viernes, 20 de septiembre de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

EL DESVÁN DE NUESTRA CASA


Otra actividad de las vacaciones ha sido: el desván. “El desván, conocido también como ático, buhardilla, altillo, sobrado o doblado, es según el diccionario, una habitación en la parte superior de una vivienda disponible bajo el caballete del tejado. Normalmente se usa como trastero donde guardar viejos objetos en desuso, aunque actualmente algunos se han rehabilitado y se han hecho habitables, incluyéndose ventanas para tejados[”.

Exactamente, así es el desván de nuestra casa. Un lugar donde puede encontrarse de todo: Desde una baldosa hasta una estantería; desde una bicicleta hasta una silla de ruedas; desde un colchón hasta una bandera de España.

Bueno, en el desván de nuestra casa hay además: orcas, bieldos, zoquetas, hoces de segar, mesillas de noche, puertas de casas, maderas para quemar, herramientas, impresoras y plásticos de todas las clases.

Una diversión, pues, de este verano ha sido viajar por este desván: y ya se sabe, cuando se pasea por un desván te tropiezas con cualquier cosa. Bastaría peguntar a Merche que fue la que exploró nuestro desván.

Al final de la expedición, siempre bajaba con cosas para el deshecho. Unas iban directamente al fuego, otras esperaban que les diera salida más tarde.

Estáis invitados a ver el desván de nuestra casa. No es lo que era. Antes era imposible andar por él, ahora se puede pasear por sus zonas libres.


PARA ESCUCHAR

jueves, 19 de septiembre de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

“SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS”


Pasó la primera semana de vacaciones. Del mismo modo, "mutatis mutandis", transcurrieron las siguientes. Por eso, para no caer en inútiles repeticiones, en los blogs siguientes, recordaré algunas cosas concretas que realizamos esos días.

Comienzo por el desguace. Teníamos dos sillones de una antigua sala de estar, que después de años habían dado con sus huesos en el patio de casa. Estaban viejos, sucios y además estorbaban.

Por eso, un día -la operación la habíamos pensado muchas veces-,  nos decidimos a desguazarlos. Merche y yo, armados de martillo y hacha, comenzamos la faena.

Hacia sol aquella tarde. Serían las cinco de la tarde. La hora de las faenas de los toreros. Martillazo por aquí, hachazo por allá. En poco más de una hora uno de los sillones quedó para el arrastre.

A decir verdad, la faena fue laboriosa. Vueltas, golpes, rasgones, cortes, sacudidas. Al fin, el primer sillón quedó hecho añicos. Nos costó –en frase de Winston Churchill- “sangre, sudor y lágrimas”. 

Habíamos triunfado. Como premio vuelta al ruedo y dos orejas para cada uno de los diestros que intervinimos aquella tarde la plaza del patio de nuestra casa.


miércoles, 18 de septiembre de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

FIN DE LA PRIMERA SEMANA 
DE VACACIONES

Imagen de Carrión de los Condes

Con el jueves dimos por finalizada la primera semana de vacaciones. Como todos los días, desayuno, oración, Santa Misa. Terminada la Misa, nos preparamos para acercarnos a Carrión de los Condes.

El motivo: todos los jueves se celebran en esta Ciudad, un extraordinario mercadillo. A mis hermanas les gusta acudir, y yo, de mejor o peor gana, conductor, trato de dar gusto a tal importante afición.

Llegamos a Carrión de los Condes, poco antes de la una. Aparco junto a la Iglesia de Santa María. Allí se bajan mis hermanas. Yo sigo en el coche hasta el Convento de las Claras. Allí, siempre hay sitio para aparcar.

Visito al Señor, expuesto en una Gran Custodia. Rezo un poco y a continuación salgo a la calle. Me dirijo hacia la carretera por donde llegan numerosos peregrinos que hacen el camino de Santiago.

No es raro entrar en conversación con algunos. Preguntan, respondo y, mientras dialogamos, encomiendo su camino. Otras veces me dedico a leer. Este año he leído un interesante libro titulado: Antonio Fontán. Un héroe de la libertad. Autor: Agustín López Kindler.

