DÍA 9 DE DICIEMBRE DE 2011
"AVE MARIA, PURÍSIMA,
SIN PECADO CONCEBIDA"
Ayer celebrábamos, en medio de la alegría y tensión del Adviento, la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María. El día amaneció brillante. Algunas nubes viajeras correteaban por el firmamento. Y claros de sol a raudales. Buen tiempo para salir de casa y llegarse a templo a honrar a la llena de gracia, a la colmada del favor de Dios y preservada libre de toda culpa desde el primer instante de su concepción. A celebrar, un año más, el dogma de la Inmaculada Concepción de María.
Hagamos un poco de historia. Durante siglos la Inmaculada Concepción de María avanzó a oscuras. La luz de esta verdad sólo se fue abriendo paso lentamente en medio de la obscuridad de la noche. Es cierto, que esta verdad estaba en la Escritura, pero no de una forma expresa. De ahí la dificultad.
Tanta, que los padres de la Iglesia, que vivieron en los primeros siglos del cristianismo, defendieron que sólo Jesús estuvo libre de pecado. Y nadie más. Ni el gran sabio San Agustín acertó a conciliar la universalidad de la redención de Cristo con la posibilidad de que su Madre estuviera libre de pecado original.
La primera referencia a la Concepción Inmaculada de María procede de San Sabas en el siglo V. Después, en el siglo VII San Ildefonso de Toledo estableció esta fiesta en España y en el siglo X ya se celebraba en diversas iglesias de Europa. Y algo a destacar, mientras San Bernardo y Santo Tomás, siglo XIII y XIV se mostraban contrarios al dogma de la Inmaculada Concepción, el sentir de los fieles lo afirmaban cada vez con más fuerza.
La devoción popular -el Espíritu Santo inspirándola- iba en aumento; se levantaban capillas, santuarios, ermitas dedicadas a la Purísima Concepción. Pero fue el franciscano Duns Escoto el que formuló la posibilidad de compaginar lo que parecía inconciliable: Dios pudo hacerlo, lo quiso, luego lo hizo. Y a raíz de este momento las Universidades de París, Oxford, Cambridge se comprometieron en 1340 a defender la Concepción Inmaculada de María. En 1530 la Universidad de Valencia fue la primera española que se obligó bajo juramento a defenderla. Más tarde lo hizo Granada y el resto de las Universidades de España. Los pintores se prodigaron en cuadros a la Inmaculada; basta recordar a Murillo, Alonso Cano, Zurbarán, Ribera, Rubens, los escultores hicieron lo mismo; la invocación Ave-María Purísima se escuchaba en boca de todos; el rey Carlos III, siglo XVIII, propuso a las Cortes que la Inmaculada fuera declarada patrona de España y de todas sus posesiones.
Finalmente el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, después de una amplia consulta a numerosos teólogos y 604 obispos, declaraba dogma de fe con estas palabras: “Declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser, por tanto, firme y constantemente creída por todos los fieles. Y desde entonces celebramos esta fiesta y creemos esta verdad.
PINCHA AQUI
http://www.youtube.com/watch?v=bPvAQxZsgpQ
"AVE MARIA, PURÍSIMA,
SIN PECADO CONCEBIDA"
Ayer celebrábamos, en medio de la alegría y tensión del Adviento, la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María. El día amaneció brillante. Algunas nubes viajeras correteaban por el firmamento. Y claros de sol a raudales. Buen tiempo para salir de casa y llegarse a templo a honrar a la llena de gracia, a la colmada del favor de Dios y preservada libre de toda culpa desde el primer instante de su concepción. A celebrar, un año más, el dogma de la Inmaculada Concepción de María.
Hagamos un poco de historia. Durante siglos la Inmaculada Concepción de María avanzó a oscuras. La luz de esta verdad sólo se fue abriendo paso lentamente en medio de la obscuridad de la noche. Es cierto, que esta verdad estaba en la Escritura, pero no de una forma expresa. De ahí la dificultad.
Tanta, que los padres de la Iglesia, que vivieron en los primeros siglos del cristianismo, defendieron que sólo Jesús estuvo libre de pecado. Y nadie más. Ni el gran sabio San Agustín acertó a conciliar la universalidad de la redención de Cristo con la posibilidad de que su Madre estuviera libre de pecado original.
La primera referencia a la Concepción Inmaculada de María procede de San Sabas en el siglo V. Después, en el siglo VII San Ildefonso de Toledo estableció esta fiesta en España y en el siglo X ya se celebraba en diversas iglesias de Europa. Y algo a destacar, mientras San Bernardo y Santo Tomás, siglo XIII y XIV se mostraban contrarios al dogma de la Inmaculada Concepción, el sentir de los fieles lo afirmaban cada vez con más fuerza.
La devoción popular -el Espíritu Santo inspirándola- iba en aumento; se levantaban capillas, santuarios, ermitas dedicadas a la Purísima Concepción. Pero fue el franciscano Duns Escoto el que formuló la posibilidad de compaginar lo que parecía inconciliable: Dios pudo hacerlo, lo quiso, luego lo hizo. Y a raíz de este momento las Universidades de París, Oxford, Cambridge se comprometieron en 1340 a defender la Concepción Inmaculada de María. En 1530 la Universidad de Valencia fue la primera española que se obligó bajo juramento a defenderla. Más tarde lo hizo Granada y el resto de las Universidades de España. Los pintores se prodigaron en cuadros a la Inmaculada; basta recordar a Murillo, Alonso Cano, Zurbarán, Ribera, Rubens, los escultores hicieron lo mismo; la invocación Ave-María Purísima se escuchaba en boca de todos; el rey Carlos III, siglo XVIII, propuso a las Cortes que la Inmaculada fuera declarada patrona de España y de todas sus posesiones.
Finalmente el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, después de una amplia consulta a numerosos teólogos y 604 obispos, declaraba dogma de fe con estas palabras: “Declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser, por tanto, firme y constantemente creída por todos los fieles. Y desde entonces celebramos esta fiesta y creemos esta verdad.
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http://www.youtube.com/watch?v=bPvAQxZsgpQ
2 comentarios:
Muchas gracias Don José María por presentarnos tan claramente la historia de la fiesta de la Inmaculada Cocepción.
Madre Inmaculada ayúdanos.
Muy agradecida D Josemaria por este relato de nuestra Madre La Virgen Maria
Yo eyer en misa de mi parroquia de diez tambien el sacerdote nos predico pero que muy bien desde el principio al final de la Virgen Maria
yo me quede muy contenta por tener una homilia tan bien enfocada como lo que usted ha escrito
Muchas gracias por su ayuda
su feligresa meme
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