sábado, 16 de marzo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS




PRIMERA HOMILÍA 
DEL PAPA 


"En estas tres lecturas veo que hay algo en común: es el movimiento. En la primera lectura, el movimiento en el camino; en la segunda lectura, el movimiento en la edificación de la Iglesia; en la tercera, en el Evangelio, el movimiento en la confesión. Caminar, edificar, confesar.

Caminar. «Casa de Jacob, venid; caminemos a la luz del Señor» (Is 2,5). Ésta es la primera cosa que Dios ha dicho a Abrahán: Camina en mi presencia y sé irreprochable. Caminar: nuestra vida es un camino y cuando nos paramos, algo no funciona. Caminar siempre, en presencia del Señor, a la luz del Señor, intentando vivir con aquella honradez que Dios pedía a Abrahán, en su promesa.

Edificar. Edificar la Iglesia. Se habla de piedras: las piedras son consistentes; pero piedras vivas, piedras ungidas por el Espíritu Santo. Edificar la Iglesia, la Esposa de Cristo, sobre la piedra angular que es el mismo Señor. He aquí otro movimiento de nuestra vida: edificar.

Tercero, confesar. Podemos caminar cuanto queramos, podemos edificar muchas cosas, pero si no confesamos a Jesucristo, algo no funciona. Acabaremos siendo una ONG que da pena, pero no la Iglesia, Esposa del Señor. Cuando no se camina, se está parado. ¿Qué ocurre cuando no se edifica sobre piedras? Sucede lo que ocurre a los niños en la playa cuando construyen castillos de arena. Todo se viene abajo. No es consistente. Cuando no se confiesa a Jesucristo, me viene a la memoria la frase de Léon Bloy: «Quien no reza al Señor, reza al diablo». Cuando no se confiesa a Jesucristo, se confiesa la mundanidad del diablo, la mundanidad del demonio.

Caminar, edificar, construir, confesar. Pero la cosa no es tan fácil, porque en el caminar, en el construir, en el confesar, a veces hay temblores, existen movimientos que no son precisamente movimientos del camino: son movimientos que nos hacen retroceder.

Este Evangelio prosigue con una situación especial. El mismo Pedro que ha confesado a Jesucristo, le dice: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Te sigo, pero no hablemos de cruz. Esto no tiene nada que ver. Te sigo de otra manera, sin la cruz. Cuando caminamos sin la cruz, cuando edificamos sin la cruz y cuando confesamos un Cristo sin cruz, no somos discípulos del Señor: somos mundanos, somos obispos, sacerdotes, cardenales, papas, pero no discípulos del Señor.

Quisiera que todos, después de estos días de gracia, tengamos el valor, precisamente el valor, de caminar en presencia del Señor, con la cruz del Señor; de edificar la Iglesia sobre la sangre del Señor, derramada en la cruz; y de confesar la única gloria: Cristo crucificado. Y así la Iglesia avanzará.

Deseo que el Espíritu Santo, por la plegaria de la Virgen, nuestra Madre, nos conceda a todos nosotros esta gracia: caminar, edificar, confesar a Jesucristo crucificado. Que así sea".

PARA ESCUCHAR



viernes, 15 de marzo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

PRIMERAS PALABRAS

Estas fueron las primeras palabras que pronunció el Papa Francisco 

"Hermanos y hermanas, buenas tardes.

Como sabéis, el deber de un cónclave es dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo...pero estamos aquí.

Os agradezco la acogida. La comunidad diocesana de Roma tiene su Obispo: gracias.

Antes de todo, quisiera rezar por nuestro obispo emérito, Benedicto XVI. Recemos todos juntos por él, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo custodie.

(En ese momento el Papa recita junto a los fieles presentes en la plaza de san Pedro el Padrenuestro, el Ave María y el Gloria al Padre)

Y ahora, comenzamos este camino: obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad todas las iglesias. Un camino de hermandad, de amor, de confianza entre nosotros. Pidamos siempre por nosotros: los unos por los otros. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran hermandad. Os deseo que este camino de Iglesia, que hoy comenzamos y en el que me ayudará mi cardenal vicario, aquí presente, sea fructífero para la evangelización de esta ciudad, tan bella.