A las dos, vuelta al pueblo. Comida, oración, paseo, cena, partida de cartas. El quehacer de todos los días. Y en la torre el reloj de la villa, sigue engañándonos con sus toques, cada hora.


martes, 17 de septiembre de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

Y LOS MIÉRCOLES A PALENCIA


Todos los miércoles viajábamos a Palencia. Nos levantábamos como todos los días. El mismo horario hasta la doce. A esta hora, más o menos, salíamos hacia la Capital. Trece kilómetros de carretera comarcal, para enseguida, pasado San Mamés y Carrión de lo Condes, entrar en la carretera provincial que nos llevaba hasta Palencia.

Una primera parada, donde bajaba una de mis hermanas. A continuación, siguiendo la Avenida de Manuel Ribera, llegábamos a la casa que fue de nuestra hermana Judit. Allí dejábamos el coche y cada quien iba a sus quehaceres. 

Yo, sin casi perder tiempo, me dirigía a la Calle Mayor, número 16, piso segundo derecha. Allí me encontraba con un grupo de sacerdotes palentinos. Tras los saludos de rigor y el relato de antiguas y nuevas vivencias, comenzábamos el círculo.

Al círculo le seguía la comida, la tertulia, las charlas fraternas y las confesiones, para quienes así lo deseaban. Poco después, volvía a la casa de Judit. Un breve descanso y sin más dilaciones a las Claras.

Mis hermanas, solían comer en la Trébede, casa de comidas situada en la Plaza del Ayuntamiento. Algunos días les acompañaba José Luis, uno de nuestros sobrinos, que dede hace años, vive y trabaja en Palencia.

Rezo de vísperas, un rato pausado de oración y se hacía la hora de volver al pueblo. Carretera adelante, mientras rezábamos el Rosario. A las ocho, aproximadamente, estábamos en casa.

Enseguida llegaba la hora de cenar. La partida de cartas y un día más de vacaciones. Así todos los miércoles. 

PARA VER Y ESCUCHAR
https://www.youtube.com/watch?v=8RO2cf9ngJM

lunes, 16 de septiembre de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

Y TRAS EL LUNES, EL MARTES

La Misa, los días laborables es a las 11:30. Un grupo de fieles del pueblo y otro mayor, de los llegados de fuera, nos reunimos en la Iglesia a celebrar la Eucaristía. Don Balbino, el párroco preside la celebración, varios sacerdotes del pueblo que concelebramos con él.
La iglesia de Villasarracino es grande. Una nave amplia y dos más pequeñas. De la nave central cuelga una lámpara moderna que da esplendor al templo. Varios altares colocados en las paredes laterales, ennoblecen el conjunto.
El retablo del altar mayor está presidido por la Virgen de la Asunción, Patrona de la Parroquia. Es una imagen esbelta y elegante que se elevaba hacia lo alto, llevada por ángeles.
A las doce finaliza la Misa. Algunas mujeres riegan las plantas colocadas en el portal del sol, con el propósito de mantenerlas frescas y lozanas.
Poco después, se cierran las puertas y queda el templo vacío. Una forastera, “de cuyo nombre -como escribió Cervantes en el Quijote-, no quiero acordarme”, permanece tiempo y tiempo en el templo.
Por la calle poca gente. De rato en rato se escuchan las bocinas de los vendedores: el panadero, el pescadero, el frutero…; es una de las ventajas de los pueblos: todo te lo llevan a la puerta de casa.
Un rato de trabajo. La comida, la siestica, la oración, el paseo, la cena, la partida de cartas. Y adormir.
PARA VER Y ESCUCHAR







domingo, 15 de septiembre de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

Y LLEGÓ EL PRIMER LUNES


El lunes era el día de extender encima de la mesa el material y empezar a desarrollar el programa que tenía en la cabeza: ordenar papeles que durante el año se me habían amontonado, iniciar el esquema de catequesis de adultos para el próximo curso y repasar algunas notas sobre informática.

Empecé por los papeles. Utilicé una cama como  campo de acción. Allí extendí mis papelajos y con paciencia los fue agrupando por materias y fechas. Para la hora del almuerzo había hecho un buen avance. Seguiría los días siguientes.

Este día colocamos una hermosa mesa en el patio y las sillas a juego con la misma. Entre la cocina y el comedor la mesa del patio. En las horas de sombra, sobre todo a las tardes, se estaba allí divinamente.

Un breve siesta, rezo de vísperas y poco después, como todos los días a la Iglesia. La Iglesia estaba fresquecita, había que protegerse con un chaquetilla para no enfriarse. Pero estaba allí muy bien. Se podía decir, como San Pedro, “quien bien se está aquí”, “hagamos aquí tres tiendas”.

