DÍA 14 DE NOVIEMBRE DE 2011
FIDELIDAD. REPONSABILIDAD. VIGILANCIA
Leíamos ayer, en la Misa dominical, la parábola de los talentos. Hoy, después de veinte siglos de ser pronunciada la parábola, sigue siendo una llamada sobre la estrecha relación que existe entre la vida presente y la futura.
Una llamada a la fidelidad. Cada uno de nosotros, hemos recibido unos talentos, de los que no somos dueños, sino administradores. Debemos pues administrarlos lo mejor posible. No podemos perder el tiempo, ni en lamentaciones inútiles, ni en sueños irrealizables. Si empleamos bien los talentos recibidos obtendremos resultados maravillosos. Si empleamos bien los dones y cualidades recibidos, llegaremos a obtener resultados excelentes.
Una llamada a la responsabilidad. Si Dios nos ha concedido talentos, dones, cualidades, debemos trabajar con ellos. No podemos dormirnos o paralizarnos por el miedo, como el empleado negligente y holgazán de la parábola. Dios necesita los dones, los talentos de cada uno, para extender el Reino de Dios, seamos responsables.
Una llamada a la vigilancia. La propia parábola termina con un encuentro entre el Señor y sus empelados. Es este hecho, una forma de simbolizar el juicio que todos tenemos que pasar, un día, cara a cara con el Señor, para dar respuesta a nuestra administración. El examen solo tendrá una pregunta: nos examinarán del amor: ¿has amado y buscado el bien de los demás?
Que la Virgen María, Madre de Dios, Madre nuestra, Madre de la Iglesia, nos ayude a cumplir con nuestras obligaciones.
PINCHA AQUÍ
http://www.youtube.com/watch?v=t9vmeNOIcjM
Leíamos ayer, en la Misa dominical, la parábola de los talentos. Hoy, después de veinte siglos de ser pronunciada la parábola, sigue siendo una llamada sobre la estrecha relación que existe entre la vida presente y la futura.
Una llamada a la fidelidad. Cada uno de nosotros, hemos recibido unos talentos, de los que no somos dueños, sino administradores. Debemos pues administrarlos lo mejor posible. No podemos perder el tiempo, ni en lamentaciones inútiles, ni en sueños irrealizables. Si empleamos bien los talentos recibidos obtendremos resultados maravillosos. Si empleamos bien los dones y cualidades recibidos, llegaremos a obtener resultados excelentes.
Una llamada a la responsabilidad. Si Dios nos ha concedido talentos, dones, cualidades, debemos trabajar con ellos. No podemos dormirnos o paralizarnos por el miedo, como el empleado negligente y holgazán de la parábola. Dios necesita los dones, los talentos de cada uno, para extender el Reino de Dios, seamos responsables.
Una llamada a la vigilancia. La propia parábola termina con un encuentro entre el Señor y sus empelados. Es este hecho, una forma de simbolizar el juicio que todos tenemos que pasar, un día, cara a cara con el Señor, para dar respuesta a nuestra administración. El examen solo tendrá una pregunta: nos examinarán del amor: ¿has amado y buscado el bien de los demás?
Que la Virgen María, Madre de Dios, Madre nuestra, Madre de la Iglesia, nos ayude a cumplir con nuestras obligaciones.
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