Y ahora quisiera dar la bendición, pero antes os pido un favor: antes que el obispo bendiga al pueblo os pido que pidáis al Señor para que me bendiga. La plegaria del pueblo pidiendo la bendición para su obispo. Hagámoslo en silencio.

Ahora os daré la bendición, a vosotros y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

(bendición)

Hermanos y hermanas, os dejo. Muchas gracias por la acogida. Rezar por mi. Hasta pronto. Nos vemos pronto: mañana quiero ir a rezar a la Virgen, para que custodie a toda Roma.

Buenas noches y buen descanso".


PARA ESCUCHAR
https://www.youtube.com/watch?v=Hr3avLW6G0A

jueves, 14 de marzo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


FUMATA: ¿NEGRA? ¿BLANCA?

Segundo día de Cónclave. Ayer, antes de las ocho de la tarde, ya sabíamos que la "fumata" había sido negra. Ni desilusión, ni desesperanza. Una tarde y una noche llenas de oración, de emoción.

Con nieve en nuestra tierra, con aire y frío, comienza el segundo día del Cónclave. A lo largo de este día según lo previsto, se sucederán dos votaciones por la mañana y otras dos más por la tarde.

Ni la primera ni la segunda de hoy nos ha traído el nombramiento. Poco antes de las doce, volvía a salir el humo negro. Los Cardenales todavía no se han puesto de acuerdo para nombrar al nuevo Vicario de Cristo.

Son las cinco de la tarde. Estamos a punto de conocer el resultado del tercer escrutinio, si este fuera decisorio. De lo contrario habrá que esperar a las ocho de la tarde o quizás un poco antes.

Pendiente de este momento histórico. No escribo más. Solamente espero, escucho. Desde Roma, nos dicen: "última hora: tensión, expectación, esperanza". 

miércoles, 13 de marzo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

ESTAMOS EN TUS MANOS


Estoy viendo, desde mi ventana, siete contenedores de basura, con sus escritos, especificando lo que cada uno de estos contenedores está dispuesto a recibir. Ha sido un gran avance en la recogida de basura de las ciudades. Lejos quedan aquellos montones de basura, pequeños a primeras horas de la mañana pero que luego iban creciendo hasta convertirse en pequeñas montañas.

Veo también, desde mi ventana, dos contenedores acampanados, que admiten solo vidrio. Tiene cierta gracias oír desde dentro de nuestras casas el desalojo de botellas que al ritmo del aire y con el sonido especial van cayendo en el lugar para ellas reservado.

Pero no quiero escribir sobre estos adelantos y estas exquisiteces de la recogida de la basura ciudadana. Quisiera escribir unas lineas para recoger una escena que veo repetida muchas veces.

Tres personas. Dos hombres y una mujer. Los tres relativamente jóvenes. Los tres, por su presencia, parecen extranjeros. Los tres acuden a los contenedores habidos de presa. Llegan, me cuesta escribirlo, ilusionados.

En esto, uno de ellos, tras abrir un contenedor se introduce en su interior. Ya no se le ve. De repente saca la cabeza y muestra a los otros dos, que esperan fuera, un tesoro. Un tesoro que son dos cajas y una bolsa.

No voy a seguir. Solo un breve suspiro: ¡¡¡Dios mío, Dios mío, porque tanta pobreza!!! Y una oración: ¡¡¡Todo lo dejo en tus manos!!!


PARA VER Y ESCUCHAR
https://www.youtube.com/watch?v=PyOhpYMxjLE

martes, 12 de marzo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


SEGUNDO CÓNCLAVE DEL SIGLO XXI

Hoy,  día 12 de marzo de 2013, comienza el segundo Cónclave de siglo XXI. Un Cónclave es la reunión de Cardenales convocados con el propósito de elegir un nuevo Papa. La palabra Cónclave viene del Latín cum+clavis (con llave), se refiere a un lugar cerrado con llave.