El consabido paseo, la espera para la cena y la partida de cartas cerraban el día. Se dormía “a la pata la llana”. Solo las "campanadas" del reloj de la torre, rompían el silencio de la noche.

PARA VER Y ESCUCHAR


sábado, 14 de septiembre de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

PRIMER DOMINGO DE VACACIONES


Amaneció con un sol espléndido. Rezo del Oficio divino paseando por el patio. Desayuno fraterno. Después oración de la mañana. Silencio, paz, sosiego.

A las once y cuarto saco el coche de la panera. Don Balbino me había encargado la Misa en Villaherreros. Por ser domingo la Misa es a las doce.

En un santiamén llego a la Iglesia del pueblo. Un sacristán me abre el templo. Luego llegan los monaguillos. Preparamos lo necesario para celebrar. A las doce en punto comienzo la celebración.
Había bastante gente en el templo. Las cantoras llevan adelante el canto. Una joven lee las dos primeras lecturas. Yo proclamo el Evangelio y dirijo una breve homilía.

Al final de la Misa llega la sacristana. Me pone al día de los sucesos del pueblo. Luego en la calle, saludo a algunos de los asistentes a la celebración que han llegado de Palencia y de Valladolid.

Cuando llego a Villsarracino de regreso, la gente está en la Iglesia. Por las calles ni un alma. Sólo Guzmán, que por su situación no se atreve a ir a la Iglesia. El resto del pueblo, en Misa.

Comemos juntos los hermanos. Una breve siesta. Visita al Señor, oración de la tarde y un buen paseo por los arrabales del pueblo, para terminar en la ermita, rezando la Salve a Nuestra Señora de la Piedad.

Después de la cena, la consabida partida al tute. Hoy ganamos los hombres y además con dferencia. Una noche larga nos espera al final de este primer domingo de vacaciones.



viernes, 13 de septiembre de 2013

EL PRIMER DÍA DE VACACIONES


Aquella misma tarde, como solemos hacer todos los años,  dimos una vuelta por las diferentes dependencias de la casa, para comprobar que todo estaba en regla.

Enseguida nos situamos, cada uno en nuestra habitación, de forma que parecía que habíamos vivido allí toda la vida.

El patio estaba lleno de geranios, algunos con flores, otros esperando florecer de inmediato. El canto de las palomas torcaces animaban el ambiente aquellas primeras horas.

Visitamos al Señor en la Iglesia Parroquial. Hicimos un rato de oración. Algo que repetimos todas las tardes al caer el sol. Luego un breve paseo, visita a la Virgen de la Piedad y retirada a casa para cenar.

Tras la cena, una partida a cartas, entre los hermanos. Gesto este que también repetimos casi todas las noches.

Y a las doce, a descansar. Como no se oía más que el ruido del reloj cuando daba las horas, aquella primera noche dormimos de maravilla.


jueves, 12 de septiembre de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

SE ACABARON LAS VACACIONES


Ayer, 11 de septiembre, regresamos  de vacaciones. Hemos vuelto a la vida ordinaria, después de pasar unos días de descanso en el pueblo que nos vio nacer: Villasarracino (Palencia).

Salimos de Pamplona, hacia Castilla, el día 16 de agosto a las once de la mañana. Realizamos un viaje cómodo, sereno. Una breve parada para tomar un café a mitad del camino, un rato un poco más prolongado para almorzar,  después. Algo  antes de las cinco llegábamos al pueblo.

Las calles limpias, como siempre, pero más solitarias que nunca. Las fachas con buen aspecto, arregladas, rejuvenecidas; los moradores cada año, más viejos.

El reloj de la torre de la Iglesia, dio las cinco. Cinco campanadas, secas, tristes, cercanas. Nos recordó el sonido a muerto de otros tiempos. No acertábamos explicar aquel sonido.

Luego ns enteramos que hacía poco tiempo, habían cambiado el badajo y la campana. De ahí ese sonido lúgubre y raro, al que nos costó un tiempo acostumbrarnos.

Salimos del coche, pisamos tierra, abrimos la verja, la puerta de la casa. Enseguida, llegaron los hermanos: saludos a y toma de posesión del hogar de nuestros mayores.


