sábado, 9 de marzo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


UN SENCILLO SALUDO

Saludar a los que pasan a tu lado, es señal de buena educación. Y la verdad, que bien mirado, ofrecer el saludo al que pasa a tu lado, no es algo difícil, arduo, sino que entra dentro de las cosas sencillas que todos podemos realizar sin mayores esfuerzos.

Y si el que pasa a tu lado, es conocido, es feo mirar hacia otro lado, dar la impresión que no lo has visto, pasar de largo y evitar el saludo.  Si el que se cruza contigo, es conocido, no debes negarle el saludo. Será bien para ti y será bien para el otro.

Eran las once y diez de la mañana. Salía de casa camino de la Iglesia. De lejos vI a dos hermanos (ella y él) que venían paseando. Ellos, creo también me vieron. Tuvimos que aminorar el paso para encontrarnos. Lo hicimos. Y como mandan los cánones, nos saludamos.

Saludo ritual. Luego una sencilla pegunta por mi parte: -- ¿Cuando vais a ir al pueblo? - Pues ya enseguida, me dijeron. Con este tiempo, que parece que va mejorando, tendremos que ir pronto a sembrar las patatas. - Que tengáis suerte. - Gracias.

Esto fue todo. Pero estoy seguro, que los hermanos (ella y él) se fueron contentos. Yo también proseguí feliz hacia la Iglesia. Un pequeño gesto, un sencillo saludo habían estrechado un poco más nuestra amistad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"Un pequeño gesto, un sencillo saludo habían estrechado un poco más nuestra amistad" nos comenta.

Y la lectura del libro de la vida de Don Álvaro, un hombre fiel, han estrechado más mi agradecimiento a todos los que me han enseñado a querer más a Dios a través del espíritu del Opus Dei. Añado

Un pequeño gesto y un gran ejemplo me han acercado más a Dios.