En efecto, la elección de un Papa se realiza tras las puertas cerradas, en cónclave. Es decir, los Cardenales que participan en el Cónclave no tienen contacto con el exterior.

Esta práctica fue iniciada por el Papa Gregorio X en 1274 para eliminar interferencias externas y apresurar el proceso electoral, ya que su propia elección, caso excecional, se había extendido por casi tres años. 

lunes, 11 de marzo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


TABLÓN DE ANUNCIOS

Durante años, en nuestra Parroquia, todos y cada uno de los actos litúrgicos que se iban a celebrar a lo largo de la semana, mes o año, aparecían en sencillos carteles que se colgaban en el tablón de anuncios fijo en el exterior del templo o en tablones interiores.

Allí quedaban los anuncios hasta que llegaban las fechas anunciadas. De esta manera, de un modo silencioso y humilde, se iban informando los feligreses, que más tarde acudirían piadosos y puntuales, a celebrar los actos anunciados.

Últimamente se había descuidado este servicio.  No tano por su ineficacia, como por una cierta dejadez o quizás cambio de costumbre a la llegada del nuevo párroco.

Ayer, domingo cuarto de Cuaresma, terminada la Misa de diez, entró en la sacristía un conocido feligrés, que sin otro preámbulo dijo: “La gente me dice que echan de menos los avisos que antes se colocaban en los carteles. Venía muy bien. Y muchos –sobre todo a los sordos- se enteraban de los actos a los que luego podían acudir.

“Se hará, se hará –dijo el párroco- y el hombre se marcho satisfecho de haber colaborado con sus amigos y poder así, además, ayudar a revivir viejas costumbres. Un servidor, me hizo recordar años pasados, horas gastadas y trabajos realizados.

Esperemos que la sugerencia se cumpla y ayude, como ha ayudado, durante mucho tiempo, a feligreses deseosos de tener noticia de actos religiosos, y, sobre todo, deseosos de acudir a ellos. 

PARA BUSCAR 
http://www.misas.org/mapa

domingo, 10 de marzo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


PRIMEROS BROTES

Hoy he observado,  en un arbolito cercano a mi casa, los primeros brotes de la primavera. Son brotes casi insignificantes, pero anuncian una nueva estación. Si echas una mirada alrededor de este pequeño arbolito, todo sigue igual: árboles peludos, ramas secas, abiertas al sol y al viento.

Si miras los jardines, te ofrecen la misma situación. Hierbas arrugadas, secas otras, rosales encogidos. Hasta las aves del cielo, guardan silencio y resignación. Igualmente las personas, acurrucadas en sus abrigos y bufandas. El invierno que se ceba en las personas y también en la naturaleza, pasa, siempre pasa.

Y hoy he observado, en un arbolito cercano de mi casa, nueva vida, esperanza, ilusión. Y he comenzado a abrir las ventanas de mi alma hacia lo bueno, verdadero y bello. He vuelto vivir el futuro cercano.

Brotes de primavera en la Iglesia. Los Cardenales reunidos en Cónclave. Un nuevo Papa está a punto de llegar a la Iglesia: Un nuevo Pentecostés se acerca, una nueva primavera. Recemos, pidamos a Dios, un nuevo Vicario de Cristo: Buen Pastor, Guía, Padre, Maestro.

¡¡¡Omnes cum Petro ad Iesum  
per Mariam!!!

PARA ESCUCHAR

sábado, 9 de marzo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


UN SENCILLO SALUDO

Saludar a los que pasan a tu lado, es señal de buena educación. Y la verdad, que bien mirado, ofrecer el saludo al que pasa a tu lado, no es algo difícil, arduo, sino que entra dentro de las cosas sencillas que todos podemos realizar sin mayores esfuerzos.

