sábado, 24 de septiembre de 2011


DÍA 24 DE SEPTIEMBRE DE 2001


NECESIDAD DE LA PODA

Dos metros antes de llegar a los escalones que hay que subir para entrar en el rellano del pórtico de la Parroquia de Santa Teresa, colocaron hace tiempo, un arco metálico, con malla de alambre. El objeto de este arco, era que subieran por cada lado del arco los esquejes de dos rosales que habían plantado al pie de cada uno.


Conocí estos esquejes pequeños, los fui conociendo algo más altos, pero nunca subieron de suerte que se unieran por ambos lados, hasta formar un todo con el arco y ofrecer rosas en tiempo de rosas. Si subieron algo, más el de el lado izquierdo. También los vi con rosas. No muchas, pero si bonitas.

En alguna ocasión este arco, sirvió como marco para hacer fotografías a los niños de Primera Comunión, también sacaron fotografías en algunas bodas. Pero no ha dado demasiado juego este adorno exterior que colocaron cerca de la Iglesia.

Pues bien, ayer cuando llegaba al templo, observé que el arco estaba totalmente pelado. Ni una hoja, ni una flor. Sólo unos palos secos hasta media altura de cada lado. Me fijé en ellos y me causaron extrañeza.

Habían pasado los podadores del barrio y habían tomado la decisión de cortar todo. Ahora toca esperar, haber si que con las lluvias del otoño, que ayer comenzaba, y sobre todo con las lluvias del invierno que llegará pronto, en la próxima primavera el arco se llene de hojas, de tallos, de flores, de rosas.

Y aunque dicen que el fin del invierno es una fecha señalada para los amantes de la jardinería, ya que es el momento de podar la planta que nos regala la flor más bonita del jardín: la Rosa”, los jardineros lo han hecho ahora.

Y aunque dicen también que “si adelantamos la poda, corremos el riesgo de sufrir las heladas tardías de febrero, y si nos retrasamos demasiado, la floración del Rosal se verá resentida al iniciarse ya con el calor del verano”, aquí lo han hecho ahora.

Aunque también dicen “que en regiones con un clima suave, la poda se puede efectuar antes de tiempo. Cada Rosal tiene sus propias peculiaridades a la hora de meterle las tijeras, por eso debemos conocer de antemano todos los detalles”. Esperemos resultados. Mientras, a esperar.

Así es la vida. Para que haya frutos, hay que podar, hay que resistir, hay que esperar, tiene que pasar el tiempo.

Escribiçó San Josemaría en camino, n. 701 ¿“No has oído de labios del Maestro la parábola de la vid y los sarmientos? —Consuélate: te exige, porque eres sarmiento que da fruto... Y te poda, "ut fructum plus afferas" —para que des más fruto. ¡Claro!: duele ese cortar, ese arrancar. Pero, luego, ¡qué lozanía en los frutos, qué madurez en las obras!”


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1 comentario:

Mercedes dijo...

luego le contestare al tema