sábado, 25 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

EL ÁRBOL NUEVO


Me encontré con Álvaro en una esquina  de la plaza. Muy cerca del árbol nuevo. Me refiero al árbol que plantaron, junto a la Caja Rural, en el lugar del árbol de hojas moradas que habían arrancado poco antes.

Y como sé que Alvaro es un gran conocedor de plantas, le pregunté por el nombre científico del árbol nuevo. Lo miró de arriba abajo, y sin dudarlo, me dijo: Es de la familia del laurel .

Ya en casa busqué la palabras laurel y esto es lo que me decía el diccionario: adelfa (Nerium oleander), también conocida como laurel de flor, rosa laurel, baladre o trinitaria - entre otros, es la única especie perteneciente al género Nerium incluido en la familia Apocynaceae.

Planta arbustiva - que puede llegar aárbol de porte pequeño - de hojas perennes lanceoladas de un verde intenso y flores de color rosa (en la variedad silvestre). 
Las hojas, flores, tallos, ramas y semillas son venenosas

En Japón, fue la primera planta en florecer después de la explosión de la 1ª bomba atómica sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945.

Cuando me encuentre de nuevo con Álvaro le contaré este dato. Seguro que lo sabe.


PARA VER Y ESCUCHAR

viernes, 24 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

CUATRO HORAS DE TIEMPO


Un día más me propongo escribir del tiempo. No del tiempo que pasó, ni del tiempo que vendrá, sino del tiempo “in actu”, del tiempo en este momento. Aunque, bien pensado, lo que me propongo es  cosa arto difícil.

Apenas quiero escribir del tiempo presente, cuando me doy cuenta, que ya es tiempo pasado y que el futuro que sueño, se hace enseguida presente y al momento pasado.

Dejando aparte estas disquisicciones, escribiré algo sobre el tiempo presente, enjaulado en esta mañana de enero. Y más en concreto, de esta mañana que va de nueve, que fue la hora en que salí a la calle, hasta la una, que es la hora en que he vuelto a casa.

Pues bien, a lo largo de estas cuatro horas, aquí, en mi barrio, en mi ciudad, el tiempo ha sido plano, monótono, invernal, gris. Pequeñas gotas, calabobos que dicen, han aterrizado en las baldosas blancas con franjas rojas de mi calle.

El viento suave, rizoso, llano juguetea con las cosas y personas. Nada de vendaval, nada de huracán, nada escandaloso, es un viento cercano, cariñoso, amigo. El cielo totalmente apagado, silencioso, mustio. La naturaleza muda, expectante, seria.

Así dibujaría yo estas cuatro horas de tiempo: horas serenas, húmedas, silenciosas, llenas de espera.


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jueves, 23 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

LA EXPERIENCIA, MAESTRA DE LA VIDA


Me crucé con él, en medio de la plaza que se extiende frente a mi ventana. Nos saludamos siempre que nos vemos. A veces echamos un “parlao”. Hoy simplemente le dije: ¡“Con visera, en este tiempo y además con paraguas”!. Me respondió: La visera para defenderme del sol (en esos momentos relucía el sol), y el paraguas para defenderme de la lluvia. (Al poco rato llovía).

Después de las breves palabras que ambos nos dirigimos, camino ya de mi casa, pensé: ¡cuánto enseña la experiencia! ¡Qué sabios son los ancianos! Bien sabía, mi buen amigo, que el clima en este tiempo de invierno cambia con frecuencia.

Ahora mismo,  apenas ha pasado media hora del encuentro arriba indicado, y el cielo está totalmente gris. El suelo mojado por un chaparrón recién caído, las gentes caminan por las calles con sus paraguas abiertos. El sol duerme acurrucado más allá de las nubes bajas y cercanas.

Me asomo a la ventana: Veo a una persona que lleva un paraguas blanco abierto, a otra con un paraguas negro  también abierto, una tercera, con un paraguas a rayas. Ahora mismo un señor camina a pelo, otra señora abre su paraguas azul, una madre camina con su hijo a toda prisa, un joven avanzada por la plaza a grandes zancadas.

Más paraguas, más lluvia. De repente, un claro en el cielo. No creo tarde mucho en salir el sol. En este instante sale. Ahora entiendo lo de la visera y el paraguas. Ahora entiendo el dicho: “la experiencia es maestre de la vida”.


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miércoles, 22 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

EL INVIERNO, ENTRE NOSOTROS


Hoy ha salido un día plomizo, invernal, triste. Nada extraño, pues estamos en pleno invierno. Pero cuando se dice que el día está invernal, plomizo, triste es que el invierno se le nota más que en  otros días. Hoy es un día de esos.

Y se nota al mirar a la calle. Lo estoy haciendo ahora. Contemplo el cielo color panza de burra (1), triste, aburrido. Los árboles cabizbajos y silenciosos. Las fachadas de las casas apagadas y encogidas. El color rojo o azulado de los coches diluido. Sólo los coches color blanco dejan un punto de alegría.

Las gentes caminan embozadas, deprisa, mirando constantemente al suelo. Hasta los suelos de las calles y de las plazas despiden monotonía. Son, sin duda ninguna, reflejo de los cielos obscuros.

No se ven apenas niños correteando por las calles, los mayores andan despacio, serios, encovados. Hasta las farolas se arrugan y callan. Todo es plomizo, invernal, triste.

(1) Aplicado al cielo cuando presenta un color entre gris y blanquecino, propio de los momentos previos a las nevadas o granizadas.

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martes, 21 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

EL PEQUEÑO ARBOLITO 


“A Rey muerto, Rey puesto”. Algo parecido ha ocurrido con el árbol: “A árbol arrancado, árbol plantado”. Si hace días escribía sobre el árbol de hojas moradas que veía desde mi ventana y que había sido arrancado de cuajo, hoy puedo escribir el nuevo árbol plantado. 

Eran algo más de las once y media cuando llegaron dos vehículos del Ayuntamiento. El uno era un camión grande, lleno de arbolitos pequeños. El otro era más pequeño, y llevaba herramientas de jardinería. Bajó un empleado del camión grande, dos del camión pequeño. Y comenzaron la faena. 

Con cierta facilidad, sirviéndose de una pequeña grua, bajaron un pequeño arbolito del camión y lo colocaron junto al hoyo del árbol arrancado. 

 Con habilidad lo metieron en el hoyo, acercaron tierra con palas y el pequeño arbolito quedo tieso y esbelto. Dos metros de tronco y una pequeña copa de ramas, también moradas. 

Limpiaron los bordes de jardín y, sin otro ordenamiento, los jóvenes jardineros se montaron en sus respectivos vehículos y se fueron. Ahora nos toca esperar y ver crecer al pequeño arbolillo. 

Y lo que decía al comienzo: “a Rey muerto, Rey puesto”. 

PARA ESCUCHAR
http://www.youtube.com/watch?v=3dCKekh2nuQ

lunes, 20 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

EL AMBIENTE HUELE A NIEVE


Llueve. Llueve y huele a nieve. No sé qué olor tiene la nieve, pero esta mañana de enero, huele a nieve. Y cuando el ambiente huele a nieve, poco después (horas, días) llega la nieve. Así ha sido siempre, espero esta vez también lo sea.

Y mientras llega la nieve, cae la lluvia. Lluvia fina, fría, llena de invierno. Y las gentes con sus paraguas abiertos cruzan ateridas las plazas y recorren a toda prisa las calles. Ruedan más coches por la ciudad y las bicicletas descansan amarradas a sus pesebres.

Y si miras al cielo, es todo igual. Una capa gris que cubre nuestras cabezas inclinadas al suelo. No se escuchan los cantos de los pájaros, ni el silbido del viento. Todo es calma, espera. La nieve está ya cerca.

Y cuando llegue, si lo hace a pleno día, nos aclarará los ojos. Si lo hace por la noche, no sabremos de su presencia hasta que, madrugadores, abramos las ventanas.

Llueve, se ven personas con sus paraguas abiertos y el ambiente huele a nieve. La nieve está cerca.


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domingo, 19 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

EN POCO MÁS DE UNA HORA


Día 19 de enero. Tarde fría en Pamplona. A media tarde, subí al Centro de la Ciudad. Deseaba hacer un rato de oración en la Capilla de San Ignacio.

Subí en coche. Busqué lugar para aparcar. No fue fácil. Lo encontré frente a la Iglesia de San Francisco Javier. Desde allí, hasta la Capilla, hice el camino a pié.

No había mucha gente paseando. No conocí a nadie. Llegué a la Capilla. Dos pobres pedían a la puerta. Eran extrajeras, su acento les acusaba.

Media hora con el Señor. Y de vuelta al coche. Llovía suavemente. Aligeré el paso. Cuando llegaba a la altura de la Parroquia de San Francisco Javier, sonaron las campanas. Eran las siete de la tarde.

Por la Cuesta Belloso, bordeando Burlada, cruzando parte de la Chantrea, llegué al garaje. En esos momentos le marcaban el primer gol al Barcelona.

En casa tomé un café caliente y me puse a escribir estas líneas. Ahora acabo. Fin.


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sábado, 18 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

MUY BIEN, JAVIER ERBURU


Hoy viene al blog el gran Miguel D'Ors con uno de sus poemas más bellos. Lo tengo guardado en la agenda y me lo digo de vez en cuando. Siempre he pensado que ser sacerdote es también "una cosa extraña" muy semejante a la que describe D'Ors en estos versos.


Es una cosa extraña

Es una cosa extraña ser poeta,
es una cosa extraña sentir la propia vida
llena de muchedumbres,
escuchar en el propio canto todos los cantos
y cotidianamente
morir un poco en todo lo que muere.

Es una cosa extraña ser poeta;
es sorprender al niño en los ojos del viejo,
es oír los clamores del bosque en la semilla,
adivinar que hay una primavera dormida
bajo cada nevada,
partir el pan y ver los segadores.

Es una cosa extraña: ser poeta
es convertirse en tierra para entender la lluvia,
es convertirse en hoja para saber de otoños,
es convertirse en muerto para aprender la ausencia.

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viernes, 17 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

FRANCISCO, EL PAPA MANSO


Estoy leyendo, estos días, un libro sobre el Papa Francisco. Lleva por título: Francisco, el Papa manso. Y de subtítulo: “La verdad sobre el Papa que cambiará el curso de la historia”.

En la página 166, aparece una cita de la carta que el Papa Francisco dirigió a los Obispos argentinos. Está fechada en el Vaticano, 25 de marzo de 2013. Esta es la frase:

“Una Iglesia que no sale, a la corta o a la larga, se enferma en la atmósfera viciada de su encierro. Es verdad también que a una Iglesia que sale le puede pasar lo que a cualquier persona que sale a la calle: tener un accidente. Ante esta alternativa, les quiero decir francamente que prefiero mil veces una Iglesia accidentada que una Iglesia enferma.

La enfermedad típica de la Iglesia encerrada es la autorreferencial; mirarse a sí misma, estar encorvada sobre sí misma como aquella mujer del Evangelio. Es una especie de narcisismo que nos conduce a la mundanidad espiritual y al clericalismo sofisticado, y luego nos impide experimentar «la dulce y confortadora alegría de evangelizar».

Sin comentario.


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jueves, 16 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

TODOS IGUALES, PERO DISTINTOS


Hoy , desde que salí de casa (nueve de la mañana) hasta que he vuelto (la una) me encontrado por la calle, con varias personas.  A todas he saludado, como mandan las normas de convivencia. De todas también he recibido respuesta.

Pero a mi saludo, cada uno somos como somos, la contestación ha sido diversa. Hay quien me ha devuelto el saludo con un monosílabo; quien se ha despachado contándome sus penas; otro, ha sacado de la bolsa de su vida, viejas historias que me ha narrado con pelos y señales; también ha habido uno que se ha limitado a decirme adiós.

Quiero con esto decir, que aunque somos iguales, somos distintos. Y esto es cosa buena, enriquecedora. Igual que en el bosque, todos son árboles, pero distintos. Si todos fueran verdes intensos o amarillos fulgurantes o ocres duros, sería monótono. No es así. En la variedad está la belleza del paisaje, la atracción de los sentidos, el descanso del alma.

Todos iguales, pero distintos.


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miércoles, 15 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

EL ÁRBOL 
DE HOJAS MORADAS



Desde mi ventana se ve una pequeña sucursal de la Caja Rural de Navarra. Lleva abierta muchos años. Está instalada en una bajera del número 10 de la Calle Villafranca. Tiene cuatro ventanas, con cristales a prueba de balas. El rótulo, en espacio verde, es color blanco. Junto a la Caja hay un servicio médico: una Clínica Dental.

Hasta hoy, día 15 de enero de 2014, un árbol de hojas color morado, impedía ver  con claridad la Caja. Hoy lo veo de otra manera, más cercana. La veo mucho mejor. Razón: han quitado un árbol que crecía justamente, ente mis ojos y la Caja.

El árbol, desconozco su  nombre técnico, era ampuloso, rico en ramas. Sus hojas eran de color morado. Eran hojas que permanecían durante todo el año.

Con este pequeño cambio, el panorama ha cambiado. Mientras  me repongo, he dicho adiós a las hojas perennes, a los nidos de picaraza, a la presencia de un árbol de toda la vida.

Espero pronto planten  un nuevo arbolito. Mientras tanto habrá que esperar. Ahora, eso sí, veo la Caja más cercar, más clara.

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martes, 14 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

ENERO: BUFANDA, CAPA Y SOMBRERO


Catorce de enero. Algo de lluvia y mucho frío. Dicen que en los altos ha sido nieve. Otra vez a sacar los paraguas, los guantes y las bufandas. Hay que protegerse, porque con estos cambios aparece la gripe.

Todos  los años pasa igual. Más tarde o más temprano llega el invierno.  En verano se dice: tarde o temprano en agosto es el verano. En invierno no tengo noticia que haya un refrán de este tenor. 

Pero existen otros refranes del invierno. Te recuerdo algunos de enero: "Al sol sin sombrero ni en agosto ni en enero"; "En enero bufanda, capa y sombrero"; "En enero, calcetín gordo y sombrero"; "En enero, la nieve en el alero".

Hay muchos más, pero por hoy, basta con estos.


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lunes, 13 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

ME GUSTA LA PUNTUALIDAD


Tuve que colgar el teléfono. Tenía que llegar al Centro de Pamplona a las doce y eran ya las once treinta y cinco. Salí de casa a toda prisa. El semáforo lo pasé en rojo.

El autobús que se asomaba por la Avenida, se paró ante el semáforo rojo. Cuando el semáforo se puso verde, dando la vuelta a una pequeña rotonda, se dirigió a su parada. Llegó antes que yo.

Corrí, por ver si llegaba antes de que arrancase el autobús. Cuando llegué, puertas cerradas, comenzó a andar. Un pequeño golpe en la puerta de cristal y el bueno del conductor me abrió.

Subí. Me senté. Respiré hondo. El autobús llevaba poca gente. Paró en pocas paradas. Antes de las doce estaba abriendo la puerta de la casa.

Una vez más, todo salió bien.


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domingo, 12 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

TRES ADJETIVOS


El verdadero sacerdote, ungido de Dios para su pueblo, tiene una relación estrecha con Jesús: cuando esto falta, el sacerdote se vuelve “untuoso”, un idólatra, devoto del ‘dios Narciso’. 

Palabras pronunciadas por el Papa Francisco en la homilía de la Misa matinal del sábado 11 de enero, celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. 

He aquí el significado de estos tres adjetivos:

 

UNTUOSO: Graso y pegajoso:
 col. Persona excesivamente cariñosa y zalamera.

 

IDÓLATRA: Adorar o rendir culto a un ídolo.
col. Amar y admirar con exceso a una persona o una cosa.

DEVOTO DEL DIOS NARCISO: Admiración excesiva y exagerada que siente una persona por sí misma, por su aspecto físico o por sus dotes o cualidades.


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http://www.vatican.va

sábado, 11 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

NIEBLA BAJA, ANUNCIA NIEVE



Me he levantado como todos los días.  A la misma hora. Después de asearme como cada día, he abierto la ventana de mi habitación para ventilarla. Una niebla baja, invernal, estaba posada sobre la plaza que se abre delante de mi casa.

Apenas se veían los edificios cercanos, los coches aparcados, los árboles, las pocas personas que a esa hora transitaban. Un rato después, cerré la ventana y salí a la calle.

En la calle aún se percibía más la presencia de la niebla. Bien abrigado, enfundado con mi tapabocas, llegué al templo. Dentro hacía mejor. Silencio y paz.

Cuando volví a casa, la niebla como que quería subir, alejarse. Pero no fue más que un atisbo. Ahora mismo, que es casi la una, la niebla sigue presente entre nosotros. Algunos vecinos me han comentado que niebla baja anuncia nieve. Esperemos.


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viernes, 10 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

PARA SERVIR, SERVIR


Hoy, recojo en mi blog, una de tantas vivencias con las que nos tropezamos cada día. Sencilla, natural, pequeña, casi insignificante, pero llena de enseñanza.

Sonó el timbre de mi despacho. Abrí  la puerta y me encontré con un señor que venía a pedirme las llaves del local parroquial. Quería ajustar las patas de una vieja mesa. Le acompañé al local, le abrí la puerta y enseguida comprobó la avería.

Me dijo que tardaría, más o menos, media hora en arreglarlo. Pero como había pasado más de una hora y no llegaban mis llaves, me acerque al salón. Llamé con los nudos de la mano la puerta. Me abrió al instante. Estaba terminando el arreglo. Un buen arreglo, hecho gratis y con buen humor.

Aprovechando la circunstancia, dije: yo también tengo una mesa desajustada. Y sin más preámbulos, me dijo: vamos a verla ahora mismo.  Vino, la vio y ha quedado en buscar solución al desperfecto. Espero no tarde en finalizar la obra buena que ya ha comenzado.

Así de sencillo: servir, sin esperar nada en cambio.


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jueves, 9 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS


UN CORAZÓN PARA PERCIBIR EL TIEMPO


A la pregunta de Momo: Maestro Hora: ¿para qué tienes tantos relojes?

El Maestro Hora contestó: “Esos relojes no son más que una afición mía. Sólo son reproducciones muy imperfectas de algo que todo hombre lleva en su pecho. Porque al igual que tenéis ojos para ver la luz, oídos para oír los sonidos, tenéis un corazón para percibir, con él, el tiempo”.

Y siguió: “Y todo el tiempo que no se percibe con el corazón está perdido como los colores del arco iris para un ciego o el canto de un pájaro para un sordo”.

Y terminó: “pero, por desgracia, hay corazones ciegos y sordos que no perciben nada, a pesar de latir”.


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miércoles, 8 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

SEMINARIO, DE VISITA


Esta tarde he visitado a un amigo que reside en el Seminario de Pamplona desde hace unos meses. En un momento, he vuelto a recordar, no sin cierta nostalgia, los doce años que yo viví en otro Seminario, en el de Palencia.

Ha sido como un retroceso en el tiempo. Un revivir experiencias pasadas. Libros y rezos, ilusiones y sueños.


martes, 7 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

LO QUE IMPORTA ES QUERER



Un pensamiento más, de interés MOMO, novela-cuento de hadas,  o la extraña historia de los ladrones del tiempo y de la niña de devolvió el tiempo a los hombres, de Michael Ende:

El Hombre Gris le ofreció una muñeca y otra y muchas cosas más. A lo que Momo mirando al suelo, dijo: “Creo que (a esta muñeca) no se la puede querer”, sin embargo, “a mis amigos los quiero”.

Insistió el Hombre Gris: “Lo único que importa en la vida es llegar a ser alguien, llegar a tener algo, quien llega más lejos, quien tiene más que los demás, recibe lo demás por añadidura: la amistad, el amor el honor, etcétera”.

No es verdad, con Momo repetimos: “lo que importa, es querer”.


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lunes, 6 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

“ESA COSA ES EL TIEMPO”


A propósito de la cita de Benedicto XVI del libro Momo, he comenzado a releer esta novela-fábula. He recogido para ti estos párrafos sobre el tiempo.

“Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa de ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos s limitan a tomarla como vine, sin hacer preguntas. Esa cosa es l tiempo.

Hay calendarios y relojes para medirlo, pero significa poco, porque todos sabemos que, a veces, una hora puede parecernos una eternidad, y otra, en cambio, pasa en un instante, depende de lo que hagamos durante esa hora.

Porque el tiempo es vida. Y la vida reside en el corazón”.


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domingo, 5 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

UNA CURIOSA ENFERMEDAD


La cita que te brindo hoy, la he recogido de Benedicto XVI, en su libro: “Una mirada a Europa”. La refiere en la última página, en un breve epígrafe, titulado: La Iglesia. La frase esta tomada de Momo. Merece la pena meditarla:

Una curiosa enfermedad: “Al principio apenas se nota. Un día, ya no se tienen ganas de hacer nada. Nada le interesa a uno, se aburre. Y esa desgana no desaparece, sino que aumenta lentamente. Se hace peor de día en día, de semana en semana. Uno se siente cada vez más descontento, más vacío, más insatisfecho con uno mismo y con el mundo. Después desaparece incluso este sentimiento y ya no se siente nada. Uno se vuelve totalmente indiferente y gris, todo el mundo parece extraño y ya no importa nada. Ya no hay ira ni entusiasmo, uno ya no puede alegrarse ni entristecerse, se olvida de reír y llorar. Entonces se ha hecho el frío dentro de uno y ya no se puede querer a nadie. Cuando se ha llegado a ese punto la enfermedad es incurable. Ya no hay retorno. Se corre de un lado a otro con la cara vacía, gris, y se ha vuelto uno igual que los propios hombres grises. Se es uno de ellos. Esta enfermedad se llama aburrimiento mortal”.

Momo sintió un escalofrío.


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sábado, 4 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

REPRENDER, AUNQUE CUESTE,
HAY QUE HACERLO



Leía hace unos días en un libro de Benedicto XVI, “La sal de la tierra”, que hay personas que tienen el deber de reprender, no para alardear de poder, sino para ejercer un servicio.

San Agustín explicaba en un sermón lo siguiente: “Tú quieres vivir mal, tú quieres hundirte. Pero yo no puedo quererlo. Yo debo reprenderte, aunque no te guste”.

“Forma parte también de esta tarea (de mandar), cito nuevamente a San Agustín: “corregir, reprender y sufrir disgustos”.


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viernes, 3 de enero de 2014

SENCILLAS VIVENCIAS

BODAS DE ORO SACERDOTALES
(34)


Esta es la última fotografía de la serie de fotos que pasaron antes de comenzar la celebración de las Bodas de Oro Sacerdotales. También fue la segunda. Repito lo que aquel día escribí:

La segunda fotografía corresponde a mis padres: Pedro y Mercedes. Al fondo de la fotografía, un tanto desdibujada, se percibe su casa. Era obligado traer en primer lugar, en fecha tan señalada, a mis padres y su hogar. A ellos les debo la vida, la formación cristiana y humana, y también la vocación sacerdotal. Gracias padres por todo.

Mi padre, fue labrador de origen, más tarde vendedor de frutas y otros productos, al final, otra vez, trabajador del campo. Siempre contento y feliz con su trabajo.

A lo sesenta años se jubiló y disfrutó con los suyos de un periodo largo de descanso, bien merecido y bien ganado. Leyó libros y leyó prensa. También rezó con piedad.

Hombre serio, noble, responsable, trabajador, discreto. Entregado a su esposa e hijos siempre. Terminó su peregrinación por esta vida, a los noventa años, en Pamplona, lleno de paz y consuelo.

Mi madre, hija de panaderos y también labradores. Fue siempre, esposa fiel, entregada a su esposo e hijos en cuerpo y alma. El cuidado del hogar fue su pasión.

Pasó siempre, en segundo plano, oculta, discreta y humilde. Preocupada por su esposo y sus hijos hasta el final. Piadosa y rezadora. Buena madre. Gozó con su esposo de una larga ancianidad. Ocupada en cosas del hogar y con el pensamiento en el cielo.

Terminó sus días en los brazos de Dios, Nuestro Padre, recién cumplidos los ochenta y ocho años, en Pamplona. 

¡Que en paz descansen!