miércoles, 28 de septiembre de 2011


DÍA 28 DE SEPTIEMBRE DE 2011

NECESIDAD DE LAS VIRTUDES HUMANAS

Se llama Antonio, es de Corella y vive en Pamplona. Es un hombre de estatura media y de edad incierta. Le conozco desde hace tiempo. Siempre está igual.


De par de mañana se acerca al templo de Santa Teresa; también recorre otros templos de la ciudad. Lleva siempre los auriculares colocados en las orejas. Le gusta escuchar música clásica y religiosa. También sigue por radio las últimas noticias, no por interés, sino simplemente por curiosidad.

Lo primero que hace al llegar al templo, cada mañana, es acercase al banco donde estoy sentado y darme los buenos días; luego me pide la bendición, que le doy amablemente, me desea pase un buen día y se sale a la calle, donde espera hasta que comience la Misa, que suele oír desde la puerta del hall interior.

Entre Misa y Misa se coloca a la puerta de la Iglesia y allí espera que algún feligrés le ponga sobre su mano, que extiende pedigüeña, algún euro, que le ayude a tomarse un café en el bar de la esquina y a darle al cigarro que no tira de la boca.

Entre las cosas a destacar de este “buen hombre”, están la puntualidad, la constancia, la paciencia, el buen humor. Virtudes humanas que bien vividas llevan a los que las viven a ser respetados, estimados, considerados, queridos.

Por contraste, que pena dar ver a personas irresponsables, incumplidoras de la palabra dada, impacientes, poco tolerantes, poco sacrificadas. A la postre, estas personas se hacen insoportables, poco de fiar, raras, mal humoradas.

Quiero hoy hacer un canto a la puntualidad, a la seriedad, a la nobleza, al buen humor. Estoy seguro que viviendo estas virtudes, se consiguen más amigos, la vida se hace más fácil y la convivencia más agradable.

Leí hace años estas palabras: “Cuando un alma se esfuerza por cultivar las virtudes humanas, su corazón está ya muy cerca de Cristo. (…)”.

Y estas: “Las virtudes humanas son el fundamento de las sobrenaturales; y éstas proporcionan siempre un nuevo empuje para desenvolverse con hombría de bien”.

Y estas otras: “Pero, no basta el afán de poseer esas virtudes: es preciso aprender a practicarlas (…). Hay que ejercitarse habitualmente en los actos correspondientes -hechos de sinceridad, de veracidad, de ecuanimidad, de serenidad, de paciencia-, porque obras son amores, y no cabe amar a Dios sólo de palabra, sino con obras y de verdad”.

PINCHA AQUÍ

http://www.youtube.com/watch?v=XUTgcsvJ9GE

1 comentario:

Mercedes dijo...

Muy interesante lo de Antonio puedo decirle que es cierto yo cuando voy a misa Antonio alli esta todos los dias siempre saludando cariñoso
Siempre tiene un punto de meditacion
su feligresa meme