domingo, 31 de julio de 2011


PROPINA DE JULIO DE 2011




EL VALOR DE LA VIDA ORDINARIA

Anoche dormí, ¡qué suerte!, de un tirón. El silencio externo y la paz interior me ayudaron a descansar más y mejor. Me levanté media hora más tarde de lo habitual, pero lo hice con el mismo deseo de servir al Señor a lo largo de toda la jornada, empezando por el minuto heroico.


El cielo estaba completamente azul. Un suave viento movía las ramas de los árboles y acariciaba el rostro de las personas y de las cosas. Paseando por el patio de mi casa, recé parte del oficio divino. Una y otra vez se clavaron en mi alma mensajes sálmicos. Valga como ejemplo este trozo del Salmo 118: “Tú, Señor, estás cerca, y todos tus mandatos son estables; hace tiempo comprendí que tus preceptos los fundaste para siempre”.

sábado, 30 de julio de 2011

DIA 31 DE JULIO DE 2011
 

 VIAJE AL PUEBLO

Desde Pamplona a Villasarracino hay, más o menos, unos 320 kilómetros de distancia. En la actualidad, este trayecto se puede hacer en tres horas, por autovía o autopista, lo que hace el viaje bastante cómodo.

Muy distinto era hace unos cuantos años, cuando para hacer este mismo recorrido, había que gastar más tiempo, y, sobre todo, sufrir la presencia angustiosa de camiones, y esperar el momento propicio para adelantarlos, siempre con el riesgo de que apareciera defrente el coche más inoportuno.

jueves, 28 de julio de 2011

NOTA: AUNQUE SALE HOY, CORRESPONDE AL DÍA 30.

DÍA 30 DE JULIO DE 2011


“VA Y VENDE TODO LO QUE TIENE”

Iba recordando las dos parábolas que el miércoles pasado leíamos en la Misa. Es más, iba releyendo la “ficha” que saqué del bolso de la chaqueta y que había utilizado en la homilía de ese día.

Déjame que te recuerde solamente el titulo de estas dos parábolas: el tesoro escondido en el campo y el comerciante que busca perlas finas. Con estas dos comparaciones, Jesús nos presenta el valor del Reino de los Cielos y la actitud del hombre para alcanzarlo.

En esto iba pensando, cuando me encontré con un viejo amigo. Nos saludamos y lo primero que me espetó fue: “Me he puesto audífonos”. Y señaló con la mano sus oídos. Y sin mediar otra palabra, siguió: “Me han costado un millón de pesetas”. Luego, me contó con pelos y señales el iter seguido hasta llegar a esta situación. El hombre estaba contento y yo le deseé suerte.

Poco después, nos habíamos ya despedido, pensé para mis adentros: “Un millón, para oír con los oídos”. ¿Cuánto estaría dispuesto a gastar para oír con el alma? No me dí respuesta, pero fue un pensamiento que me fue rondando mientras caminaba junto al río, a ratos por el sol, a ratos por la sombra.

Crucé dos semáforos, contemplé los árboles frondosos del parque y los pequeños jardines de las viviendas de planta baja, y de sopetón se me fueron los ojos a esta fotografía que aparece aquí a la izquierda de este escrito. Valoración gratuita: ¿Sabe cuánto vale su vivienda a día de hoy?

Y pensé, no deberíamos los cristianos ofrecer valoración gratuita sobre el valor de un hijo de Dios? Y me dije: Por supuesto. Y de inmediato me vino a la memoria la idea que recogen estas palabras que luego busqué: “El Señor nos cuida a cada uno como a una joya de valor inapreciable: una conmovedora realidad, pues cada alma ha sido rescatada al precio de la sangre de Cristo”.

Un millón para oír mejor, valoración gratuita para conocer el precio de nuestra vivienda. Un pensamiento más de Es Cristo que pasa, n. 180: “Quien entiende el reino que Cristo propone, advierte que vale la pena jugarse todo por conseguirlo”.

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NOTA: AUNQUE SALE HOY, CORRESPONDE AL DÍA 29.

DÍA 29 DE JULIO DE 2011


COMENZAR Y RECOMENZAR

Cuando tenía prácticamente terminado el escrito de hoy, una mala pasada de mi “listo ordenador”, dio al traste con todo el trabajo. Y por más que intenté buscarlo, siempre obtuve calabazas. Tras el “pequeño disgusto”, me dije: “Más se perdió en Cuba”. Y aquí estoy dispuesto a construir la casa que se me acaba de derrumbar. También me acordé del n. 248 de Camino: "La vida del cristiano es comenzar y recomenzar".

Pues como iba diciendo o mejor escribiendo: hacía más de un año que no realizaba este paseo. Es un paseo, agradable, sencillo, casi llano. Una pequeña cuestecilla, fácil de salvar.

Después de un año, más o menos, sin pasar por estos lugares, me he dado cuenta que muy pocas cosas han cambiado. En el mismo lugar están los grandes almacenes, los carteles de anuncios, las ballas publicitarias, los bancos, los setos, las farolas. Todo sigue igual.

En el mismo lugar está la escalera de piedra que da acceso a una sencilla huerta rodeada de verjas y llena de árboles frutales. En el mismo lugar los campos de labranza, los senderos y atajos. En el mismo lugar está Arvena, zona de jardín y de plantas. Desde el olivo al avellano, desde la higuera al pino.