(Seguirá)

viernes, 16 de agosto de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

SANTA MARÍA, 
ASUNTA A LOS CIELOS


Ayer, 15 de Agosto, celebramos la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María. Día de fiesta en los Cielos y día de fiesta en la tierra. En los Cielos, cánticos angélicos y alabanzas beatificas. En la tierra, alegría y gozo, acompañados del caminar diario de los hombres.

Numerosos pueblos de España honraron a Santa María, la Virgen, bajo este singular título: “Asunta a los cielos”, Nuestra Señora de la Asunción.

Villasarracino, el pueblo que me vio nacer, tiene como Patrona y titular de la Parroquia a Nuestra Señora d la Asunción. Una hermosa imagen preside desde el retablo neoclásico, dorado en 1779, al pueblo que le honra y le venera.

“En esta solemnidad de la Asunción contemplamos a María: ella nos abre a la esperanza, a un futuro lleno de alegría y nos enseña el camino para alcanzarlo: acoger en la fe a su Hijo; no perder nunca la amistad con él, sino dejarnos iluminar y guiar por su Palabra; seguirlo cada día, incluso en los momentos en que sentimos que nuestras cruces resultan pesadas. María, el arca de la alianza que está en el santuario del cielo, nos indica con claridad luminosa que estamos en camino hacia nuestra verdadera Casa, la comunión de alegría y de paz con Dios”. Homilía de Benedicto XVI (2010)

Oración: “Señor, tu quiste que tu Madre te acompañara en cuerpo y alma al Cielo. Espero compartir con los dos y todos los santos, esa gloria después de mi paso por este mundo, siguiendo su ejemplo de amor, de pureza y fe”. Así sea.


PARA ESCUCHAR

jueves, 15 de agosto de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

DESDE BARRUELO CON ESPECIAL AGRADECIMIENTO

CILLAMAYOR 

Con el presente escrito, finalizo la serie que he dedicado al periodo de mi primer nombramiento, como Capellán de Minas de Barruelo de Santullán y Coadjutor de la Parroquia de Santo Tomás, Apóstol, de la misma población.

Fueron catorce meses, llenos de actividad sacerdotal y servicio pastoral intenso. Meses, sin duda ninguna, que han dejado en mí una huella positiva, un recuerdo inolvidable.

A vivir con intensidad aquellos meses, me ayudaron además de mi familia: padres y hermanos, feligreses asiduos a la parroquia, sacerdotes, seminaristas. 

De modo especial, me veo obligado a citar al Párroco de Barruelo, Don Manuel Palacios, del que tantas cosas buenas aprendí; de Moisés Relea, compañero de curso y Coadjutor, con quien compartí tiempo e ilusiones.

No puedo olvidarme de las Hermanas de la Caridad, de los Hermanos Maristas, de cuantos colaboraban de modo cercano con los apostolados de la Parroquia, de los buenos mineros con los que pasé tan buenos ratos.

Recuerdo con cariño a Don Fernando, Director de la Academia, al médico de la empresa, al practicante, a los maestros de Escuela, a los carteros, a los dueños del hotel Navamuel y a cuantos se rozaron conmigo, por diferentes cuestiones.

Y recuerdo de modo especial a los sacerdotes de los pueblos limítrofes a Barruelo: Don Andrés, venerable sacerdote de Porquera; Don Higinio, extraordinario propagador de la Virgen del Carmen, Don Teodoro Mayo, ejemplar párroco en Vallejo de Orbó, Don José Antonio Abad, sacerdote ordenado y culto y párroco de Cillamayor, y de todos los demás sacerdotes, cuyos nombres, por brevedad, me veo obligado a omitir. A todos muchas gracias.
        

miércoles, 14 de agosto de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


CHARLAS EN LA ESCUELA DE ARTES Y OFICIOS DE BARRUELO


Muy cerca de la Parroquia de Santo Tomás, Apóstol, se encontraba la “Escuela de Artes y Oficios de Barruelo”. Allí acudía gente joven para formarse en distintos oficios y poder así conseguir mejores puestos, y gente mayor a perfeccionar los conocimientos adquiridos.

Había turnos de día y turnos de noche. Los turnos de día era de gente joven. Los turnos de noche de gente mayor que después del trabajo acudía a formarse mejor en aspectos técnicos.

Además de los aspectos técnicos, se ofrecía también formación humana y religiosa, como suplemento a la formación meramente técnica. 