Y si el que pasa a tu lado, es conocido, es feo mirar hacia otro lado, dar la impresión que no lo has visto, pasar de largo y evitar el saludo.  Si el que se cruza contigo, es conocido, no debes negarle el saludo. Será bien para ti y será bien para el otro.

Eran las once y diez de la mañana. Salía de casa camino de la Iglesia. De lejos vI a dos hermanos (ella y él) que venían paseando. Ellos, creo también me vieron. Tuvimos que aminorar el paso para encontrarnos. Lo hicimos. Y como mandan los cánones, nos saludamos.

Saludo ritual. Luego una sencilla pegunta por mi parte: -- ¿Cuando vais a ir al pueblo? - Pues ya enseguida, me dijeron. Con este tiempo, que parece que va mejorando, tendremos que ir pronto a sembrar las patatas. - Que tengáis suerte. - Gracias.

Esto fue todo. Pero estoy seguro, que los hermanos (ella y él) se fueron contentos. Yo también proseguí feliz hacia la Iglesia. Un pequeño gesto, un sencillo saludo habían estrechado un poco más nuestra amistad.

viernes, 8 de marzo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


GRATIAS, TIBI, DEUS, 
GRATIAS TIBI

El ascensor es un lugar de constantes encuentros. Pueden pasar años sin que tengamos ocasión de visitar el hogar de nuestros vecinos más cercanos, pero el ascensor nos presta la ocasión de hablar con ellos, de comentar nuestras cosas.

Ayer, sin ir más lejos, coincidí en el ascensor con una vecina a la que hacia un tiempo que no le veía. Como siempre, una de las preguntas socorridas, si es que no se habla del tiempo, es preguntar por la familia.

Así lo hice. Pregunté por su marido. Me dijo que se había jubilado; que estaba aburrido; que le estaba costando hacerse a esta nueva vida. “Hoy -siguió-, ha bajado al pueblo. Es un escape para él”.

Traté de darle pistas con las que poder organizar el tiempo, por si le podían servir de orientación. Me lo agradeció, amablemente, la señora. Con éstas, la vecina había llegado a la meta. Fue, por lo tanto, una conversación breve, sencilla.

Más tarde, ya solo, pensé: ¡Qué suerte tener cosas que hacer! ¡Qué maravilla saber emplear el tiempo! Y como fluye el agua de un manantial, así, mansamente, brotó de mi corazón esta jaculatoria: “Gratias tibi, Deus, gratias tibi”.




jueves, 7 de marzo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS



UN BUEN FELIGRÉS

Lo veo casi todos los días. Algunos días en el templo, otros, por la calle. En ocasiones, en ambos lugares. Es un feligrés, jubilado, lleno de años y siempre de buen humor.

Hace años que lo conocí. Era entonces más joven, pero como es mayor que yo, siempre me ha aparecido un señor mayor. Sé algunas cosas de su vida. El mismo me las ha contado en repetidas ocasiones.

Pero no es mi intención en estos momentos airear sus andanzas y sus historias del pasado. Sencillamente, si hoy traigo a este espacio, de “sencillas vivencias”, a este feligrés, es por que esta mañana me he encontrado con él, en medio de la calle.

Además del saludo habitual, no faltó en la conversación, hablar del tiempo. La verdad sea dicha, siempre, pero siempre, cuando me tropiezo con este feligrés en la calle, hablamos del tiempo.

En un santiamén, me puso al día de la temperaturas hoy: las de las primeras horas de la mañana, las que había en el momento de la conversación y si no me adelantó las que habrá mañana, fue porque le faltó tiempo.

También hablamos de Dios y hablamos a Dios. Hacemos oración. Decía Santa Teresa de Jesús, nuestra Patrona, hacer oración, “es tratar de amistad con quien sabemos nos ama”.

miércoles, 6 de marzo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS



UN FUERTE ABRAZO

Me habían encargado realizar una pequeña gestión. Para ello, necesitaba el teléfono fijo o móvil de la persona a quien tenía que dirigirme. Como no disponía de ninguno de estos teléfonos, acudí a un intermediario. Generosamente me proporcionó el móvil de la persona con la que deseaba conectarme. Esto ocurrió el jueves por la tarde.

