Y ME HABLÓ LA MADERA
Pero
un día, pasó por allí un señor vestido de pana, llevaba calzado alto, gorro en
la cabeza y un bastón en la
mano. Se acercó hasta mí en ademán de saludo, pero tras
apartar una rama que se enroscaba en mi talle, me marcó con un pequeño punzón
cortante en mi corteza.
Sentí un ligero cosquilleo, casi imperceptible. No entendí que era lo que había hecho aquel hombre.
El, antes de marcharse, volvió a mirarme, pasó las yemas de sus dedos por la pequeña señal y sin otro gesto, se alejó. Nunca más volví a ver a aquel paisano.
Sentí un ligero cosquilleo, casi imperceptible. No entendí que era lo que había hecho aquel hombre.
El, antes de marcharse, volvió a mirarme, pasó las yemas de sus dedos por la pequeña señal y sin otro gesto, se alejó. Nunca más volví a ver a aquel paisano.
Pasaron
las horas. Llegó de nuevo la tarde, la noche y las sombras apagaron mis
pensamientos. Aquella noche soñé con viajes y aventuras, con gentes y con
fiestas, Algo extraordinario adivinaba iba a ocurrir en mi vida. No sabía que
iba a suceder conmigo, pero vislumbraba acontecimientos extraordinarios. Quería
explicármelo pero acerba a hacerlo.
1 comentario:
UN DIA MAS GRACIAS POR TANTA AYUDA QUE NOS ESTA DANDO
SU FELIGRESA
MEME
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