En la homilía de este
jueves, el Santo Padre recuerda que el Señor nos salva en la historia y camina
con su pueblo
La historia de Dios con nosotros es siempre historia
de salvación. Y debemos fiarnos de Dios también en los momentos oscuros, aún cuando
no entendemos. Así lo ha indicado esta mañana el santo padre Francisco esta
mañana en la homilía de Santa Marta.
“Dios ha querido salvarnos en la historia”, nuestra
salvación “no es una salvación aséptica, de laboratorio”, ha advertido. Por
eso, el Papa ha recordado que Dios “ha hecho un camino en la historia con su
pueblo”. De este modo, “no hay una salvación sin historia. Y para llegar al
punto de hoy ha habido una historia larga, un historia muy larga”, ha afirmado
Francisco.
El Papa lo ha explicado de este modo: “y así, paso a
paso, se hace la historia. Dios hace la historia, también nosotros hacemos la
historia; y cuando nosotros nos equivocamos, Dios corrige la historia y nos
lleva adelante, adelante, siempre caminando con nosotros”. Si nosotros no
tenemos esto claro --ha indicado el Pontífice-- nunca entenderemos la Navidad.
Nunca entenderemos la Encarnación del Verbo.
Y ha añadido: “es todo una historia que camina.
‘Padre, ¿ha terminado esta historia con la Navidad?’ ¡No! Ahora aún el Señor
nos salva en la historia. Y camina con su pueblo”.
Así, Francisco ha recordado que en esta historia están
los elegidos de Dios, esas personas que Él elige para ayudar a su pueblo a ir
adelante, como Abraham, Moisés, Elías. Para ellos “hay algunos momentos difíciles”,
“momentos oscuros, momentos incómodos, momentos que molestan”, ha observado el
Papa. Personas que quizá quieren vivir tranquilas pero que “el Señor incomoda.
¡El Señor nos incomoda para hacer la historia! Nos hace ir muchas veces sobre
caminos que nosotros no queremos”, ha exclamado el Santo Padre.
Por otro lado, Francisco ha recordado que el Evangelio
del día habla “de otro momento difícil de la historia de la salvación”, en el
que José descubre que su prometida, María, está embarazada. A propósito, el
Pontífice ha explicado que “él sufre, ve las mujeres del pueblo chismorreando
en el mercado; pero él sufre. ‘¡Pero esta es buena, yo la conozco! Es una mujer
de Dios. ¿Pero qué me ha hecho? ¡No es posible!’ Si la acusa, la lapidarán.
Pero no quiere, aún si no entiende. Sabe que María es incapaz de ser infiel”. Y
de este modo el Papa ha señalado que “en estos momentos difíciles estos
elegidos de Dios, para hacer la historia deben cargar el problema a sus
espaldas, sin entender”. Así, “el Señor hace la historia”.
Francisco ha proseguido indicando que “así hace José,
el hombre que en el momento más feo de su vida, el momento más oscuro, toma
sobre sí el problema. Y él se acusa a sí mismo a los ojos de los otros para
cubrir a su esposa”. Quizá --ha observado-- algún psicoanalista dirá que este
sueño es el condensado de la angustia, que busca una salida… que digan lo que
quieran. Pero lo que José hizo después del sueño, tal y como ha recordado el
Papa, toma consigo a su esposa. “No entiendo nada, pero el Señor me ha dicho
esto y este aparecerá como mi hijo”.
Y así, ha proseguido la homilía indicando que “hacer
historia con su pueblo significa para Dios caminar y poner a prueba a sus
elegidos”. Pero al final los salva: “recordamos siempre, con confianza, también
en los momentos más difíciles, también en los momentos de enfermedad, cuando
nos damos cuenta que debemos pedir la extrema unción, porque no hay salida,
decir: ‘Pero Señor, ¡la historia no ha comenzado conmigo ni terminará conmigo!
Tú ve hacia adelante, yo estoy dispuesto!'” Y así, “ponernos en las manos del
Señor”.
A continuación, Francisco ha preguntado qué nos
enseñan los elegidos de Dios.
“Que Dios camino con nosotros, que Dios hace historia,
que Dios nos pone a la prueba, que Dios nos salva en los momentos más
difíciles, porque Dios es nuestros Padre. Y según Pablo es nuestro Papá”, ha
explicado.
Para finalizar la homilía, el Pontífice ha pedido que
“el Señor nos haga entender este misterio de su caminar con su pueblo en la
historia, de su poner a prueba a sus elegidos, que toman sobre ellos los
dolores, los problemas , también la apariencia de los pecadores --pensemos en
Jesús-- para llevar adelante la historia”.
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