Al día siguiente martes, después de celebrar la Misa de doce, en la que pedí insistentemente por la elección del nuevo Vicario de Cristo en la tierra, me dispuse a llamar a la persona de la que deseaba obtener un favor.

Tomé mi móvil, marqué los nueve números de rigor, y de inmediato me contestó una tenue voz, con tono suave, de suerte que me dio la impresión que se encontraba geográficamente lejos de mi.

Me presenté. Le dije quién era y qué quería; y sin más, le pedí el favor deseado. Noté que algo pasaba, porque no conectaba con mi propuesta. Él, amablemente, me dijo: “He notado, por tu voz, que me llamas desde Pamplona. Yo estoy en Madrid. Creo que te has equivocado de “hombre”.

Recité número por número su móvil (era el que me habían dado el día anterior), a lo que me dijo. “Pues no. Ni una en el clavo. De todas formas un saludo muy cordial. También yo soy de Pamplona”.

Me disculpé, como pude y cerré la conversación con un: !Adiós, un fuerte abrazo”, a lo que el “hombre desconocido”, a la sazón residente en Madrid, respondió: “Igualmente. Un fuerte abrazo”.

PARA ESCUCHAR

martes, 5 de marzo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


CERCA DEL ARGA

Ayer fue lunes. Y como todos los lunes, me reúno con un grupo de amigos sacerdotes. La reunión no dura más de cinco horas. A lo largo de estas horas, además de recibir formación religiosa y espiritual, comemos, charlamos y nos contamos nuestras cosas.

Es un día de descanso y de formación. Viene muy bien al cuerpo y al espíritu. Nunca sabremos agradecer a la Obra este cuidado. Sirva este breve escrito como testimonio de un hecho singular, aparentemente sencillo pero de resultados espirituales incalculables.

Pues bien, ayer cuando me dirigía al Centro de Pamplona, que es donde tenemos nuestro encuentro semanal, me encontré con un feligrés que bajaba de la ciudad hacia el barrio de la Chantrea.

Hablamos de lo bueno que es pasear, de lo difícil que es mantenerse en forma. También hablamos de algunos párrocos y sobre todo, hablamos del Papa que renunció y del Papa que esperamos.

Como mi amigo y feligrés es una buena persona, allí cerca de la orilla del río Arga, elevamos una oración al cielo para que el Espíritu Santo nos envíe un buen pastor que sepa guiar a su Iglesia.

Para endulzar el encuentro, mi amigo y feligrés me regaló un caramelo sin azúcar. Nos despedimos. El siguió, camino del Barrio; yo seguí, camino del Centro de Pamplona. Por el camino, mientras chupaba el "caramelito" fui desgranando jaculatorias, pidiendo por el nuevo Papa.

lunes, 4 de marzo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS

EL BASTÓN


Había salido una mañana espléndida. Lucía el sol y apenas había nubes en el cielo. Hasta los árboles mostraban un aspecto diferente. Parecía que se acercaba el primer atisbo de primavera. Aunque quizás no fuera más que un inquieto deseo o un loco sueño.

Así las cosas, me encontré con un señor que se dirigía a la Iglesia. Vestía de fiesta: discreta chaqueta y pantalón limpio y bien planchado. Sobre la cabeza una pequeña boina. No podía ocultar su origen: hombre de pueblo.

Le saludé como hago siempre. Y después, una pregunta: ¿Ha dejado usted el bastón en casa?. Me respondió que sí. Que le gustaba llevar bastón, pero que hoy, para ir a Misa,  no le hacía falta. Además, cuando he acudido con bastón al templo, lo he olvidado.

A continuación, el buen señor, comenzó a hacer las alabanzas del bastón. Me dijo que le sirve de apoyo, que es una buena compañía , que es defensa y es ataque. Hace tiempo que le perdí el miedo.