La formación religiosa de la mañana la impartía Don Mnauel Palacios, Párroco de Barruelo. Cada mañana acudía varias horas a explicar la asignatura de religión establecida en el plan de estudios. La formación de la tarde-noche corría a cargo de los coadjutores.

Me tocó dar unas clases de formación sobre temas importantes de nuestra fe. Acudí, el primer día, un tanto asustado, pensando que aquellos mineros me pondrían en apuros en algún momento.

Pero no fue el caso. Comencé presentando las cinco vías  de la existencia de Dios según Santo Tomás de Aquino. Primera vía: El movimiento como actuación del móvil: Segunda vía: Experiencia de un orden de causas eficientes: Tercera vía: La contingencia o limitación en el existir: Cuarta vía: Diversos grados de perfección en las cosas: Quinta vía: El gobierno de las cosas: 

Aquel día llegué contento a cenar, había comenzado a hablar delante de un número de personas necesitadas de formación cristiana y había salido airoso.

A la mañana siguiente, Don Manuel me preguntó por la charla de la noche anterior. Le dije que muy bien. Se sonrió y con voz suave y pausada, me dijo: Ya te dije que “no es tan fiero el león como le pintan”.

Sentencia del viejo párroco que se cumplió en los días sucesivos con total regularidad.




SENCILLAS VIVENCIAS

 La época anterior al descubrimiento 
de las minas

El 14 de Marzo de 1255 Alfonso X el Sabio otorga fuero a la villa de Aguilar de Campoo y a las aldeas, términos y lugares de su alfoz, entre los que se encontraba Barruelo. En las primeras noticias que se tienen de Barruelo, aparece como una aldea dependiente de la jurisdicción del Merino, de la villa de Aguilar.

Entre los años 1340-1352, se califica a Barruelo como lugar de BEHETRÍA (especie de señorío peculiar o república a la que se le permitía elegir su propio jefe). Eran señores por aquel entonces del Lugar Fernando Díaz Duque y Fernán García Duque. Y reinaba D. Pedro I de Castilla.
Molino en el Rubagón

martes, 13 de agosto de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


PROBLEMAS 
CON EL ORDENADOR


Hoy no he podido escribir mi página. Pido disculpas. Espero mañana estar en disposición de hacerlo. Muchas gracias.

PARA ESCUCHAR
https://www.youtube.com/watch?v=87OBXo_zw9E

lunes, 12 de agosto de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


CONFESIONES DE NIÑOS
EN BARRUELO DE SANTULLÁN
 
 

 Cada sacerdote tenía su confesonario. El que yo ocupaba estaba situado frente a la puerta lateral que era la que habitualmente se usaba. El otro al lado contario y uno más, al fondo de la Iglesia.

 Eran confesonarios  hechos de madera, al estilo de la época. Tenían una puerta delantera, por donde se confesaban sólo los hombres y rejillas a ambos lados, por donde se confesaban sólo las mujeres. Así estaba establecido.

 No eran cómodos los confesonarios aquellos. En los días de largas sesiones de confesión, los sacerdotes mayores terminaban con dolor de espalda y las rodillas encogidas. No así los jóvenes, no así.

Don Manuel, en este tema, como en tantos otros, nos dio buen ejemplo. Todos los días dedicaba algún tiempo a atender confesiones. Y todos los días, unos más otros menos, acudía gente a reconciliarse con Dios.

 Los coadjutores también teníamos nuestro tiempo de confesonario: cuando acudían a confesar los niños de los Hermanos Maristas o las niñas de las Hermanas de la Caridad.

¡Cómo no recordar aquellos estupendos ratos de confesonario en los que iban pasando, uno tras otro, todos los chicos y chicas de los Colegio y de las Escuelas!.

 Confiaba San Josemaría el día de San José de 1975 a socios de la Obra en Roma, lo siguiente:

"... Pasó el tiempo. Fui a buscar fortaleza en los barrios más pobres de Madrid. Horas y horas por todos los lados, todos los días, a pie de una parte a otra, entre pobres vergonzantes y pobres miserables, que no tenían nada de nada; entre niños con los mocos en la boca, sucios, pero niños, que quiere decir almas agradables a Dios.

;Qué indignación siente mi alma de sacerdote, cuando dicen ahora que los niños no deben confesarse mientras son pequeños! ;No es verdad! Tienen que hacer su confesión personal, auricular y secreta, como los demás. ;Y qué bien, qué alegría!

