Y ME HABLÓ LA MADERA...
Así
fuimos caminando durante un tiempo, hasta que llegáramos a la entrada de la ciudad. La calle por
donde cruzamos estaba llena de gentes. Unos albergaban las paredes de las fachadas
de sus casas; otros limpiaban la calle de restos de basuras. algunas mujeres
colgaban en las ventanas adornos, al día siguiente iba a pasar por allí la Procesión del Corpus y querían tener todo a punto.
Tal vez por eso, cuando el carro en el que yo iba cruzó por aquella calle, las personas mayores nos miraban con cierta extrañeza y hasta con rechazo. Quizás pensaban que la limpieza que ellos procuraban se iría al traste con nuestro paso.
Tal vez por eso, cuando el carro en el que yo iba cruzó por aquella calle, las personas mayores nos miraban con cierta extrañeza y hasta con rechazo. Quizás pensaban que la limpieza que ellos procuraban se iría al traste con nuestro paso.
Procuramos
pasar con la mayor rapidez que pudimos por aquella calle. Al fondo de la misma, giramos a la izquierda y nos metimos por la que se encontraban los talleres de imágenes, a uno de los cuales nos dirigíamos.
PARA ESCUCHAR
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