Hablando, hablando, llegamos al templo. Le vi subir dos escalones para llegar al pórtico. Aunque los subió con cierta agilidad, me di cuenta que la ayuda del bastón le hubiera vendido de perillas. Yo me fui por la puerta pequeña. 

NotaEl bastón es una especie de vara hecha de madera (aunque también de otros materiales) que se lleva en la mano para apoyarse en él y mantener el equilibrio. También puede utilizarse como simple adorno, insignia de mando o signo de dignidad. En este caso, pueden fabricarse de marfilplataoro, etc. Así ocurre con los mandos, sobre todo, en el ámbito militar. Los modelos más conocidos suelen tener el puño curvo u horizontal y la pieza que apoya en el suelo, llamada contera, de goma u otro material.

PARA ESCUCHAR

domingo, 3 de marzo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


PARA RECORDAR

El pórtico de los templos es lugar de encuentros y de noticias. La gente, cuando llega y, sobre todo, cuando sale de las ceremonias religiosas, aprovecha para conversar con sus amistades. Se suele hablar de asuntos familiares, de últimas noticias y de sucedidos relacionados con la feligresía.

Ayer, la conversación la inició una de las feligresas más asiduas a la Misa de diez. El motivo era muy personal, pero quería comunicarlo. Al terminar la Eucaristía, y después de un rato de acción de gracias, ya en el pórtico, nos dijo: “Hoy cumplo años”.

Le felicitamos, como es costumbre, y nos lamentamos de no haberlo sabido antes, pues de haber tenido noticia de tal acontecimiento, podríamos haberlo tenido en cuenta en nuestras oraciones.

Todos los presentes le dijimos que lo haríamos más tarde y que en la Misa de mañana nos acordaríamos de modo especial de pedir por ella. Yo, por mi parte, le prometí que introduciría el dato en mi agenda electrónica.

Ya lo he hecho. Ya he programado el acontecimiento. Confío en la máquina. Hasta ahora ha sido una ayuda eficaz. Espero siga siéndolo.

sábado, 2 de marzo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


"NOS LLAMAREMOS VENCEDORES"

Salimos juntos del templo. Fuera soplaba un viento fuerte, frío, desagradable. Ellos eran marido y mujer, un matrimonio, entrado en años. Yo, el autor de estas líneas. Las primeras palabras del marido fueron: “Estoy deshecho. Los huesos me duelen sin parar. Ahora , cuando llegue a casa, me sentaré en el sillón. Allí me duelen menos”. La esposa, mientras tanto, sonreía y callaba.
Traté de animarles. Para ello, hice mención de la reciente despedida de Benedicto XVI. Les pregunté: “Visteis ayer la salida del Papa de Roma hacia Castel Gandolfo? ¿Visteis salir el helicóptero?”  Me dijeron, que sí; que lo habían visto todo; que lo habían seguido con interés; que había sido muy emocionante.

Tercié en la conversación y añadí: “El Papa también esta torpe, pero con que elegancia realiza sus movimientos". "Amigos, tenemos que aprender del Papa –añadí- a ofrecer nuestras limitaciones. Los años no perdonan y los huesos pierden fuerza con los años”.

¡Qué duro es esto, dijo el esposo. Además, qué mal está el mundo. Qué mal están todas las cosas!”. Mientras pronunciaba estas frases, el hombre mostraba una cara de pena exagerada y la mujer de extrañeza. Mientras, yo, recordando unas palabras de San Pablo, les dije: “Para los que aman a Dios, todo sirve para bien”.

“Sí, todo para bien -dijo el anciano- , pero tengo unos nietos que no pisan la iglesia. ¡Qué pena!. Yo venga a rezar, pero nada. Siguen siempre igual”. Noté que lo decía lleno de amargura. Traté de animarle.

