martes, 19 de julio de 2011

DESDE MI VENTANA

Es bueno para todos, también para los sacerdotes, alimentar la amistad a través de sencillos encuentros. También lo es, crecer en formación humana y espiritual. Cuando concurren ambas cosas, el fruto es la alegría y la paz.


DÍA 19 DE JULIO DE 2011

Ayer pasé unas horas en Sagüés. Fui con dos amigos, que llevé en mi coche, a una reunión de formación. Allí nos esperaban tres sacerdotes más y un joven seminarista. Después llegaron otros sacerdotes. En total, a la hora de comer, éramos alrededor de veinte.  

Fue una reunión, como todas las que hacemos cada semana, muy provechosa. La comida, por cierto de “bocadillo”, estuvo animada con noticias, sucedidos y alguna que otra anécdota graciosa. Para llegar a Sagüés, situándonos en Pamplona, hay que dirigirse a hacia Gazolaz. Y nada más salir de Gazólaz siguiendo la NA 7015, a un Km. al oeste en línea recta, aparece a la izquierda una carreterita que nos sube un cerro hasta el casi despoblado de Sagüés. Los campos de cereales, en estos momentos, están todos cosechados. Tiene por lo tanto un aspecto seco y monótono, sólo roto por alguna finca de girasoles que alegra el panorama. Se puede visitar aquí, en Sagüés, una iglesia recientemente restaurada; es la Iglesia de San Miguel, de un románico tardío, como todas las más cercanas. También tiene pórtico cubierto de bóveda de cañón sobre arcos fajones que descansan en ménsulas. Hay una portada en medio del lado sur y dos tramos a cada lado con vanos, todos ellos abocinados y ligeramente apuntados, delimitados por gruesos contrafuertes. En el lateral del lado este hay otra pequeña puerta de arco apuntado y en el opuesto, una ventana. Se accede al interior por una portada, muy sencilla, de medio punto sobre impostas. Lo más destacable es, que las hojas de madera, conservan los herrajes románicos. Tiene la nave tres tramos con una especie de crucero a la cabecera compuesto por os pequeñas capillas laterales y el ábside semicircular, aquélla, cubierta de bóveda de medio cañón apuntado y ésta con bóveda de horno. Todo ello se encuentra enlucido, a pesar de que en su día se sacó la piedra, consideraron que resaltaba más el retablo de la forma que ahora se presenta. El ábside al exterior está dividido en tres paños por dos pilastras y presenta un vano de medio punto con una arquivolta que apoya sobre columnas con capiteles de decoración vegetal. A los pies elevada torre con vanos de medio punto. Tras una interesante tertulia, cuando todavía calentaba el sol, regresé a Pamplona. Me acompañó uno de los que fueron conmigo. Durante el camino, fuimos recordando detalles del rato tan amigable que habíamos pasado. Llegué a casa y me senté a escribir esta experiencia y a dar gracias a Dios por los medios de formación que nos regala.


Todos los datos anteriores han sido tomados de “Arte románico en Navarra, recorridos”. Una página en Internet, de fácil acceso.

PICA AQUÍ

http://www.opusdei.es/art.php?p=25684

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabo de llegar de unos días de descanso y gracia de Dios, abro el blog para ver lo que le iba sucediendo al sacerdote joven en aquellos viajes..., y me encuentro con otra descripción, pero con la misma ilusión de enseñar y trasmitir experiencias vivas tanto en arte como en acercamiento a Dios. Muchas gracias por su ejemplo.

Mercedes dijo...

un saludo para anonimo