martes, 16 de agosto de 2011

DÍA 16 DE AGOSTO DE 2011

UN DOMINGO DE UN SACERDOTE EN UN PUEBLO DE PALENCIA



Así las cosas, se había hecho la hora del desayuno. Desayuno que compartí con mis tres hermanas, en paz y concordia, mientras escuchaba las noticias que ofrecía la Cadena Cope de Burgos. Terminado el desayuno aproveché para hacer la oración de la mañana. Terminada esta seguí leyendo el libro que estos días de vacaciones tengo entre manos: “Segunda navegación” del Prof. Alejando Llano, que por cierto me está gustando mucho, por lo que cuenta y como lo cuenta.

También aquí, en el pueblo, el tiempo pasa sin que se le pueda detener. Eran las doce de la mañana. Ante la Virgen, que tengo en mi habitación, recé el Angelus, mientras me unía a tantos y tantos otros hombres y mujeres, que a esta misma hora estarían saludando a Nuestra Señora, en diferentes lugares del mundo.

Y como el párroco del lugar, Don Balbino Pescador, me había encargado celebrar la Misa de una, dediqué unos minutos a preparar dos palabras que diría más tarde en la homilía. A las doce y media estaba en la Iglesia. Quise ir con tiempo, para preparar los libros, cáliz y ornamentos sagrados para la celebración. Era la una menos cuarto, cuando le di a un botón para tocar las campanas que avisaban la hora de “entrar” en la Iglesia para celebrar la Misa dominical.

Justo, a la una, salía de la sacristía hacia el altar, adornado con bonitos ramos de flores. La Iglesia estaba muy concurrida de gente. Como hacía tiempo que no la había visto de esta manera. Gente joven, de mediana edad y también personas mayores. Se nota palpablemente que estamos de vacaciones de verano.

En la homilía siguiendo el mensaje que nos ofrecía el Evangelio, hablé sobre la necesidad de oración. A este respecto, recordé la siguiente cuarteta: “el alma sin oración, es como huerto, sin agua; como sin fuego, la fragua; como nave, sin timón”. También insistí en la necesidad de no tener miedo, y de confiar en la fuerza de Dios Todopoderoso.

Como la Misa era por Ricarda, esposa de un primo segundo, perteneciente a la cofradía de Arbas, al finalizar la celebración, recé un responso delante del Altar en el que se halla una hermosa talla de la Virgen bajo la advocación de Arbas.

(continuará mañana)
 
PINCHA AQUÍ
 

1 comentario:

marina dijo...

Muy bien D Josemaria que desayunos tan entrañables con su familia me siento muy cerca de ellos por ser tan llenos de cariño familiar me esta gustando mucho esa sencillez con que nos da este mensaje