Fueron muchas horas en aquella labor, pero siento que no hayan sido más. Y en los hospitales, y en las casas donde había enfermos, si se pueden llamar casas a aquellos tugurios... Eran gente desamparada y enferma; algunos, con una enfermedad que entonces era incurable, la tuberculosis”.

domingo, 11 de agosto de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

EJERCICIOS ESPIRITUALES  
PARA NIÑOS



De Don Manuel Palacios, Párroco de Barruelo de Santullán, aprendí, como vengo escribiendo en estos recuerdos, muchas cosas de la vida pastoral de la parroquia. 

Con la paciencia y sabiduría, propias de un sacerdote con muchos años y mucha experiencia a sus espaldas , nos fue enseñando a servir a los feligreses, mayores y pequeños.

Hoy quiero recordar un encargo que me encomendó en la Cuaresma. “Se trata –me dijo- que des unos ejercicios espirituales a un grupo de niños de la escuela. Siguiendo este esquema: una meditación por la mañana y otra por la tarde”.

Me pareció genial. En el Seminario había dedicado mucho de mi tiempo libre, a aprender a tratar a los niños en la Catequesis. Era esta, una feliz oportunidad de demostrarme a mí mismo y, a la vez, al propio Párroco, que lo que había aprendido en el Seminario servía para algo.

Estos ejercicios espirituales duraron tres días. Dos para exponer algunas verdades de la fe cristiana y su aplicación en la vida, y un día más dedicado a confesar, previa preparación.

El primer día hablé de Dios creador, de Dios Redentor y de Dios Santificador, de la oración, el trabajo. El segundo, hablé de la Iglesia, de la Misa, de los Sacramentos y de la Virgen María.

Entre otras anécdotas conté la "del sabio y el barquero", que se resume en estos versos:  "La ciencia más acabada // es que el hombre en gracia acabe, // pues al fin de la jornada, // aquél que se salva, sabe, // y el que no, no sabe nada".

Aquellos ejercicios fueron todo un éxito.


sábado, 10 de agosto de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

LA LÁMPARA DEL SANTÍSIMO 
Y MI PRIMERA SOTANA


Ante el sagrario en el que está reservada la santísima Eucaristía ha de lucir constantemente una lámpara especial, con la que se indique y honre la presencia de Cristo”. (Canon 940)

Actualmente no se exige que sea de aceite o cera; puede ser incluso eléctrica, pero no común, sino peculiar, de forma que destaque de las lámparas de uso convencional, para poder cumplir aquel doble fin aludido: indicar y honrar  la presencia de Cristo.

Mientras fui coadjutor de la Parroquia de Santo Tomás, Apóstol, de Barruelo de Santullán, curso 1963/64, tuve como encargo cuidar de que no le faltara nunca aceite a la lámpara del Santísimo.

Estaba situada lámpara del Santísimo al lado derecho del presbiterio, colocada en un aplique de viejo metal. Se podía sacar el vaso fácilmente. No precisaba de escalera o de taburete alguno.

Una mañana, terminada la Misa en la Capilla de las Hermanas de la Caridad, me dirigí a la Iglesia parroquial. Abrí la puerta, entré en el templo, miré al Sagrario y después, a la lámpara para comprobar su situación.

La lámpara estaba apagada. Con la mayor celeridad que pude me acerqué. Al coger el vaso y tratar de sacarlo, el vaso se partió en dos y el aceite que tenía se derramó sobre mi sotana. ¡Qué gran disgusto!

Jamás olvidaré aquella mañana fatídica en la que cumpliendo con un hermoso encargo, cuidar de la lámpara del Santísimo, eché a perder  mi primera sotana.


viernes, 9 de agosto de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

MINEROS, VINO BLANCO Y ACEITUNAS


Tan pronto como recibí el nombramiento de Capellán de Minas de Barruelo de Santullán, mi padre, hombre sensato y prudente, me advirtió, cosa que siempre tuve en cuenta, que tuviera cuidado en el trato con los mineros.

Durante la Guerra Civil Española y antes también, en Barruelo de Santullán había existido, entre los mineros, un ambiente anticlerical muy marcado.

Mi sorpresa fue grande, cuando el primer domingo, terminada la Misa Mayor, a la puerta de la Iglesia, un grupo de mineros me esperaban para que les acompañase a “tomar unos blancos”. Les acompañé, acordándome del consejo de mi padre. 

