DÍA 30 DE SEPTIEMBRE DE 2011
VA POR TI, JAVI
Hay junto a la puerta de metal de la Parroquia donde trabajo, un arbolillo pequeño, muy joven. Aparece un tanto inclinado hacia la pared del templo y como con ganas de crecer. Es de hojas recias y arrugadas, color verde obscuro. Desconozco su nombre técnico. Si algún día me entero de su nombre exacto, descuida que te lo comunicaré.
El tronco de este arbolillo apenas si levanta del suelo metro y medio. Luego se eleva otro tanto, hacia el cielo, en ramas y hojas, pero siempre mirando a la tierra. Está sujeto por una gruesa goma negra a un palo de madera amarilla. La finalidad de esta atadura es que crezca derecho y no se incline ni para un lado ni para otro, o lo haga mínimamente.
De pequeño parecía que se iba a doblar para siempre, pero poco a poco se fue enderezando y con esta sencilla ayuda lo va consiguiendo, va cogiendo volumen, altura, derechura.
A su alrededor tiene un pequeño jardín y a uno de sus lados tiene un seto alto y fuerte que le defiende de tirones de chicos, de golpes del viento y de otras inclemencias. A sus pies, en otoño o primavera, cuando llueve, crecen pequeñas setas u hongos, que tampoco distingo estas especies.
Le he visto, a este árbillilo, crecer poco a poco. Y sueño que un día sea un árbol hermoso, robusto, fuerte, que de prestancia a esta parte del templo, sombra y cobijo.
Justamente hoy, mirando a este pequeño arbolillo. Me acordaba, una y otra vez, de Javi. Javi es uno de mis sobrinos. Le conocí niño, pequeño: era preguntón y travieso, alegre y cariñoso, como todos sus hermanos.
Y Javi, como todos sus hermanos, fue creciendo. Hizo sus primeros estudios en el Colegio Santo Ángel, los terminó en el Colegio de los Hermanos Maristas. Más tarde, empezó Derecho Civil en la Universidad de Navarra y lo finalizó, obteniendo su primera Licenciatura, en la Universidad de Valladolid, donde residió tres años.
Hoy, quizás a esta misma hora en la que estoy escribiendo estas líneas, esté tomando el avión que desde el aeropuerto de Sondica, Bilbao (Vizcaya), le lleve hasta Roma.
Allí, si Dios quiere, pasará unos cuantos años: creciendo en edad, sabiduría y gracia, como el árbol de mi parroquia, apoyado por la ayuda de todos los que le queremos.
Me venía a la memoria el número 820 de Camino: “No juzgues por la pequeñez de los comienzos: una vez me hicieron notar que no se distinguen por el tamaño las simientes que darán hierbas anuales de las que van a producir árboles centenarios”.
Y el 411 de Surco: “No es lo mismo un viento suave que el huracán. Con el primero, cualquiera resiste: es juego de niños, parodia de lucha. —Pequeñas contradicciones, escasez, apurillos... Los llevabas gustosamente, y vivías la interior alegría de pensar: ¡ahora sí que trabajo por Dios, porque tenemos Cruz!... Pero, pobre hijo mío: llegó el huracán, y sientes un bamboleo, un golpear que arrancaría árboles centenarios. Eso..., dentro y fuera. ¡Confía! No podrá desarraigar tu Fe y tu Amor, ni sacarte de tu camino..., si tú no te apartas de la “cabeza”, si sientes la unidad.
Va por ti, Javi.
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http://global.neu.gloria.tv/?media=182906
VA POR TI, JAVI
Hay junto a la puerta de metal de la Parroquia donde trabajo, un arbolillo pequeño, muy joven. Aparece un tanto inclinado hacia la pared del templo y como con ganas de crecer. Es de hojas recias y arrugadas, color verde obscuro. Desconozco su nombre técnico. Si algún día me entero de su nombre exacto, descuida que te lo comunicaré.