Seguimos hablando por el camino. Al fin, llegamos a casa. Tomamos el ascensor,  juntos. El iba al primero  -la mujer se había ido a hacer algún encargo-, yo al tercero.  Llegamos al primero. Cuando yo pensaba que había influido en su ánimo, el hombre me dijo: “¡Qué triste es esto, qué mal está todo! No pude decirle otra cosa que: ¡¡¡Animo!!! ¡¡¡Al final, si somos fieles, nos llamaremos vencedores!!!

viernes, 1 de marzo de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


UNA BUENA NOTICIA

Como en tantas otras ocasiones, ayer por la mañana, cuando me dirigía a la Iglesia, después de tomar en mi casa “las once”, me encontré con dos feligresas de la Parroquia de Santa Teresa. Son dos feligresas de las habituales en los actos litúrgicos y sesiones de formación.

Las dos acuden a la clase de Catequesis de Adultos, que desde hace unos cuantos años, imparto en esta Parroquia, primero, los martes y los jueves; ahora, sólo los martes. Acuden siempre, prestan sumo interés y aprovechan el tiempo adecuadamente.

Una de ellas, además colabora en la limpieza y el cuidado de las ropas litúrgicas y de los vasos sagrados. Su labor es impagable. Sólo Dios le pagará este servicio. Seguro que lo hará.

La otra ayuda cuando puede. Es conocida por la colección de calendarios de bolsillo que está haciendo desde hace tiempo. Tiene cientos de calendarios, distribuidos por temas, años y otros asuntos. Quizás algún día se decida a hacer una exposición de calendarios. Yo le animo muchas veces.

Total, cuando llegué a la altura de estas dos feligresas que estaban hablando en medio de la plaza, después del saludo habitual: “Buenos días”, la de los calendarios, llena de gozo, me dijo: “Don José María, desde ayer por la tarde, soy abuela”.  Le dí la enhorabuena. Desde momento, comencé a pedir por su nieta.

jueves, 28 de febrero de 2013

EXTRAORDINARIA VIVENCIA

UN PEQUEÑO HOMENAJE

Copio aquí, en italiano, las palabras que pronunció Benedicto XVI en su última audiencia de los miércoles, ayer, día 27 de febrero de 2013. Muchas gracias Santo Padre.


Venerati Fratelli nell’Episcopato e nel Presbiterato!
Distinte Autorità!

Cari fratelli e sorelle!

Vi ringrazio di essere venuti così numerosi a questa ultima Udienza generale del mio pontificato. Come l’apostolo Paolo nel testo biblico che abbiamo ascoltato, anch’io sento nel mio cuore di dover soprattutto ringraziare Dio, che guida e fa crescere la Chiesa, che semina la sua Parola e così alimenta la fede nel suo Popolo. In questo momento il mio animo si allarga per di abbracciare tutta la Chiesa sparsa nel mondo; e rendo grazie a Dio per le «notizie» che in questi anni del ministero petrino ho potuto ricevere circa la fede nel Signore Gesù Cristo, e della carità che circola nel Corpo della Chiesa e lo fa vivere nell’amore, e della speranza che ci apre e ci orienta verso la vita in pienezza, verso la patria del Cielo.

miércoles, 27 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


UNA BUENA LECCIÓN

Cuando volvía, ayer por la mañana,  de la Iglesia a mi casa, me fijé en una pequeña camioneta aparcada cerca de la entrada de mi portal. La camioneta era del Ayuntamiento de Pamplona, de la sección de jardinería. Estaba cargada de un material granulado  de color amarillento.

En un primer momento, no advertí que podría ser aquello. Pocos minutos después, cuando bajé a la calle, observé que la camioneta seguía en el mismo sitio, pero ahora con las puertas traseras abiertas y una carretilla en el suelo que sujetaba un joven jardinero.

Muy cerca, en zona verde, dos jardineros trabajaban un espacio de rosales que habían cubierto del material granulado color amarillento que yo había visto en la camioneta y después en la carretilla.

Eché una ojeada alrededor y vi más espacios de rosales cubiertos con el mismo material y a otros dos jardineros que trabajaban en esta tarea en ellos. Entendí que estaban cuidando los rosales depositando  nuevos abonos, esta vez, de nuevos colores.

