Y ME HABLÓ LA MADERA...
Tal vez por eso, cuando el carro en el que yo iba cruzó por aquella calle, las personas mayores nos miraban con cierta extrañeza y hasta con rechazo. Quizás pensaban que la limpieza que ellos procuraban se iría al traste con nuestro paso.
Procuramos
pasar con la mayor rapidez que pudimos por aquella calle. Al fondo de la misma, giramos a la izquierda y nos metimos por la que se encontraban los talleres de imágenes, a uno de los cuales nos dirigíamos.
PARA ESCUCHAR
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