DÍA 30 DE OCTUBRE 2011
NO ES LO MISMO DOBLAR FOLIOS QUE DOBLAR FOLIOS
En mi Parroquia, todos los meses, se publica una pequeña revista. Lleva por título “Hoja Parroquial”. Son cuatro páginas, tamaño cuartilla, en papel corriente y color negro.
En los números correspondientes al presente curso, se ofrecen algunos aspectos de los distintos grupos existentes en la parroquia. En el último número, se presenta al grupo de “Caritas”.
Pero no quería, en esta página de mi blog, tratar del contenido de la revista, sino simplemente hablar de un colaborador parroquial relacionado con esta publicación. Se trata de un “doblador”. Doblador, es una persona que dobla. Y doblar, según el Diccionario de la Real Academia Española, tiene hasta veintiuna acepciones. Doblar, si se trata de cine o televisión, es hacer una doblaje; doblar, si se refiere a una actividad sacerdotal, es celebrar dos Misas; doblar, si se considera el término en general, es inclinar, inducir a alguien a que piense o haga (caso de los animales en las corridas de toros) lo contrario a su primer intento.
Doblar también es aplicar una sobre otra dos partes de una cosa flexible. Cuando señalo que el colaborador parroquial, es un doblador, me refiero a esta última acepción: es un hombre que aplica una página sobre otra de un folio. Un folio Din A3, que doblado se transforma en cuartilla.
Pues bien, este doblador parroquial tiene la virtud de doblar los folios con una perfección exquisita, notable. Hay que advertir, que es un jubilado que en sus tiempos dedicó largas horas a la encuadernación. Se nota el oficio. Y además de la elegancia en el doblaje, este doblador tiene la virtud de ser muy servicial, cariño, delicado. Marcas su número de teléfono, conectas con él, le hablas de la revista y a los pocos minutos está doblando hojas. Y no se va hasta que no termina.
El último ejemplo fue ayer. Quinientas revistas tiradas desdel ordenador. Llamada y al instante doblando revistas. Y mientras dobla, además, eleva al cielo oraciones, breves jaculatorias. En esta ocasión, le he ayudado un poco. Doblo los folios de cinco en cinco para aligerar la labor. Luego él los allana con una espátula de marfil. También le ayudé a llenar el camino hasta el cielo de jaculatorias y oraciones.
Hay que aprender a distinguir que no es lo mismo “sólo doblar folios” que “doblar folios en la presencia de Dios”, según aquello de Surco: “Me escribes en la cocina, junto al fogón. Está comenzando la tarde. Hace frío. A tu lado, tu hermana pequeña —la última que ha descubierto la locura divina de vivir a fondo su vocación cristiana— pela patatas. Aparentemente —piensas— su labor es igual que antes. Sin embargo, ¡hay tanta diferencia! —Es verdad: antes “sólo” pelaba patatas; ahora, se está santificando pelando patatas. (Surco 498)
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http://www.youtube.com/watch?v=rUq3EImzJBI&feature=related
NO ES LO MISMO DOBLAR FOLIOS QUE DOBLAR FOLIOS
En mi Parroquia, todos los meses, se publica una pequeña revista. Lleva por título “Hoja Parroquial”. Son cuatro páginas, tamaño cuartilla, en papel corriente y color negro.
En los números correspondientes al presente curso, se ofrecen algunos aspectos de los distintos grupos existentes en la parroquia. En el último número, se presenta al grupo de “Caritas”.
Pero no quería, en esta página de mi blog, tratar del contenido de la revista, sino simplemente hablar de un colaborador parroquial relacionado con esta publicación. Se trata de un “doblador”. Doblador, es una persona que dobla. Y doblar, según el Diccionario de la Real Academia Española, tiene hasta veintiuna acepciones. Doblar, si se trata de cine o televisión, es hacer una doblaje; doblar, si se refiere a una actividad sacerdotal, es celebrar dos Misas; doblar, si se considera el término en general, es inclinar, inducir a alguien a que piense o haga (caso de los animales en las corridas de toros) lo contrario a su primer intento.
Doblar también es aplicar una sobre otra dos partes de una cosa flexible. Cuando señalo que el colaborador parroquial, es un doblador, me refiero a esta última acepción: es un hombre que aplica una página sobre otra de un folio. Un folio Din A3, que doblado se transforma en cuartilla.
Pues bien, este doblador parroquial tiene la virtud de doblar los folios con una perfección exquisita, notable. Hay que advertir, que es un jubilado que en sus tiempos dedicó largas horas a la encuadernación. Se nota el oficio. Y además de la elegancia en el doblaje, este doblador tiene la virtud de ser muy servicial, cariño, delicado. Marcas su número de teléfono, conectas con él, le hablas de la revista y a los pocos minutos está doblando hojas. Y no se va hasta que no termina.
El último ejemplo fue ayer. Quinientas revistas tiradas desdel ordenador. Llamada y al instante doblando revistas. Y mientras dobla, además, eleva al cielo oraciones, breves jaculatorias. En esta ocasión, le he ayudado un poco. Doblo los folios de cinco en cinco para aligerar la labor. Luego él los allana con una espátula de marfil. También le ayudé a llenar el camino hasta el cielo de jaculatorias y oraciones.
Hay que aprender a distinguir que no es lo mismo “sólo doblar folios” que “doblar folios en la presencia de Dios”, según aquello de Surco: “Me escribes en la cocina, junto al fogón. Está comenzando la tarde. Hace frío. A tu lado, tu hermana pequeña —la última que ha descubierto la locura divina de vivir a fondo su vocación cristiana— pela patatas. Aparentemente —piensas— su labor es igual que antes. Sin embargo, ¡hay tanta diferencia! —Es verdad: antes “sólo” pelaba patatas; ahora, se está santificando pelando patatas. (Surco 498)
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1 comentario:
Me he dado cuenta que Ester le ha puesto comentario ayer
me alegro Ester ver tu escrito
Hoy me ha gustado lo que nos comenta lo de doblar hojas ...
En mi vida eso lo vivo tambien.
Lo de pelar patatas para mi ha sido un punto de meditacion y por cierto que me ayuda mucho en la vida de cada dia
Su feligresa
meme
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