El Papa pide salir a evangelizar en la
ciudad, cambiar horarios en parroquias y evitar clericalismos
Rocío Lancho
García/Zenit
El Papa Francisco recibió el jueves 27 de
noviembre a los participantes de la segunda fase del Congreso
Internacional de la Pastoral de la Grandes Ciudades, que se celebró en
Barcelona del 24 al 26 de noviembre.
En su discurso el Papa habló de su
experiencia personal, como "pastor de una ciudad poblada y multicultural
como es Buenos Aires". De este modo, aprovechó esta "óptima
ocasión" para profundizar en los desafíos y posibles horizontes de una
pastoral urbana.
El primer desafío del que ha hablado es
"realizar un cambio en nuestra mentalidad pastoral".
Notando el hecho de que "hoy ya no somos
los únicos que producimos cultura, ni los primeros, ni los más
escuchados".
Por eso, "necesitamos un cambio de
mentalidad pastoral", pero no de una "pastoral relativista" que
por querer estar presente en la "cocina cultural" pierde el horizonte
evangélico, dejando al hombre confiado en sí mismo y emancipado de la mano de
Dios.
De este modo, Francisco ha destacado que es
necesario "tener la valentía de hacer una pastoral evangelizadora audaz y
sin temor" porque, "el hombre, la mujer, las familias y los distintos
grupos que viven en la ciudad esperan de nosotros, y necesitan para su vida la
Buena Noticia que es Jesús y su Evangelio". Y para ello, ha añadido,
"debemos trabajar para no tener vergüenza en el anunciar a
Jesucristo".
El segundo punto abordado por el Pontífice ha
sido la multiculturalidad. Realidad con la que hay que dialogar "sin
miedo". Se trata -ha afirmado Francisco- de adquirir un diálogo pastoral
sin relativismos, que no negocia la propia identidad cristiana, pero que quiere
llegar al corazón del otro, de los otros distintos a nosotros, y allí sembrar
el Evangelio. A propósito ha puesto como ejemplo a Pablo en su discurso en
Atenas, "pobrecito, salió mal...pero tuvo creatividad".
La religiosidad del pueblo ha sido el tercer
aspecto sobre el que ha reflexionado. "Dios vive en la ciudad. Es
necesario ir a buscarlo y pararse allí donde Él está trabajando", ha
indicado. Además, ha advertido sobre las religiosidades que nos son
cristianas.
Pero, también ha precisado que "no
podemos negar ni despreciar tal experiencia de Dios, que aún siendo a veces
dispersa o mezclada, pide ser descubierta y no construida".
Asimismo, ha recordado que para el diálogo
evangelizador "es necesaria la conciencia de la propia identidad cristiana
y también la empatía con la otra persona".
Por otro lado, ha indicado otro doble desafío
en las grandes ciudades: ser hospitalarios con los pobres y los
inmigrantes y valorar su fe. Advirtiendo que es muy probable que esta
fe esté mezclada con elementos del pensamiento mágico e
inmanentista, "debemos buscarla, reconocerla, interpretarla y
seguramente también evangelizarla".
Y finalmente el desafío de los pobres
urbanos. "La ciudad, junto con la multiplicidad de preciosas ofertas para
la vida, tiene una parte que no se puede esconder y que en muchas ciudades es
cada vez más evidente: los pobres, los excluidos, los descartados", ha
observado.
A propósito ha afirmado que la Iglesia
no puede ignorar su grito, ni entrar en el juego de los sistemas injustos,
mezquinos e interesados que buscan hacerles invisibles.
Para finalizar su intervención ante los
participantes del Congreso, el Pontífice ha dado dos propuestas para estos
desafíos.
En primer lugar: "salir y facilitar".
Aspecto clave para Francisco, este cambio de
mentalidad: "del recibir al salir, del esperar a que vengan a ir a
buscarles".
Y para "facilitar el encuentro con el
Señor" ha propuesto "hacer accesible el sacramento del
bautismo", "iglesias abiertas", "secretarías con horarios
para las personas que trabajan", "catequesis adaptadas en los
contenidos y en los horarios de la ciudad"...
De este modo, el Papa ha
pedido "profundizar esos cambios necesarios en nuestras varias
catequesis, sustancialmente en nuestras formas pedagógicas, para que los
contenidos se comprendan mejor" y al mismo tiempo "aprender a
despertar en nuestros interlocutores la curiosidad y el interés por
Jesucristo".
La segunda propuesta es "la Iglesia
samaritana. Estar". Este es un cambio en el sentido del testimonio.
"Con el testimonio podemos incidir en
los núcleos más profundos, allí donde nace la cultura", ha afirmado. Los
cristianos contribuyen a construir una ciudad en la justicia, en la solidaridad
y en la paz con "el testimonio concreto de misericordia y ternura que
busca estar presente en las periferias existenciales y pobres" porque
"actúa directamente en los imaginarios sociales, generando orientación y
sentido para la vida de la ciudad".
Y en toda esta labor social de la Iglesia, es
muy importante "el protagonismo de los laicos y de los mismos
pobres. Y también la libertad del laico, porque eso que nos encarcela, que
no abre las puertas, es la enfermedad del clericalismo. Es uno de los
problemas más graves".
Para finalizar, Francisco ha recordado los
escritos del beato Pablo VI, cuando era arzobispo de Milán, que pueden ayudar
en este desafio pastoral.
PARA ESCUCHAR
1 comentario:
GRACIOS D JOSEMARIA REZAREMOS POR ESTE MUNDO TAN LLENO DE NECESIDAD DE DIOS CUANTA COSA Y CUANTOS PROBLEMAS
SU FELIGRESA
MEME
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