domingo, 11 de septiembre de 2011


DÍA 11 DE SEPTIEMBRE DE 2011

DIOS SE LO PAGUE.

BUEN PAGADOR

Eran otros tiempos. La pobreza era compañera de muchas gentes. A veces, incluso la miseria se instalaba en los hogares. Por eso, no era raro ver transitar por los pueblos, en un mismo día, varios pobres mendigando. Recorrían las calles pidiendo limosna en cada casa y en ocasiones rogando también un lecho donde poder pasar la noche.


Iban con poca ropa y además sucia. Un morral al hombro y un cordel a la cintura que mantenía unidos sus viejos harapos. Además, se presentaban despeinados, con barba de varios días, sin lavar con agua limpia, en resumen: era un mal aspecto aquel que daban los pobres de aquel tiempo.

Pero ellos, con la paciencia de quien reza y pide, trabaja y suda, pobres de solemnidad, recorrían las casas de otros menos pobres, pidiendo limosna y amparo. Y, ¡qué tiempos aquellos! Estos pobres, después de llamar suavemente o con más fuerza a la puerta con el aldaba de hierro, con voz piadosa y suave, decían: Una limosna por amor a Dios o Ave María, Purísima, por caridad, una limosna.

Y el ama de casa que estaba cuidando a sus retoños, o preparando el puchero a la lumbre hecha de pajas, o lavando las ropas en un balde de agua recién sacada del pozo, salía a la puerta y atendía al pordiosero, con lo que podía: a veces, un trozo de pan, otras veces, un poco de fruta, y casi siempre, unas perras gordas o chicas (dinero).

El pobre extendía la mano sucia, y casi sin mirar a la persona que le daba, con los ojos puestos en el suelo, decía a media voz: “Dios se lo pague”. Y sin más, se daba media vuelta y proseguía el recorrido. Y siempre, lo ví muchas veces, la persona que desde dentro había mitigado, mínimamente, la pobreza del pobre pordiosero, con voz también queda y llena de amor, decía: ´”Buen pagador”.

Ayer, diez de septiembre, mañana de sol y de bautizos, me venían estas escenas a la cabeza, después de pasar toda la mañana bregando y realizando varias cosas. Al terminarlas, se me ocurrió llamar a la puerta del Sagrario, y pedirle a Jesús: “una limosna por amor a Dios”. El Señor me dio un mendrugo de paz, un trozo de consuelo, una onza de resignación y un puñado de esperanza.
 Y fue entonces, cuando me salió del corazón la jaculatoria del pobre pordiosero de mi pueblo: “Dios se lo pague”; y oí allá al fondo de mi corazón y de mi alma la expresión de las buenas amas de casa que ayudaban a los pobres de otros tiempos: “Buen pagador es”.

Sí, buen pagador es Dios por todas las cosas que por él hacemos. Y buen pagador es Dios por todo lo que por Él realizamos. Pidamos a Dios que sepamos hacerlo todo, por su gloria, sólo por su gloria.

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http://www.youtube.com/watch?v=Let9DRG9DNk

1 comentario:

Mercedes dijo...

Que emocionanta comentario me ha dado tanta emocion me he enternecido por recordar años pasados y luego darme cuenta
Que es aDios dondo tenemos que acudir a las necesidades de cada diade nuestra vida
gracias por todo un dia mas
su feligresa meme