DÍA 17 DE SEPTIEMBRE DE 2011

UN BUEN CAMBIO

Ayer, después del periodo de verano, iniciamos en la Parroquia los nuevos horarios del curso. Y como siempre, en estos casos, no todo el mundo se entera a la primera. Lo habíamos anunciado el domingo pasado en todas las Misas, habíamos  enviado una revista con los nuevos horarios por las casas, lo habíamos dicho dos días antes; pues nada, siempre hay alguno que no se entera y movido por la costumbre o rutina, acude a la hora de siempre.

Se vé que hay que explicarlo, una y otra vez; hay que llenarse de paciencia y repetir las cosas las veces que sean necesarias. Y así, de esta manera, pasados unos días, todo volverá a su cauce, a la normalidad.

Estas cosas, me hacen  pensar en las ventajas y desventajas de los cambios. Decía un amigo mío que todo cambio es para peor. No creo que sea siempre así.

Pienso que esta frase, además de ser un tanto exagerada, se referirá a cosas importantes, que se cambian por el mero hecho de cambiar.

Sin embargo, el cambio de horario, no creo que siempre sea para peor. Quizás alguna vez sí, pero si el cambio se ha hecho con serenidad y reflexión, es muy posible que el cambio sea para bien.

Pero existen otros cambios más importantes. A propósito de estos cambios, más trascendentes y necesarios, te copio, por si te puede ayudar, este sencillo testimonio:

“Hace 16 años me arrodillé a rezar pidiendo cambiar mi vida. Pasado un tiempo, un buen día dí con la estampa de San Josemaría. Inicialmente dudé de ella, pero ha cambiado mi vida por completo.

Me presenté al bachillerato elemental, pero fracasé. Conseguí obtener un empleo, pero como no tenía ningún certificado de estudios elementales, fuí contratada sólo en condición de ayudante. Quería seguir un curso de formación, pero no me admitieron en ninguna escuela porque no podía demostrar que había completado la enseñanza secundaria.

Sin embargo, contra todo pronóstico -y es aquí donde empieza el núcleo de mi testimonio-, cuando conseguí una estampa y la recé por intercesión de San Josemaría, mi oración fue contestada y me admitieron en un instituto público donde pude cursar Diseño Gráfico y ciencias de la información. Al fin conseguí un título.

Doy gracias a Dios por eso y por otra petición que hice por mi hermano, que había sido condenado a muerte. Le absolvieron de la condena el año pasado, en Junio de 2010, todo debido a la intercesión de San Josemaría. Gracias Señor por escuchar mis oraciones a través de la intercesión de San Josemaría.”

La estampa de San Josemaría ha conseguido que yo diera la vuelta a mi vida. Un buen cambio.

PINCHA AQUÍ

http://www.youtube.com/watch?v=zlCz9kmGO2A