Entramos en el primer bar que encontramos. Uno de los mineros, hizo señas al camarero para que nos sierva una ronda de blancos y unas aceitunas que colocó en un plato.

Mientras tomábamos el blanco, que entraba divinamente, hablamos y hablamos. O por mejor decir, hablaban y hablaban... Yo escuchaba, a unos y a otros, procurando quedar bien con todos.

De pronto, el camarero a la señal de uno de los presentes, nos sirvió otra ronda de blancos y más aceitunas. Hablamos, hablamos…; y llegó la tercera ronda y un nuevo plato de aceitunas.

La primera impresión sobre los mineros de Barruelo, había sido muy buena. Los viejos recelos, podía con toda seguridad, dejarlos de lado. Y eso es lo que hice.


jueves, 8 de agosto de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

PREGUNTAS RETÓRICAS


"Cuando preguntamos algo a alguien, lo que solemos hacer es interpelar a la persona en cuestión con el objetivo de que nos brinde una respuesta con la información que buscamos. De esta manera, podemos preguntar dónde queda una dirección o qué hora es, por citar dos preguntas frecuentes.

Hay preguntas, sin embargo, que se realizan sin esperar una respuesta. Se trata de las denominadas preguntas retóricas, que incluso pueden no contar con un destinatario específico.

Estas interrogaciones pueden considerarse como una figura literaria o un recurso expresivo. A diferencia del resto de las preguntas, que apuntan a obtener un dato del interlocutor, las preguntas retóricas intentan que el oyente reflexione sobre un asunto o que adopte un cambio en su conducta".

He aquí algunas preguntas retóricas

¿Alguien duda de mi buena memoria? ¿Alguien piensa que mis recuerdos son “puro presente”? ¿Alguien cree que lo sucedido hace cincuenta años es fabricación actual? ¿Alguien supone que la memoria es algo inexistente?

A estas preguntas retóricas, van dirigidas estas afirmaciones:

Primero: Por gracia de Dios puedo presumir de tener, hasta el momento, buena memoria. Como muestra de ello sirvan los últimos escritos aparecidos en este blog: sencillas vivencias.

Segundo: Los recuerdos, en efecto, algo tienen de presente, pero no “puro presente”. Son relatos elaborados con el aire y el sol actuales, pero enraizados fuertemente en el pasado.

Tercero: ¿Se pueden adornar los hechos y los dichos del pasado, pero no fabricarlos sólo con mimbres del presente. En toda narración hay una mezcla de hecho vivido y de acción recreada; de frito y de refrito.

Cuarto: La memoria existe. Hay que ejercitarla, recrearla, revivirla. Sólo así mantendremos viva la atención presente y nos libraremos de males futuros.


miércoles, 7 de agosto de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

CINE EN LOS MARISTAS,
EN LAS TARDES DEL DOMINGO


Las tardes de los domingos, para los sacerdotes de Barruelo de Santullán, eran bastante llevaderas. Eran tardes que podíamos dedicar a pasear, visitar familiares, amigos, o simplemente, leer, escuchar música. En cualquier caso, eran tardes de descanso , de amistad, de ocio bien entendido.

Además de todo lo dicho, los sacerdotes de Barruelo, teníamos otra nueva forma de pasar parte de la tarde: dedicar un par de horas a lo que se vino en llamar y se llama, “el séptimo arte”, es decir a ver cine.

Los Hermanos Maristas, que impartían prestigiosa enseñanza durante la semana y durante la mañana del domingo dedicaban varias horas con los alumnos al deporte, por las tardes, para entretener a sus chicos y ampliar su cultura, programaban dos sesiones de cine: una para los chicos más pequeños y otra para los chicos mayores.

A la segunda sesión, también nos invitaban a los sacerdotes. No sólo a los sacerdotes sino a nuestras familias. ¡Cuántas veces acudí acompañado de mis hermanas y de mis padres, al cine de los Maristas!.

La televisión por aquellos años intentaba entrar en los hogares. Por eso, ver cine entonces, era una novedad, una diversión, casi un juego. Quizás por eso, comencé a apuntar los títulos de las películas que íbamos viendo.

Seguro que por ahí descansa, metido en alguna vieja carpeta, una "libreta" con los títulos de las películas vistas en el Cine de los Maristas de Barruelo! 

Ahora, al pasar los años, sólo recuerdo con nostalgia "el embrujo" de aquellas tardes y la amistad reinante entre todos.