Más allá, tres jardineros más cavaban alrededor de pequeñas plantas y arrancaban las hierbas y ramujas, con el propósito, seguro, de echar a su alrededor el abono de marras.

Ante esta sencilla vivencia, pensé: ¡Cuánto cuidado, para mantener en forma a unas sencillos rosales! ¡Cuánto mimo para proteger unos pequeños árboles! ¡Buen ejemplo para los que nos dedicamos de la formación de los espíritus!. ¡Buena lección para ponerla en práctica, sin cansarnos!

martes, 26 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


JUBILACIÓN: OPORTUNIDAD PERFECTA

La mañana estaba fría. Los termómetros marcaban uno bajo cero. Además, un “vientecillo” cortante azotaba el rostro. Al entrar en el portal de casa, llegó un vecino. Le abrí la puerta y le saludé con el saludo típico de estas mañanas de invierno: “Buenos días, qué frío”.

Me respondió amablemente: “De verdad, qué frío”. Hablamos de lo útiles que son, para estos días de frío, los gorros; de que él lo usaba siempre; de que si hoy no lo llevaba era porque había salido a hacer un recado y iba a volver enseguida; que habitualmente si lo lleva.

Entramos en el ascensor, el vecino, una feligresa y yo. Los tres. La feligresa apenas entramos, le preguntó por su mujer. Le contestó que estaba en casa, extremando. Luego dijo la feligresa: “Tu como ya estas jubilado…”

El vecino arrugó el ceño y afirmó: “Aburrido estoy. Estaba mejor trabajando”. La feligresa siguió: “Hay que programarse”. Y el vecino se calló. Luego dije yo: “Ahora, a  descansar y a fumar”. “Sí, fumo demasiado, demasiado, dijo”.

Quise decirle: “La jubilación es la oportunidad perfecta de hacer lo que muchas veces quisimos y no pudimos… son muchas las alternativas…es el momento ideal para hacer las actividades que postergamos por el trabajo, hijos, entre otras”, pero no me dio tiempo, porque el vecino bajó del ascensor. Había llegado a su piso.

PARA ESCUCHAR

lunes, 25 de febrero de 2013

SENCILLAS VIVENCIAS


PEQUEÑOS GESTOS

Cada domingo, de hace un tiempo acá, aparece un mendigo a la puerta de nuestra Parroquia. Es un hombre conocido en el barrio, por varias razones: por su presencia entre nosotros, por algunos hechos menos edificantes, y, sobre todo, por un gesto positivo que le hizo popular y que le llevó a las páginas de algunos periódicos.

Pues bien, ayer domingo, volvía a estar a las puertas de nuestro templo. Procura abrir las puertas a los que llegan y extiende su mano pordiosera, rogando algunas monedas que pueda paliar la situación por la que atraviesa.

Días antes, un enfermo, que había acudido a hablar conmigo, me dio dos euros para que se los entregara a este pobre. Le dije que cumpliría sus deseos. Y ha sido hoy, último domingo de febrero, poco antes de comenzar la Misa de las 11:30, cuando cumplí mi compromiso.

Pero como no quería hacerlo personalmente, cuando los padres e hijos entraban en el templo, me fijé en un chaval de once años. Le llamé y deposité en su mano los dos euros, mientras le decía: “Entrega estos dos euros al pobre que está en la puerta”.

El chaval abrió los ojos, mientras abría su mano. Tomó los dos euros y salió rápido a dárselos al pobre. De inmediato pasó a la Iglesia. Yo le pregunté: “¿Qué te ha dicho”? Me ha dicho, dijo el chaval sin pestañear: “Muchas gracias”. Y corriendo se dirigió a donde estaban sus padres.

Seguro que este gesto le habrá servido de lección al chico. A mí, me ha servido. Espero te sirva a ti. Ojalá que al pobre de la puerta también le haya servido.