jueves, 8 de septiembre de 2011


DÍA 8 DE SEPTIEMBRE DE 2011

COMENZAR Y RECOMENZAR

Las cosas, pocas veces, salen a la primera. Hay que perseverar en el trabajo comenzado, hasta conseguir el resultado apetecido o aproximarse a él. La obra perfecta, en realidad, nunca se consigue, al menos, al gusto de todos. Siempre queda algún aspecto que pueda ser mejorado.


Un ejemplo concreto de lo que acabo de escribir es la confección de una sencilla revista que finalicé ayer, en la que ofrezco horarios, actividades, noticias de la Parroquia, y que repartiré al comienzo del curso pastoral.

Comencé a elaborar la revista, escribiendo un borrador a mano sobre las cosas a informar; más tarde, lo pasé al ordenador, con el fin de reducir algo el trabajo en caso de tener que cambiar algún aspecto. Así escrito, a primera vista parecía que podía servir para informar a los feligreses en las aproximas fechas. Pero no bastaba, había que hacerlo mejor.

Manos, pues, a la obra. Utilizando el texto que tenía copiado, abrí una hoja en el programa Publisher e hice las cajas necesarias para introducir el texto. Lo introduje y, aparentemente, había quedado bien, pero esta presentación me pareció un mazacote, no invitaba a leerlo y por tanto a informase de su contenido. Tuve empezar otra vez. Así lo hice.

A la tercera va la vencida, se suele decir, pero no fue así. A la tercera, me di cuenta que aún no era buena la presentación, que tenía que lograr que fuera más comprensible, que se percibiera el mensaje, sin mayor esfuerzo.

Volví a corregir lo corregido. Lo intenté una y otra vez. Al fin me pareció que la presentación era correcta y lo imprimí. Y fue entonces cuando advertí que había que seguir trabajando la presentación. Lo hice –con paciencia-, hasta que me pareció haber llegado, no a la perfección, que en lo humano no existe, sino a una aceptable presentación. Lo imprimí de nuevo.

Y fue, en este momento, cuando descubrí algunos datalles imperfectos; espacios vacíos, imágenes inadecuadas, falta de uniformidad, etc, Una vez más me dediqué a corregir la revista y tras unas cuantas impresiones, llegué al resultado que ahora presento satisfactoriamente.

Puedo escribir, una vez más, que las cosas no salen a la primera, que hay que perseverar, que hay que ser constantes en el empeño. Tampoco la santidad, se consigue a la primera. Hay que luchar con constancia. Que bien lo dejó escrito San Josemaría: “La vida cristiana es un constante comenzar y recomenzar, un renovarse cada día”.

PINCHA AQUÍ

http://www.youtube.com/watch?v=BXbVziMTcCg

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hay problemas para enviar comentarios. acabó de mandar uno y no ha salido

Mercedes dijo...

Que razon tiene San Josemaria lo de comenzar y recomenzar cuanto necesito yo esto
Gracias por su ayuda y por todo
su feligresa meme