SÁBADO
SAN JUAN 16, 23-28 CON UN SOLO CLIC: http://www.losclaustros.com/
Ese día no me preguntaréis nada. En verdad, en verdad os digo: si algo pedís al Padre en mi nombre, os lo concederá. Hasta hora no habéis pedido nada en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa. »Os he dicho todo esto con comparaciones. Llega la hora en que ya no hablaré por comparaciones, sino que claramente os anunciaré las cosas acerca del Padre. Ese día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, ya que el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado y habéis creído que yo salí de Dios. Salí del Padre y vine al mundo; de nuevo dejo el mundo y voy al Padre.
Pedir al Padre en tu nombre, será la oración de tus discípulos. También lo fue de la primitiva cristiandad, será la tarea de los hombres de todos los tiempos. Ese día pediréis en mi nombre, y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, ya que el Padre mismo os ama, porque vosotros me habéis amado y habéis creído que Yo salí de Dios.
Nos lo habías ofrecido: En verdad, en verdad os digo: si le pedís al Padre algo en mi nombre, os lo concederá. Pedir en tu nombre será garantía de conseguir lo que se pide; pedir en tu nombre es el camino más corto pata llegar al manantial; pedir en tu nombre será aceptar el modo más eficaz de obtener lo deseado.
Hasta ahora no habíamos pedido nada en tu nombre. Ahora si lo hacemos. Pedimos en tu nombre y en tu nombre recibimos; pedimos en tu nombre y en tu nombre nuestra alegría es completa. Y lo haremos siempre porque siempre queremos fiarnos de tus palabras.
“Tras la resurrección el Señor hablará con claridad a los Apóstoles. Y estos penetrarán en el misterio de su pasión y en la inmensidad del amor de Dios al enviar a su Hijo al mundo. La firmeza de la fe de los discípulos se apoya en la convicción de que el Señor conoce todos los corazones y todas las cosas, y en la victoria de Jesucristo” .
Después de veinte siglos, tus palabras conservan su misma validez y su mismo sentido. Después de veinte siglos, tus recomendaciones siguen siendo tan claras y tan directas como cuando las pronunciaste.
Ojalá sepamos aceptarlas y vivirlas siempre.
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