sábado, 20 de diciembre de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

 El Pesebre y el Árbol traen un mensaje 
de luz y de esperanza
El Papa agradece el regalo para la plaza de San Pedro y recuerda que los valores cristianos constituyen un patrimonio inapreciable que es necesario conservar y transmitir a las generaciones futuras
El Papa ha recibido esta mañana en la Sala Clementina a una delegación de las provincias italianas de Verona y Catanzaro, que este año han regalado al Vaticano el Belén con las figuras de terracota y el árbol de Navidad respectivamente, que decoran la Plaza de San Pedro. Por la tarde de este viernes se realizará la ceremonia de inauguración del árbol y del Pesebre, y así los ciudadanos romanos y los turistas podrán visitarlo.

Durante su discurso, el papa Francisco ha afirmado que “los valores del cristianismo han fecundado la cultura, la literatura, la música y el arte de vuestras tierras y todavía hoy constituyen un patrimonio inapreciable que conservar y transmitir a las futuras generaciones”. 

El Pontífice ha recordado que el Nacimiento y el árbol de Navidad, son signos navideños sugestivos y amados por nuestras familias cristianas, “recuerdan el misterio de la encarnación, el Hijo unigénito de Dios que se hizo hombre para salvarnos y la luz que Jesús trajo al mundo con su nacimiento”. 

Pero tanto el Belén como el Árbol --ha afirmado el Santo Padre-- tocan al corazón de todos, también de los que no creen, “porque hablan de fraternidad, de intimidad y de amistad, llamando a la humanidad de nuestra época a descubrir de nuevo la belleza de la sencillez, del compartir y de la solidaridad”.

Asimismo, ha señalado que “son una invitación a la unidad, a la concordia y a la paz; una invitación a hacer sitio, en nuestra vida personal y social, a Dios” que “no viene con arrogancia a imponer su potencia”, sino que “nos ofrece su amor omnipotente a través de la frágil figura de un Niño”. Por tanto, ha especificado el Papa, el Pesebre y el Árbol traen “un mensaje de luz, de esperanza y de amor''.


Al concluir su discurso, el Santo Padre ha observado que “el Mesías se hizo hombre y vino entre nosotros para disipar las tinieblas del error y del pecado, trayendo a la humanidad su luz divina”. Y así, finalmente ha invitado a seguir “a esta Luz verdadera para no extraviarnos y para dar, a nuestra vez, luz y calor a todos los que atraviesan momentos de dificultad y oscuridad interior''.

PARA ESCUCHAR

No hay comentarios: