viernes, 15 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


A VECES, 
BASTA SABER ESCUCHAR

Caminaba despacio. Iba, la mañana estaba fría, bien abrigado. En la cabeza una gorra visera color gris. En la mano derecha un paraguas negro y en la otra, un bastón tostado. Era un buen amigo con el que hablo cuando nos encontramos por la calle.

Iba unos metros delante de mi. Agilicé el paso y le di alcance. Le di un suave golpecillo en la espalda, mientras le decía: “Buenos días nos de Dios”. Me respondió con un agradecido: “Buenos días”. Y enseguida añadió: ¿No sabe? Me han operado la semana pasada. Y me contó lo sucedido.

Cómo, un día, fue a recoger unas recetas. Al llegar al Ambulatorio le dijo a la enfermera que sentía un dolor muy fuerte. Y la enfermera le dijo: Conviene le vea el médico dentro de tres o cuatro días. Y cómo mi buen amigo le respondió que no podía esperar. Y cómo la enfermera le aconsejó fuera inmediatamente a urgencias.

Y fue a urgencias. Y el médico de urgencias le dijo: Prepárese. Llame a su familia. De inmediato le vamos a llevar al Hospital. Y le llevaron. A las cuatro horas estaba operado.

Yo le escuché con atención. Luego le pregunté que tal estaba. Me dijo: Estoy muy bien. Espero recuperarme pronto. Deseo volver de nuevo a Misa.

Y aunque yo le vi bastante más delgado, le deseé lo mejor. Me dio un apretón de manos y me agradeció satisfecho el que le hubiera escuchado. Por eso digo: “Que a veces, basta saber escuchar”.

jueves, 14 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


 NUEVE AÑOS

Miércoles de Ceniza. Había celebrado Misa a las diez. Más gente que cualquier día de diario, incluso más que algunos  domingos. Llegó el momento de la distribución de la Ceniza. Uno tras otro, todos pasaron “a tomar ceniza”. Había algún niño. También a ellos les gusta “tomar” ceniza. Un pequeño gesto y tan contentos.

Más tarde, ayudé al celebrante de la Misa de doce a poner la ceniza sobre las cabezas de los fieles. Asistió bastante gente. También algunos niños. En la distribución de la ceniza, todo ocurrió con normalidad. Fue a la hora de la comunión, que también ayude al celebrante, cuando presencié el siguiente hecho.

Los fieles se acercaban a comulgar en dos filas, como siempre. De repente observé que el sacerdote que estaba a mi lado, se quedó parado. Miré y vi delante de él, a un niño. Bajo de estatura, cara redonda y pelo corto, ojos saltones.

Al sacerdote le pareció tan pequeño el chico que le preguntó: ¿Has hecho la Primera Comunión? No contestó directamente, sino que estirando el cuello dijo: “Si tengo nueve años”.

El sacerdote, fiándose de la palabra del chico, le dio la Comunión. El chico se fue “orgulloso por dentro”, a su banco donde le esperaba su madre. Se arrodilló y le dio gracias a Dios. Su madre feliz y el Señor, seguro que descansó a gusto en el corazón de este chico “de nueve años”.

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miércoles, 13 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


AÑO DE NIEVES AÑO DE BIENES

Esta mañana cuando abrí la ventana y vi de nuevo nieve en la plaza y en los tejados, me vino a la cabeza, la frase tantas escuchada: “Año de nieves año de bienes”.  Se  trata de un refrán del idioma español, clave para la Meteorología. Este es su significado:

El año con mucha nieve es favorable para las buenas cosechas, porque, gracias a la nieve, la tierra labrada se mantiene húmeda y esponjosa para que los cereales crezcan debidamente. Por otra parte, la nieve nutre las corrientes de agua”.

Este refrán es válido para tierras de cereal como Castilla. Este refrán se dijo mucho el día 9 de enero de 2009, con motivo de la nevada caída en Madrid, que cubrió la capital de España con una capa de 5 a 15 centímetros. No había nevado tanto desde hacía treinta años”.

¿Puede extenderse su significado a otros campos? Quizás si. No lo sé. Puedes tú, estimado lector,  aportar algo al respecto. Espero tu respuesta.

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martes, 12 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


DIOS EXISTE, 
AUNQUE ME CIEGUE

Subía esta mañana por Carlos III arriba. Había gente paseando por la calle. No solo gente mayor, sino también gente menuda. La razón muy sencilla: Ayer, día muy cercano al Miércoles de Ceniza, los Colegios y Escuelas permanecían cerrados.

Pues bien, subía dirección del “Vaticanillo”. El sol entraba por el lado derecho del edificio, llenaba toda la calle y deslumbraba totalmente mi visión.

Tanta luz arrojaba el sol a esas horas, que ni siquiera me dejaba ver a las personas que avanzaban delante de mí. Además como los rayos del sol chocaban contra el suelo, la dificultad aumentaba.

No obstante, a pesar de mi ceguera o mejor dicho mi falta de visión, en ningún momento se me ocurrió negar la existencia del Astro Rey, que sé que alumbra, calienta y, a veces, ciega.

 “Aunque no puedo mirar hacia al Sol porque me deslumbra –dijo una vez un sabio-, no digo que no exista: Se que sigue allí y que sigue brillando porque Dios allí lo puso”.

Yo creo en Ti, Señor, yo creo en Ti. Dios vivo en el altar, presente en mí. Si ciegos al mirar, mis ojos no te ven, yo creo en Ti, Señor, aumenta mi fe”.


lunes, 11 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


EL VALOR DE LOS PANTANOS

Iban a Misa. Como todos los domingos. Se trata de un matrimonio que conocí hace años. No pertenecen a la Parroquia de Santa Teresa, pero les gusta venir a esta Parroquia.

Nos saludamos. Enseguida la conversación de estos días: ¡Cuánta lluvia este año, dijo ella! ¡Los pantanos hasta arriba, apostilló él! ¡Bien nos vendrá para el verano, afirmé yo! ¡Cierto! ¡De donde hay se puede sacar, dijo la mujer!

Seguimos hablando de Franco y sus pantanos. Enseguida llegamos al templo. Ellos entraron por la puerta principal. Yo acorté el camino, usando una de las puertas laterales.

Ya dentro, en mi cabeza seguían: el agua, los pantanos, el almacenamiento, los embalses. Pensé: algo parecido ocurre en la vida material: guardar, almacenar, recoger en tiempo de bonanza para sacar en días de necesidad.

Y me dije: En la vida espiritual ocurre lo mismo: guardar, recoger, aprovisionarse de virtudes, para echar más tarde, echar mano de ellas. Lo dice el refrán: “Hombre precavido, vale por dos”.

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domingo, 10 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


ESPACIOS DE USO PÚBLICOS

De ordinario son tres. Hoy sólo era una. Se hallaba en un rincón en ángulo, formado por dos paredes, debajo del balcón de un primer piso. Se apoyaba en una de ellas y miraba al frente. Tenía un cigarro entre los dedos, que rítmicamente llevaba a la boca. El humo apenas era visible.

Estampa frecuente, hace años inusitada, ver a gentes fumando en la calle, a la puerta de los bares, de los comercios, etc. La nueva ley anti-tabaco obliga al fumador a salir fuera de los espacios de uso público si desea fumar.

Así dice la Ley: “Espacios de uso público: lugares accesibles al público en general o lugares de uso colectivo, con independencia de su titularidad pública o privada. En cualquier  caso, se consideran espacios de uso público los vehículos de transporte público o colectivo”.

Que esfuerzo salir a la calle a fumar. Sobre todo en los días crudos de invierno;  y también, en los días de verano, excesivamente calurosos.

Me acordé, por contraste, del número 704 de Camino: “Una visita al monasterio famoso. —Aquella señora extranjera sintió apiadársele las entrañas al considerar la pobreza del edificio: "¿Deben llevar ustedes una vida muy dura, no?" Y el monje, satisfecho, se limitó a contestar: "Tú lo quisiste, fraile mostén; tú lo quisiste, tú te lo ten".


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https://www.youtube.com/watch?v=8lOOCpABKpo

sábado, 9 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


LAS HUELLAS EN LA NIEVE

Este año el tiempo atmosférico nos ofrece abundantes temas de escritura. Es verdad eso de que cada día tiene su afán. Ayer era la lluvia, hoy es la nieve. Ayer, llovía sin parar; hoy, nieva sin dejarlo.

Acabo de venir de la Parroquia. Por el camino he pisado con gusto la blanda nieve recién caída. Solo dos huellas había en la nieve: la huella de una persona joven y la huella de un perro pequeño. Huellas distintas, a todas luces.

Ahora estoy escribiendo en mi habitación. Por mi ventana veo que sigue nevando. Los copos saltan revoltosos sobre el suelo y caen sin hacer ruido. Siempre la nieve ha sido silenciosa. Su color blanco da claridad a las cosas y a las casas.

Mientras escribo veo a las gentes que caminan despacio de un lugar a otro. Van protegidas de abrigo y todas llevan abiertos sus paraguas. En la plaza han aumentado las huellas, son huellas de ida y vuelta.

Los capós de los coches están cubiertos de copos de nieve. Parecen todos iguales, aunque no lo son.Igual que los copos, parecen todos iguales pero tampoco lo son. Es bonito contemplarlos así. 

Más nieve, más personas, más huellas. La presencia de la nieve, de las huellas, me han recordado un hermoso suceso de la vida de San Josemaría.

 “Las Navidades de 1917-1918 fueron extremadamente frías. El termómetro se mantuvo a catorce grados bajo cero durante muchos días y la ciudad quedó casi paralizada. Un día de aquellos, tras una fuerte nevada, sucedió un hecho que, aunque pueda parecer intrascendente, cambió el horizonte de su vida: vio unas huellas en la nieve, las huellas de un carmelita que caminaba con los pies descalzos por amor a Dios. Al ver aquellas huellas, Josemaría experimentó en su alma una profunda inquietud divina que le suscitó un fuerte deseo de entrega. Otros hacían tantos sacrificios por Dios y él —se preguntó—... ¿no era capaz de ofrecerle nada?

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viernes, 8 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS



NO OS AFANÉIS POR VUESTRA VIDA

Eran seis o siete palomas. Todas iguales. Cada una iba a lo suyo. Y todas, a lo mismo: buscaban alimento, nunca mejor dicho, entre las piedras y baldosas del suelo. A simple vista -vista humana- no se veía nada que coger, pero las palomas, ellas sabrán porqué, picoteaban y picoteaban sin parar.

Ante esta simpática estampa, me quedé parado mirando fijamente a las palomas. Lentamente, me coloqué muy cerca de ellas. Y las palomas, sin inmutarse, seguían pica que pica sobre el suelo.

Con rapidez realicé un examen de su estado físico. Me pareció que las palomas estaban sanas, pero hambrientas. Y sin más, pensé en las personas necesitadas, pobres, hambrientas, solas.

Me acerqué un poco más a las palomas y ahora sí, ahora, las palomas, todas a la vez, emprendieron el vuelo, posándose a poco mas de treinta metros. Eran seis o siete, no las pude contar.

De de improviso, me acordé de estas palabras evangélicas: “No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?"

Luego, seguí mi camino. Las palomas supongo que el suyo. Era una mañana de invierno. Llovía y nevaba.

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jueves, 7 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

EL CALVO Y LA LLUVIA


Hoy ha sido un día lleno de lluvia y de viento, de frío y migajas de nieve. Un día de nubarrones pardos y negros y algún que otro claro de sol, para volver de nuevo la lluvia y avisos de nieve.

Eran las seis de la tarde, cuando me dirigía aguardar el coche en el garaje. De mi casa al lugar donde lo tenía aparcado, a penas si habría cien metros de distancia.

En este corto trayecto me topé con un señor, que vestía gabardina blanca y pantalón obscuro. Lucía una calva de grandes dimensiones. Totalmente calvo. Caminaba debajo de la lluvia. Iba encogido de hombros y como queriendo ahuyentar las gotas que caían sobre su cabeza. En su calva reluciente botaban las gotas fuertes y gordas. Me dio lástima, pena.

Me fije especialmente en él, porque no llevaba paraguas. Quise prestarle el que yo llevaba abierto en mi mano derecha, pero no fue posible. En ese momento se me cayó al suelo un sobre con calendarios que llevaba en la otra mano. Mientras lo recogí el “calvo” había desaparecido.

Hoy se habrán vendido muchos paraguas, quizás el hombre de reluciente calva haya comprado uno. El paraguas es para cuando llueve.

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miércoles, 6 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

TODO ES BUENO


Vuelvo a los saludos rutinarios. Nos encontramos en medio de la plaza cuatro personas: un matrimonio entrado en años que se dirigía a la consulta médica; un hombre también mayor, soltero, que portaba en sus manos sendas bolsas de basura; y un servidor, sacerote, que volvía a la Parroquia, después de haber tomado mi media mañana.

Los cuatro para saludarnos, algo que está bien visto, dijimos, casi a la vez: “Buenos días”. Luego, con total naturalidad, cada uno añadió algo. La mujer dijo: “Buenos días, es un decir”; su marido apostilló: “Buenos días, por decir algo”, el soltero añadió: “Buenos días, es la costumbre”; y yo dije: “Buenos días, algo hay que decir”.

Después hablamos durante un breve rato. Más tarde cada uno nos fuimos a lo nuestro. El matrimonio al médico, el soltero a tirar la basura y yo a cumplir con mi ministerio.

Luego pensé: Buenos días (no eran buenos, pues hacia mucho frío): “Todo es bueno si nos lleva a Dios”.

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https://www.youtube.com/watch?v=pSA7axDI2YU

martes, 5 de febrero de 2013

lunes, 4 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


UN BUEN EJEMPLO

Después de asearme, como todos los días, abrí la ventana para ventilar un poco mi habitación. Los aparcamientos que diviso desde mi ventana, totalmente llenos de coches. Las baldosas que cubren el suelo, casi todas libres. Solo una persona vestida de negro caminaba lentamente por la plaza. Llevaba en la mano izquierda una cartera de ordenador portátil. Se le notaba un poco cargado de hombros.

Enseguida me di cuenta que era el párroco de Santa Teresa de Jesús, que como de costumbre, a primeras horas de la mañana, cuando apenas se han levantado las primeras persianas, él se dirige a la Parroquia.

Le seguí con los ojos. No pudo saludar a nadie por el camino, porque nadie se cruzó con él. Enseguida, llegó a los escalones que conducen al pórtico. Los subió con decisión. Unos pasos más y estaba frente a la puerta principal.

Me dí cuenta que extrajo del bolso de su abrigo una llave. Ví que abrió la puerta con rapidez y entró dentro del templo. Ya no puede decir más. Lo que ocurrió dentro, lo adivino, pero no puedo afirmarlo. Sospecho que rezar.

Todavía no eran las ocho y media de la mañana y a buen seguro que el pastor de almas rezaba por sus feligreses. Para mi ha sido un buen ejemplo, una hermosa lección, hoy, Jornada Mundial de la Vida Consagrada.

domingo, 3 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


UN AMIGO ESPECIAL

Casi todos los días, desde hace años, asiste a Misa de doce, en mi Parroquia: Santa Teresa de Jesús,  un joven corpulento, robusto, ya entrado en años. Suele colocarse en los últimos bancos del templo. Está siempre recogido y silencioso: rezando. No creo que entienda mucho las cosas que se realizan en la celebración, pero estoy seguro que la mirada de Dios descansará complaciente sobre él.

Siempre que paso a su lado, se coloca al extremo del banco, me mira con mirada acogedora y me saluda sonriente. Yo también correspondo a su saludo amablemente y con cariño.

Desde hace un tiempo, el saludo es más expresivo: Se pone de pie, sale del banco y me da un abrazo al que correspondo. Y entre dientes musita estas o parecidas palabras: “Eres mi amigo”. “Dios es nuestro Padre”. “La iglesia es una, santa, católica y apostólica”.

Así es, le digo yo. Y él, sonriente y contento, vuelve a sentarse. Yo me dirijo al confesonario y él sigue la Misa atentamente. Cuando llega el momento de la Comunión se acerca a comulgar. Creo que Jesús descansará feliz en su alma. ¡Qué hermosa es la inocencia!

Mi amigo es un “amigo” especial: enfermo deficiente.

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sábado, 2 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


BARRER LA PORTADA

Hace unos días leí, con agrado, una breve entrevista que le hacían, en un medio de comunicación nacional, a Cuca García de Vinuesa, sobre su último libro: “Ordena tu casa para ordenar tu vida”

En él, la autora, una de las periodistas más respetadas del panorama nacional y madre de cuatro hijos, nos hace partícipes de sus trucos para conseguir vivir en un entorno ordenado sin perder la cabeza.

No enseña a aprende a confeccionar un plan de ataque para enfrentarte a la casa, a preparar el listado de la compra sin que nada falte, a reciclar, a cuidar de tus animales y plantas o a conocer tus principales armas contra el desorden.

Me acodaba ayer, precisamente, de este libro, al ver a una señora que barría la portada de su casa. ¡Interesante!

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viernes, 1 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS



UNA LABOR CALLADA

Ayer era el último jueves del mes de enero. Todos los últimos jueves de mes, en nuestra Parroquia, se reparten alimentos a un grupo de familias necesitadas. Algunas son españolas, la mayoría son extrajeras. Los hay de religión católica, también ortodoxos y algunos musulmanes. Se le ayuda a todos.

Ayer jueves, a pesar del frío, a las siete y media de la mañana ya estaban los salones parroquiales abiertos. Cuando yo llegué a la Iglesia, hora y media más tarde, acudían hombres y mujeres con sus carros a recoger el lote para ellos preparado.

Finalizada la Misa regresé a casa. Volví de nuevo a la parroquia. Eran las once y media y seguían llegando gente a recoger alimentos. ¡Qué hermoso, pero qué pena!

A la una y media, más o menos, salí del despacho a despedir a una feligresa. En ese momento las encargadas de Caritas cerraban los locales parroquiales.
Hablé con ellas un poco  y me dijeron: Hoy han llegado diez familias más. En total son más de setenta familias a las que hemos ayudado.

Pensé: ¡Una gran labor, callada y humilde!.

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jueves, 31 de enero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS




LO GRANDE 
FUE PEQUEÑO

Será en primavera y verano, cuando disfrutemos de la fragancia y el color de las flores que ahora se preparan y plantan. Pero antes tiene que pasar el duro invierno, el recio temporal, el frío y el hielo. No hay fruto sin sementera, ni cosecha sin trabajo.

Estos pensamientos me vinieron a la cabeza ayer, a primera hora de la mañana, cuando de camino a mi trabajo, observé a dos jardineros que preparaban el pequeño trozo de tierra que existe en medio del extenso de jardín de hierba.

Estamos a finales de enero, falta mucho hasta mayo. Pero sin esta preparación, obscura y silenciosa, sin este cuidadoso esmero de la tierra, sin un seguimiento después, no nacería el rosal, ni brotarían las yemas, ni nacerían las rosas.

Mientras caminaba, en mi interior iban saltando pensamientos paralelos, referidos a distintas acciones humanas. Pensaba: yo no habría llegado al sacerdocio,  si antes no hubiera pasado doce años en el seminario; ni hubiera existido el conductor del camión que esos momentos pasaba a mi lado, sin una preparación precisa; ni el dentista que abría su oficina, si no hubiera dedicado años a prepararse; ni el abogado que trabaja en la calle de abajo, sin una preparación anterior.

En resumen: el éxito exige un proceso; el fin pide un principio, lo grande nace siempre pequeño.  Y me vino a a la memoria el número 821 de Camino que dice: No me olvides que en la tierra todo lo grande ha comenzado siendo pequeño. —Lo que nace grande es monstruoso y muere”.

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miércoles, 30 de enero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS



HAY SALUDOS Y SALUDOS

Hay saludos y saludos. No es lo mismo un saludo frío y seco que un saludo cordial y cariñoso. 

Digo esto, porque ayer cuando llegaba cerca de la Parroquia de Santa Teresa, me saludó una feligresa con un sencillo: buenos días, pero precedido, de mi nombre: Don José María, que hizo que el saludo resultase entrañable y familiar.

Traté de responder con parecida amabilidad, pero no fui capaz de decir su nombre. Es verdad que es más fácil que los feligreses conozcan el nombre de los sacerdotes de la Parroquia, que los sacerdotes conozcan el nombre de los feligreses.

Pero también es cierto, que si ponemos un poco de esmero, cuidado, conseguiríamos más. De hecho, tengo experiencia, y  algo he avanzado.

Sirva esta "sencilla vivencia" en este día 29 de enero, para recordar que hay saludos y saludos. 

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martes, 29 de enero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


NO DEJES PARA MAÑANA,
LO QUE PUEDAS HACER HOY

Ayer se me olvidó instalar la alarma. Resultado: Me levanté una hora más tarde. Consecuencias: No pude rezar el oficio divino a la hora acostumbrada, tuve que desayunar más tarde y más rápido, cuando me fui a la Parroquia, no encontré a la señora que con su carro todos los días se dirige a la compra, ni a los niños y niñas que cada mañana van al Colegio, ni al jardinero que “siempre riendo” recoge las basuras de la calle, ni al dependiente que prepara las cajas de fruta en su tienda, ni al camión de la basura junto a los contenedores, ni a la joven que pasea a su perro….

Nada fue lo mismo esta mañana. Ni afuera en la calle ni dentro en el templo. Porque si fuera cambió el panorama, dentro no fue distinto. Allí estaba el fiel sacristán extrañado de que no llegase a la hora de siempre. Por su cabeza -luego me cometo- pasaron mil conjeturas: olvido, cambiado, enfermedad.

Al fin todo se arregló. Eso sí, recuperando el tiempo perdido. Y como además no hay mal que por bien no venga, saqué de nuevo la lección que recoge este refrán: “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”.

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http://www.opusdei.es/art.php?p=51865

lunes, 28 de enero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


HERMOSA SINFONÍA

El paraguas tiene, lo estoy comprobando, más recorrido vivencial del que a primera vista pudiera parecer. Hoy he vivido, bajo mi paraguas,  una sencilla experiencia.

Salí de casa camino del trabajo. Apenas caían unas gotas de agua, casi insignificantes, pero como siempre he oído que no es bueno mojarse la cabeza, abrí de inmediato mi viejo paraguas. Por cierto, mi viejo paraguas, aquí se lo agradezco, está lleno de años y también de servicios.

Como iba diciendo, abrí mi paraguas y comenzaron a caer sobre él finas gotas de agua, gotas que producían un ruido suave, agradable, encantador.

Desde el primer momento, aquel repiqueteo de gotas sobre mi paraguas, me pareció una hermosa sinfonía. Y aunque al parecer todas las gotas parecen iguales y caen igual sobre el mismo objeto, sin embargo producen o a mi me lo parece, distintos sonidos.

Seguí caminando, y he de decir que disfrutando enormemente. Es verdad que no duró mucho tiempo “el concierto”, no porque dejara de llover sino porque llegué al lugar al que me dirigía.

Vaya mi agradecimiento para el paraguas. Aunque a decir verdad, el ruido del agua y del viento me gustan mucho.

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domingo, 27 de enero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


UN SALUDO ROBADO

El paraguas, su mismo nombre lo indica, sirve para detener el agua que mansamente o con fuerza cae desde las nubes a la tierra. En ocasiones, su servicio es eficaz; en otras, cuando hace viento, el servicio es mínimo. En estos últimos casos, el agua se acurruca en la tela y baja revoltosa salpicando abrigo, pantalones, zapatos. 

Hoy he descubierto otro aspecto negativo del paraguas. Eran las nueve de la mañana. Salía al trabajo como de costumbre. Llovía suavemente. Una señora venía en dirección contraria  a la que yo llevaba. La misma señora que todos los días se dirige a la compra tirando de un carrito con ruedas pequeñas.

Al llegar a mi altura, todos los días, me da un “buenos días”, que yo correspondo con otro: “buenos días”. Pues bien, hoy, ambos hemos faltado al saludo. Los dos, porque llovía, llevábamos el paraguas abierto; y. además, los dos un tanto inclinado a causa del viento que soplaba de lado. Por eso, cuando nos hemos cruzado no ha habido saludo.

El paraguas ha sido el culpable: nos ha tapado la cara, nos ha robado el saludo. Algo de culpa, se llevará el viento y el agua. Sea lo que fuere, dicho robo me ha dado la oportunidad de escribir esta sencilla vivencia. 

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sábado, 26 de enero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS



NIEVE LLAMA NIEVE

Ayer nieve y lluvia, calles llenas de agua, hoy sol, goteras de los tejados y calles completamente limpias. Con la rapidez que vino se ha ido la nieve, aunque todavía queda algo en los jardines. Y según dice el refrán: “Nieve llama a nieve”, es decir, cuando no se va del todo la nieve es señal que pronto va a nevar más.

No estoy seguro que exista este refrán, aunque si lo he oído muchas veces. Es más, lo he comprobado, en ocasiones. Espero que alguno de mis lectores, con paciencia y tiempo, enriquezca mis conocimientos con los suyos. Esta sería una buena lección: “Saberse ayudar”.

Por otra parte, estas líneas que acabo de emborronar, me han hecho recordar aquellos años, ya lejanos, que pasé en el Seminario de Lebanza, situado en la montaña palentina. ¡Qué nevadas las de aquellos años! ¡Qué días tan alegres! Primero esperanzo que nevase y después, abriendo carretera hasta el pueblo más cercano. ¿Qué hermosas aquellas mañanas de sol en lo alto y nieve en las pistas cercanas!. Trineos, esquís, tablas…, todo era útil para deslizarse por la nieve y gozar del invierno.

Cierro aquí los recuerdos y la sencilla vivencia cotidiana y me quedo a la espera de recibir nuevas experiencias.

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viernes, 25 de enero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS



BUEN AMBIENTE

Me acodaba ayer de una estrofa de la canción infantil: “Vamos a contar mentiras”, que dice: “Por el mar corren las liebres, por el mar corren las liebres, por el monte las sardinas, por el monte las sardinas”. 

Me acordaba, porque ayer las calles de la ciudad parecían una mar inmenso. Caminabas por encima de agua, por encima de nieve blanda, siempre con la sensación de no encontrar piso firme. Los viandantes, en estos casos, cuando transitan así por la calle, dan una imagen chusca, chocante, rara.

Pensaba yo que algo parecido nos ocurre cuando caminamos por la vida, recorriendo sendas extrañas, difíciles, disparatadas, no normales. En el mejor de los casos damos la sensación de gente chocante, rara, extraña. En una palabra, la sensación que dan las sardinas que corren por el monte o las liebres corren por el mar. Unas y otras viven fuera de su ambiente.

El video de abajo da respuesta a esta pregunta que le hicieron a San Josemaria en 1972: ¿Cómo mantener la dignidad, dando la cara en un ambiente poco cristiano? 

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jueves, 24 de enero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


UN BUEN CONSEJO

Recuerdo que mi padre, que en paz descanse, cuando éramos pequeños, para animarnos a vencer momentos de alguna dificultad, nos solía decir: “Agarraros a la orejas, que la cosa es difícil”. Y entendíamos perfectamente lo que nos quería advertir: Que había que poner los cinco sentido en lo que estábamos haciendo.  No cabe duda que la frase tiene su gracia y encierra su mensaje.

Si me he acordado hoy de este dicho paterno, ha sido porque cuando salía de casa y transitaba por la calle llena de nieve y agua, hubo un momento en que me resbalé y tambaleó mi cuerpo como un junco. Y como no me podía agarrar a ningún sitio, me vino a la cabeza el dicho de mi padre.

Ello hizo que pusiese más cuidado en el andar, que me fijase más donde pisaba y sortease las dificultades con destreza. Luego, cuando llegué al lugar de destino me hice la siguiente reflexión: “Que hermosos son los consejos de los mayores  y que eficaces cuando se poner por obra”. No pude menos de agradecer a mi padre el gracioso consejo de agarrarse a las orejas.

Nota: En la India, agarrarse la oreja es signo de sinceridad o de arrepentimiento, ya que los oídos son considerados sagrados.

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miércoles, 23 de enero de 2013




LA SABIDURÍA DE LAS ABUELAS
 Muchas gracias, fiel seguidora de mi blogg. Lo que no supe buscar o encontrar, me lo trasladas claramente en tu comentario. De esta forma, no sólo enriqueces mis conocimientos sobre las picarazas, sino que además con ello, corroboras la sabiduría de las abuelas: Una vez más se comprueba, que no pasa día sin que algo no se aprenda. Muchas gracias de nuevo. Y como testimonio de su seguimiento, aquí en "nuestro blogg" dejo su atinado comentario:
"La urraca (Pica pica) también conocida como picaraza es una de las aves más comunes en Europa. Mide en torno a 46 cm de longitud con una envergadura de 60 cm y un peso de unos 250 gramos, llega a vivir unos 15 años. Es inconfundible con otra ave. Efectivamente ya decía mi abuela no te acostarás sin aprender una cosa más".
Nota: Ahora me explico que la débil rama del pino sostuviera a la picaraza de marras. Dos cientos cincuenta gramos de peso lo aguanta el más fino junco.

martes, 22 de enero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


UN AMIGO Y SU BOINA


Me encontré con un amigo. Llevaba cubierta la cabeza con una hermosa boina. Yo iba bien abrigado con una bufanda negra. Mi amigo comenzó a cantar las grandezas de la boina y a meterse contra mi bufanda. Me dijo que en su pueblo se dice: “Este es tan tonto que no sabe ni llevar la boina”. Y al que lleva la bufanda como yo la llevaba también le dice cosas raras. Como yo no tenía ganas de discutir, aguanté sin más a sus palabras. Luego he ido a informarme un poco sobre la boina y para ti he sacado algunos datos: 
"La boina es una prenda que sirve para cubrir la parte alta de la cabeza. Su tamaño es reducido, cubre exclusivamente el cuero cabelludo, dejando muy poco espacio, no más de dos centímetros, entre su superficie interior y el cuero cabelludo. No cubre las orejas ni la nuca".
"En el País Vasco y Navarra se utiliza como distinción de campeón en competiciones y eventos deportivos y culturales recibiendo el nombre solo en este caso de "txapela" (del euskera txapeldun, "campeón")".