DÍA 18 DE OCTUBRE DE 2011
POR UNOS PIES, CIUDADANO URBANO
Ayer me sentí, por unas horas, hombre de ciudad. La ocasión me la brindó la consulta médica que tuvo que realizar mi hermana Mercedes. Durante un rato pude pasear por algunas de los lugares más emblemáticos de Pamplona.
Después de 23 días de su operación de juanetes, hoy era el día de quitarle los vendajes que han tenido presos sus dos pies. Era a las 12:15 de la mañana cuando le tocaba entrevistarse con su médico.
Para subir de la Calle Villafranca hasta el Ambulatorio Doctor San Martín, Antiguo General Solchaga, necesitaba de un coche. A su disposición lo puso Ángel Mari, su sobrino, que acompañado de su madre Estébana, hermana de Mercedes, les acercó al lugar de entrevistarse con el médico.
Aprovechando el viaje yo también subí a Pamplona. Llegué con ellos hasta el Solchaga; luego Ángel Mari me acercó hasta la casa del sastre, situada en calle San Saturnino, 1, 2º ida., donde tenía que encargarme unos pantalones.
El encargo lo hice rápido. Y me volví al Solchaga andando. Fue en este momento, cuando me sentí auténtico ciudadano urbano. Pasé junto al Ayuntamiento de Pamplona, lugar de acontecimientos importantes. Atravesé la Plaza del Castillo, no muy concurrida, pero llena de fuerza y de color. Un sol brillante la presentaba como una joya de la ciudad.
De allí me dirigí al Solchaga, bordeando la Plaza de toros. Un grupo de turistas, apiñado junto a la estatua de Hemingway, escuchaba atento las explicaciones que daba en voz alta una guía, colocada en medio del grupo.
Al tomar la calle Amaya, abarrotada de coches y de gente, una señora en su coche se paró a mis pies para informarse del Hotel Rodero. No supe informarle. Llegué al Ambulatorio, conecté con mis hermanas por móvil antes de que el medico les hubiera llamado. Al rato les llamó.
Entraron. Yo esperé fuera y aproveché para escribir este blog. Lo estaba terminando cuando salieron de la visita médica. Buenas noticias. Unos días más de convalecencia y adelante. Para ello, deberá utilizar el sentido común y mover los pies varias veces al día. Luego, esperar la nueva cita con el médico. Bajamos a la calle.
Al poco rato, llegó Ángel Mari con su coche negro. Se montaron mis hermanas, camino de Orvina. Yo me dirigí al Centro, Carlos III, hoy era día de círculo. ¡Gracias Señor, por la mejoría de los pies, por la ayuda y porque hoy me has concedido sentirme ciudadano, urbano por unas horas!
PINCHA AQUÍ
http://www.youtube.com/watch?v=UK1BfTAkrqc
Ayer me sentí, por unas horas, hombre de ciudad. La ocasión me la brindó la consulta médica que tuvo que realizar mi hermana Mercedes. Durante un rato pude pasear por algunas de los lugares más emblemáticos de Pamplona.
Después de 23 días de su operación de juanetes, hoy era el día de quitarle los vendajes que han tenido presos sus dos pies. Era a las 12:15 de la mañana cuando le tocaba entrevistarse con su médico.
Para subir de la Calle Villafranca hasta el Ambulatorio Doctor San Martín, Antiguo General Solchaga, necesitaba de un coche. A su disposición lo puso Ángel Mari, su sobrino, que acompañado de su madre Estébana, hermana de Mercedes, les acercó al lugar de entrevistarse con el médico.
Aprovechando el viaje yo también subí a Pamplona. Llegué con ellos hasta el Solchaga; luego Ángel Mari me acercó hasta la casa del sastre, situada en calle San Saturnino, 1, 2º ida., donde tenía que encargarme unos pantalones.
El encargo lo hice rápido. Y me volví al Solchaga andando. Fue en este momento, cuando me sentí auténtico ciudadano urbano. Pasé junto al Ayuntamiento de Pamplona, lugar de acontecimientos importantes. Atravesé la Plaza del Castillo, no muy concurrida, pero llena de fuerza y de color. Un sol brillante la presentaba como una joya de la ciudad.
De allí me dirigí al Solchaga, bordeando la Plaza de toros. Un grupo de turistas, apiñado junto a la estatua de Hemingway, escuchaba atento las explicaciones que daba en voz alta una guía, colocada en medio del grupo.
Al tomar la calle Amaya, abarrotada de coches y de gente, una señora en su coche se paró a mis pies para informarse del Hotel Rodero. No supe informarle. Llegué al Ambulatorio, conecté con mis hermanas por móvil antes de que el medico les hubiera llamado. Al rato les llamó.
Entraron. Yo esperé fuera y aproveché para escribir este blog. Lo estaba terminando cuando salieron de la visita médica. Buenas noticias. Unos días más de convalecencia y adelante. Para ello, deberá utilizar el sentido común y mover los pies varias veces al día. Luego, esperar la nueva cita con el médico. Bajamos a la calle.
Al poco rato, llegó Ángel Mari con su coche negro. Se montaron mis hermanas, camino de Orvina. Yo me dirigí al Centro, Carlos III, hoy era día de círculo. ¡Gracias Señor, por la mejoría de los pies, por la ayuda y porque hoy me has concedido sentirme ciudadano, urbano por unas horas!
PINCHA AQUÍ
http://www.youtube.com/watch?v=UK1BfTAkrqc
2 comentarios:
Cierto es su recorrido de las cosas y de los detalles de la familia estoy agradecida
La verdad que me puse muy contenta como me fue a visitas a la consulta
La verdad es que doy gracias a Dios por estar todo bien y mis hermanos por ese detalle de acompañarme que más puedo decir si lo dice todo el blog
Termino de leer su comentario y me he emocionado
Meme
Jose Luis
termino de leer su blogger
Me he dado cuenta que a esa chica cuando yo iba a misa la he visto entrar por la iglesia
me alegro este bien
Mañana le saludare
gracias D Josemaria
Publicar un comentario