sábado, 17 de diciembre de 2011

DÍA 17 DE DICIEMBRE DE 2011

UNA BUENA MUJER

Jueves, 15 de diciembre de 2011. Son las siete menos cuarto de la tarde. Hasta la sacristía llega una señora, con aspecto compungido y triste. Lleva en la mano un papelito blanco doblado y nada más. Entra y me saluda con voz baja y temblorosa. Parece que le ocurre algo desagradable y que le cuesta manifestarlo.
Correspondo al saludo como es mi obligación. Y sin más, le pregunto: ¿qué desea?. La señora, con aspecto asustadizo, me dice: “Mire usted, hace un rato, cuando salía de casa, me encontré en el plano del ascensor, una cosa brillante; parecía un botón grande de nácar blanco. Me agaché, lo cogí. Era esto”.
La señora desenvolvió el papel blanco y dentro había una “Hostia pequeña”.  Cosa que me sorprendió. “No sé –siguió diciendo la señora-, si esta “forma” está consagrada o no, pero me dio tanta “cosa” encontrármela en el suelo y ¡hasta pude pisarla!, que la recogí con esmero, la envolví en este papel blanco y aquí la traigo”.
Le di muchas gracias a la buena señora. Y le comenté que esta forma quizás no estuviera consagrada, pero que yo, que iba a celebrar Misa poco después, la tomaría en alimento. A la mujer le pareció bien. Y se fue satisfecha. Hasta le cambió el color de la cara. Y además, noté que se iba contenta porque había hecho una cosa buena. Yo también me alegré de que esta buena señora mostrara tal delicadeza y piedad.
Más tarde, le he dado vueltas al asunto y he querido buscarle alguna explicación. De entrada deshecho que haya sido profanación o desprecio al Señor. Más bien me inclino a que haya ocurrido una de estas dos cosas:
Que alguno de los sacerdotes, haya dado alguna forma sin consagrar a algún niño que se prepara para la Comunión,  para que aprendiera a comulgar  y éste no haya tomado la forma y después la haya perdido.
Que el sacristán, al llenar los copones de formas, se le haya quedado alguna entre el abrigo y al ir a casa se le haya caído en el portal, ya que se da la circunstancia de que el sacristán vive en  el mismo portal en el que reside la señora que vino asustada con la forma entre papeles.
Un deseo y una invitación: Deseo: Que no haya sido profanación. Invitación: “Yo quisiera, Señor recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los santos”.

1 comentario:

ester dijo...

Su delicadeza, amor a la Santa Hostia y a Dios dicen mucho de Vd. me ha emocionado el hecho que la haya comulgada. Dios se lo premiará con creces. Edificante. Y ojalá no haya sido profanación.