sábado, 30 de julio de 2011

DIA 31 DE JULIO DE 2011
 

 VIAJE AL PUEBLO

Desde Pamplona a Villasarracino hay, más o menos, unos 320 kilómetros de distancia. En la actualidad, este trayecto se puede hacer en tres horas, por autovía o autopista, lo que hace el viaje bastante cómodo.

Muy distinto era hace unos cuantos años, cuando para hacer este mismo recorrido, había que gastar más tiempo, y, sobre todo, sufrir la presencia angustiosa de camiones, y esperar el momento propicio para adelantarlos, siempre con el riesgo de que apareciera defrente el coche más inoportuno.

Hoy no es así, hoy se puede adelantar en todo momento y lugar, sólo hace falta tener un poco de precaución y estar atentos a los espejos retrovisores.

Pues bien, el viernes, día 29 de julio, salí de Pamplona camino hacia mi pueblo con el fin de descansar unos días y visitar a mi familia que hace tiempo que no veo.

El día era bueno, algunas nubes y grandes claros lo que presagiaba una jornada tranquila y serena, como en realidad así fue.

El tráfico era fluido y mi coche rodaba a las mil maravillas. Desde cambiaron el tope de velocidad de 110 a 120 de nuevo, no había hecho un trayecto de tantos kilómétros lo que me obligó a ir constantemente mirando al salpicadero. Nunca me gusta correr y esta vez tampoco, lo que hizo que casi todos los hículos me adelantasen.

El caminar con prudencia hace que puedas fijarte mejor en el paisaje y disfrutar con más detalle de la naturaleza.

Y también pude , es mi costumbre, asaltar sagrarios cada vez que divisaba a los lejos los campanarios de la Iglesias, y después correrilla en ristre, hacer una comunión espiritual. Siempre con esta fórmula que aprendí hace muchos años: “Yo quisiera Señor recibiros con aquella pureza y humildad y devoción con que os recibió vuestra santìsima Madre, con el espiritu y fervor de los santos”.

También, te da, en un viaje largo en este tiempo, la posibilidad de contemplar los rastrojos salpicados de terrenos de girasoles; o a ver un grupo de aguilas que revoloteaban en circulos simetricos en busca de carnaza, o sabedoras de lugares de alimentos preparados.

Y como no solo de pan vive el hombre, de tiempo en tiempo, rezábamos el rosario a nuestra Señora, pidiéndole por las necesidades propias y ejenas. ¡Qué hermoso es alabar a María bajo la advocación de la imagen que en cada pueblo se venera, y, siempre, pensando en la del propio lugar, en mi caso, la Virgen de la Piedad, bajo cuya advocación se la venera en la ermita de mi pueblo.

Y así las cosas, casi sin darnos cuenta, después de casi tres horas, estábamos entrando por las calles de Villasarracino. Arriba, a las afueras del pueblo, está situada la ermita de Nuestra Señora de la Piedad. Como es constumbre en mi familia, al llegar a su lado, rezamos la oración de la Salve. Y, a continuación, también lo hacemos desde que murieron los padres y una hermana, rezamos un padrenuestro por su eterno descanso.

Habíamos llegado, sin percance alguno. Nos esperaba otra hermana con la mesa y mantel puestos. Una muestra de estamos en casa es la flor que puedes contemplar en la fotografía de más arriba.

PINCHA AQUI
 
http://www.opusdei.es/art.php?p=30360

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegra que pueda descansar unos días junto a los suyos. Espero que entre sus quehaceres vacacionales esté el comentario diario, salvo que la tecnología se lo impida.
Buena descripción e interesante enseñanza.

ester dijo...

Villasarracino, tierra de campos según mi documentación.
Al abrir el blog, me preguntó, ¿qué enseñanza encontraré hoy? Después de leer detenidamente su escrito y aprender de nuevo interesantes industrias humanas he ido a PICA AQUI y me ha dado paz.
Muchas gracias