1 DE ENERO DE 2012
"LA MADRE SIEMPRE SALE AL QUITE" (I)
Con el inicio del nuevo año, comienzo a airear una serie de temas escritos anteriormente, pero conocidos por un reducido número de personas. A través de este blog, espero llegue a más gente. El primero de ellos, lleva como título "La madre siempre sale al quite", y trata de un sencillo suceso que viví hace unos años cerca de mi madre y bajo su mirada. Hoy, Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, comienzo esta serie, a las dos se la dedico. Espero que a mis asiduos lectores les siga interesando, tanto o más, que los pasadas entregas. Sin más, os deseo a todos un FELIZ AÑO NUEVO 2012.
"La Guerra Civil española terminó con la primavera. Yo había nacido un año antes, en mayo, mes de la flores y de María, en un pequeño pueblo de Castilla (Villasarracino. Palencia), tierra de pan traer y de gente de palabra. Mi nombre es Gaugérico, el mismo que llevaba mi abuelo paterno. Transcurrió mi infancia entre las hambres de la postguerra y entre las estrecheces de los pueblos de labranza.
Estamos en el año 1945. Eran ya días de paz. Aquel año, las espigas llegaron madrugadoras a los trigales del campo. El mismo día de San Isidro, (15 de mayo) los labradores del lugar pudieron colocar en las andas del Santo, preparadas para la procesión, las primeras espigas de sus fincas. Eran aquellos años de mediados de siglo veinte, años en los que las siembras eran largas, las cosechas cortas y las arcas familiares menguadas.
Fui creciendo entre privaciones y carencias, entre trabajos y escasos descansos, pero feliz y contento. Durante mis primeros años, viví dichoso en el hogar de mis padres. Poco después, por circunstancias especiales - a mi padre le tuvieron que cortar una pierna- estuve al cuidado de los abuelos paternos. Al morir el abuelo Gaugérico, me quedé a la sombra de mi querida abuela Filiberta y de mi recordado tío Félix". (Seguirá)
"LA MADRE SIEMPRE SALE AL QUITE" (I)
Con el inicio del nuevo año, comienzo a airear una serie de temas escritos anteriormente, pero conocidos por un reducido número de personas. A través de este blog, espero llegue a más gente. El primero de ellos, lleva como título "La madre siempre sale al quite", y trata de un sencillo suceso que viví hace unos años cerca de mi madre y bajo su mirada. Hoy, Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, comienzo esta serie, a las dos se la dedico. Espero que a mis asiduos lectores les siga interesando, tanto o más, que los pasadas entregas. Sin más, os deseo a todos un FELIZ AÑO NUEVO 2012.
"La Guerra Civil española terminó con la primavera. Yo había nacido un año antes, en mayo, mes de la flores y de María, en un pequeño pueblo de Castilla (Villasarracino. Palencia), tierra de pan traer y de gente de palabra. Mi nombre es Gaugérico, el mismo que llevaba mi abuelo paterno. Transcurrió mi infancia entre las hambres de la postguerra y entre las estrecheces de los pueblos de labranza.
Estamos en el año 1945. Eran ya días de paz. Aquel año, las espigas llegaron madrugadoras a los trigales del campo. El mismo día de San Isidro, (15 de mayo) los labradores del lugar pudieron colocar en las andas del Santo, preparadas para la procesión, las primeras espigas de sus fincas. Eran aquellos años de mediados de siglo veinte, años en los que las siembras eran largas, las cosechas cortas y las arcas familiares menguadas.
Fui creciendo entre privaciones y carencias, entre trabajos y escasos descansos, pero feliz y contento. Durante mis primeros años, viví dichoso en el hogar de mis padres. Poco después, por circunstancias especiales - a mi padre le tuvieron que cortar una pierna- estuve al cuidado de los abuelos paternos. Al morir el abuelo Gaugérico, me quedé a la sombra de mi querida abuela Filiberta y de mi recordado tío Félix". (Seguirá)
1 comentario:
Esperemos que su nuevo tema nos ayude como hasta ahora.
Feliz año
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