
pide a los filipenses no hacer nada "por egoísmo o vanidad" ni
"luchar el uno contra el otro, ni siquiera para ser visto, para darse
aires de ser mejor que los demás."
“Ya veis que esto
no es sólo algo de nuestro tiempo”, sino que " viene de lejos",
comentó Francisco.
"¿Y cuántas
veces, en nuestras instituciones, en la Iglesia, en la parroquia, por ejemplo,
en las escuelas, nos encontramos con esto? La rivalidad, buscar que nos vean,
la vanagloria. Vemos que hay dos gusanos que se alimentan de la
consistencia de la Iglesia y la debilitan. La rivalidad y la vanidad están
en contra de esta armonía”.
Ante esto, ¿qué
recomienda Pablo?
"Considerad
a los demás como superiores a cada uno de vosotros”, dice el Apóstol a los
cristianos. Él mismo se declaraba "indigno de ser llamado apóstol, el
último. Ese era su sentir: pensar que todos los demás eran superiores a él”,
enseña Francisco.
El Papa citó
a San Martín de Porres, peruano que vivió entre 1579 y 1639, "humilde
fraile dominico," que la Iglesia recuerda cada 3 de noviembre.
"Su
espiritualidad estaba en el servicio, porque sentía que todos los demás,
incluso a los más grandes pecadores estaban por encima de él".
Por su parte, San
Pablo continúa: "Buscad el bien de los demás. Servid a los demás”. Y
Francisco añade: “Esta es la alegría de un obispo, cuando ve a su iglesia, así:
un mismo sentir, un mismo amor, en un acuerdo unánime. Este es el aire que
Jesús quiere la Iglesia. Usted puede tener diferentes opiniones, eso está bien,
pero siempre con ese ambiente: la humildad, la caridad, no despreciar a nadie
".
Refiriéndose al
Evangelio del día, Francisco añadió:
"Es malo
cuando en las instituciones de la Iglesia, de una diócesis, encontramos en
las parroquias gente que busca su propio interés, no el servicio, no el
amor. Pero Jesús en el Evangelio dice: No busquéis el propio interés, no
busquéis contraprestaciones. Yo hago esto por ti, tú haces tal favor por mí…”
Francisco afirma
que Jesús “con esta parábola, en la que se invita a cenar a quienes no pueden
pagar nada”, enseña “la gratuidad”. “Yo hago el bien, no un negocio con el
bien”.
El Papa,
finalmente, animó a realizar un examen de conciencia: ¿cómo está mi
parroquia, mi comunidad? ¿Tiene este espíritu? ¿Cómo es mi institución?
Este espíritu de sentimientos de amor, de unanimidad, de concordia, sin
rivalidad o vanagloria, con la humildad de pensar que los demás son superiores
a nosotros, en nuestra parroquia, en nuestra comunidad ... Tal vez nos
encontremos con que hay algo que mejorar. ¿Cómo puedo mejorar esto
hoy?".
PARA VER Y ESCUCHAR
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domingo, 2 de noviembre de 2014
SENCILLAS VIVENCIAS
ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO
POR LOS FIELES DIFUNTOS
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Antes de rezar el Angelus en la
Conmemoración de los Fieles Difuntos de este año 2014, el Papa Francisco recordó que esta
festividad y la de Todos los Santos "están íntimamente unidas, como la alegría y las lágrimas encuentran en
Jesucristo una síntesis que es fundamento de nuestra fe y de
nuestra esperanza".
Y así, la Iglesia "goza por la intercesión de los santos que la sostienen en la misión de anunciar el Evangelio" al tiempo que "comparte el llanto de quien sufre la separación de las personas queridas" y agradece que Jesucristo "nos haya liberado del dominio del pecado y de la muerte". "Es bello pensar que la muerte del cuerpo es como un sueño del que Jesús mismo nos despertará", dijo el Papa, que instó a recordar en los cementerios no sólo a nuestros seres queridos, sino "a todos, también a aquellos a quienes nadie recuerda". "La tradicion de la Iglesia", continuó, "ha exhortado siempre a rezar por los fieles difuntos, ofreciendo por ellos la celebración eucarística, que es la mejor ayuda espiritual que podemos ofrecer a las almas, particularmente a las más abandonadas". Y añadió: "El recuerdo de los difuntos, el cuidado de los sepulcros y los sufragios son el testimonio de la confiada esperanza radicada en la certeza de que la muerte no es la última palabra sobre la suerte humana, porque el hombre está destinado a una vida sin límites que tiene su raíz y su fin en Dios". E invitó a rezar la siguiente oración: Oración del Papa por los difuntos Dios de infinita misericordia, confiamos a tu inmensa bondad a cuantos han dejado este mundo para la eternidad, donde tú esperas a toda la humanidad, redimida por la sangre preciosa de Jesucristo, muerto en rescate por nuestros pecados.
No mires, Señor,
tantas pobrezas, miserias y debilidades humanas
con las que nos presentaremos ante el tribunal para ser juzgados para la felicidad o la condena. Míranos con la mirada piadosa que nace de la ternura de tu corazón, y ayúdanos a caminar en el camino de una completa purificación. Que ninguno de tus hijos se pierda en el fuego eterno, donde ya no puede haber arrepentimiento. Te confiamos, Señor, las almas de nuestros seres queridos, y de las personas que han muerto sin el consuelo sacramental o no han tenido manera de arrepentirse ni siquiera al final de su vida. Que nadie tenga el temor de encontrarte después de la peregrinación terrenal, en la esperanza de ser acogidos en los brazos de la infinita misericordia. La hermana muerte corporal nos encuentre vigilantes en la oración y llenos de todo bien, recogido en nuestra breve o larga existencia. Señor, que nada nos aleje de ti en esta tierra, sino que en todo nos sostengas en el ardiente deseo de reposar serena y eternamente. Amen.
PARA ESCUCHAR
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