El tronco de este arbolillo apenas si levanta del suelo metro y medio. Luego se eleva otro tanto, hacia el cielo, en ramas y hojas, pero siempre mirando a la tierra. Está sujeto por una gruesa goma negra a un palo de madera amarilla. La finalidad de esta atadura es que crezca derecho y no se incline ni para un lado ni para otro, o lo haga mínimamente.
De pequeño parecía que se iba a doblar para siempre, pero poco a poco se fue enderezando y con esta sencilla ayuda lo va consiguiendo, va cogiendo volumen, altura, derechura.
A su alrededor tiene un pequeño jardín y a uno de sus lados tiene un seto alto y fuerte que le defiende de tirones de chicos, de golpes del viento y de otras inclemencias. A sus pies, en otoño o primavera, cuando llueve, crecen pequeñas setas u hongos, que tampoco distingo estas especies.
Le he visto, a este árbillilo, crecer poco a poco. Y sueño que un día sea un árbol hermoso, robusto, fuerte, que de prestancia a esta parte del templo, sombra y cobijo.
Justamente hoy, mirando a este pequeño arbolillo. Me acordaba, una y otra vez, de Javi. Javi es uno de mis sobrinos. Le conocí niño, pequeño: era preguntón y travieso, alegre y cariñoso, como todos sus hermanos.
Y Javi, como todos sus hermanos, fue creciendo. Hizo sus primeros estudios en el Colegio Santo Ángel, los terminó en el Colegio de los Hermanos Maristas. Más tarde, empezó Derecho Civil en la Universidad de Navarra y lo finalizó, obteniendo su primera Licenciatura, en la Universidad de Valladolid, donde residió tres años.
Hoy, quizás a esta misma hora en la que estoy escribiendo estas líneas, esté tomando el avión que desde el aeropuerto de Sondica, Bilbao (Vizcaya), le lleve hasta Roma.
Allí, si Dios quiere, pasará unos cuantos años: creciendo en edad, sabiduría y gracia, como el árbol de mi parroquia, apoyado por la ayuda de todos los que le queremos.
Me venía a la memoria el número 820 de Camino: “No juzgues por la pequeñez de los comienzos: una vez me hicieron notar que no se distinguen por el tamaño las simientes que darán hierbas anuales de las que van a producir árboles centenarios”.
Y el 411 de Surco: “No es lo mismo un viento suave que el huracán. Con el primero, cualquiera resiste: es juego de niños, parodia de lucha. —Pequeñas contradicciones, escasez, apurillos... Los llevabas gustosamente, y vivías la interior alegría de pensar: ¡ahora sí que trabajo por Dios, porque tenemos Cruz!... Pero, pobre hijo mío: llegó el huracán, y sientes un bamboleo, un golpear que arrancaría árboles centenarios. Eso..., dentro y fuera. ¡Confía! No podrá desarraigar tu Fe y tu Amor, ni sacarte de tu camino..., si tú no te apartas de la “cabeza”, si sientes la unidad.
Va por ti, Javi.
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1 comentario:
Tantos años que estoy en mi parroquia y no me he dado cuenta de ese tan importante arbol
Le prometo que en cuando puena salir de casa y puena andar por la calle lo primero sera pasar al lado del arbolito
Esto para mi tiene mucho que ver en la comparacio que nos ha puesto
QUE Podria yo decir de Javi
Podria decir cosas tan llenas de recuep rdos que´...
Javi fuiste jugeton en mi casa con tu hermano Josemari muchos sabados como jugabas por los pasillos de casa y que filas tan bonitas poniais los dos hermanos luego fuiteis ya mas mayores que paseos te dabas con tu amigo ....
cuantas cosas te diria de tantos recuerdos tan bonitos
Javi hoy para ti has llegado a una ilusio de tu vida unas esperanzas un nuevo amanecer un todo por todo Te digo con alegria ehorabuena que puedas llegar a lo que tu ilusion
Te dido como te dije al despedirte mi chico que Dios te brndiga
Tienes muy cerca de tu casa muchos Santos de nuestos tiempos
pide mucho a ese Santo cercano que nos ayude a todos en especial a tu familia ´...
javito en tono cariñoso un beso meme
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