Algo sí ha cambiado. Ha cambiado el aparcamiento para coches delante de la Casa de Cultura de Burlada. Si hasta ahora, era un barrizal en vierno y una zona de tierra y polvo en verano, ahora es una zona embreada y señalada con rayas blancas.

También ha cambiado el jardín de infancia que construyeron hace unos años y que seguí con atención curiosa. Y si durante mucho tiempo ha sido simple construcción: paredes limpias, patios acristalados, hoy he podido contemplar a unos cuantos niños que montados en sus triciclos y con sus carretillas se divertían de lo lindo. En la fotografía de al lado puede verse una muestra.

Cuando tan solo me faltaban cinco minutos para llegar a casa, me encontré con el señor de las nueces, del que escribí hace un tiempo una estampa desde mi ventana. Le recordé aquel día, y le dije que la foto no había salido, etc. No importa, habrá que repetir, me dijo risueño.

Y él, que tenía ganas de hablar, comenzó a contarme cosas de su familia; historias de sus padres, de sus hijos, de sus hermanos; del viaje que hicieron él y su mujer a México. Me habló por supuesto de la Virgen de Gaudalupe.

Le escuché con calma. Y recé a su Angel de la Guarda y al mío. Para que nos acompañara en cada paso de nuestras vidas. Con una sonrisa en los labios se despidió de mi. Le deseé un buen día y seguí caminando.

Aquí termino el escrito de hoy. Me ha costado. Pero una vez más he puesto en practica aquel consejo: “La vida del cristiano es comenzar y recomenzar”. Estoy contento.

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DÍA 28 DE JULIO DE 2011


RÍO ARGA
DISTINTO, PERO GOZOSO

Hoy el paseo ha sido distinto. Distinto por que en vez de ser matutino, como vengo haciéndolo últimamente, ha sido vespertino. Eran las seis y media de la tarde, cuando salía de casa. A las siete y media estaba de vuelta. Una hora de movimientos de pies y de corazón.

Ha sido distinto además, por que he paseado dejando el río Arga, a mi izquierda, cuando lo habitual es dejarle a mi derecha. Esto ha hecho que hoy al mirar el cauce de la corriente, haya percibido que caminaba hacia delante.

Y me vinieron a la cabeza aquellos versos del poeta palentino, Jorge Manrique: “Nuestras vidas son los ríos / que van a dar a la mar / que es el morir; / allí van los señoríos / derechos a se acabar y consumir; / allí los ríos caudales, / allí los otros medianos / y más chicos, / allegados son iguales, / los que viven por sus manos / y los ricos”.

Con estos y otros pensamiento, entrelazados de jaculatorias, actos de desagravio y comuniones espirituales, había llegado al ecuador del paseo. Subía por la ruta de los alemanes, cuando de la parte derecha de la calzada se cruzaron dos niñas, luego supe eran hermanas, de nueve y doce años, más o menos.

Hola padre, me dijeron con voz suave y ojos alegres, a la vez que las dos, primero una luego la otra, me daban la mano. Correspondí al saludo y les pregunté: ¿De dónde sois? Nosotras, de aquí; la mamá, de Ecuador. Y de inmediato, se alejaron brincando de gozo, hacia su madre, que en ese momento hablaba por teléfono móvil.

Esto me hizo recordar lo que hace pocos días me preguntaba un feligrés: ¿Por qué antes saludábamos al sacerdote, diciendo Avemaría, y ahora lo hacemos con un “buenos días”?

Y pensé, estas niñas estiman al sacerdocio, no a mi que no me conocen de nada, sino al sacerdote por ser ministro de Cristo. Estas niñas han aprendido que el sacerdote aunque en sí, no es nada, es un instrumento de Dios para el mundo. Y por eso, le saludan de modo especial. Saben que Dios ha dado al sacerdote el poder para perdonar los pecados, para expulsar demonios, para realizar su consagración, por eso, le respetan.

Había sido, también por esto, un paseo distinto. Reaccioné tarde, pero me hubiera gustado haberles hecho una fotografía a aquellas niñas para ilustrar este escrito. Pero no lo hice. Tal vez ha sido mejor, el ejemplo así, queda en el anonimato.

Terminé el paseo, un poco cansado, pero contento. Todavía hay personas buenas, aquí y en Ecuador, y le di gracias a Dios.

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miércoles, 27 de julio de 2011

DÍA 27 DE JULIO DE 2011


"CON CARIÑO, A MIS CUATRO ABUELOS".


Filiberta Sánchez


Hace tiempo que deseaba escribir algo sobre los abuelos. Pero no sobre los abuelos en general, sino sobre mis abuelos. Si no lo he hecho hasta ahora, ha sido por distintas razones. Hoy, día de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María, abuelos de Jesús, lo voy a hacer.

martes, 26 de julio de 2011

DIA 26 DE JULIO DE 2011

Puente de Cuatrovientos
Había salido de casa sin rumbo fijo. A penas había andado doscientos metros, cuando vi que a lo lejos caminaba, a paso lento, Álvaro. Álvaro es un feligrés asiduo a mi Misa de las diez. Con él hablo muchas veces por la calle. Aligeré el ritmo y le dí alcance cuando esperaba que se pusiera verde un semáforo.

lunes, 25 de julio de 2011

DÍA 25 DE JULIO DE 2011

En edificios públicos y también en casas privadas, podemos encontrar detalles de nuestra historia y testimonios escritos o gráficos de nuestros mayores. Se trata de fijarnos un poco y descubrirlos. Siempre podremos sacar alguna lección para nuestra vida presente.


Benedictus Dominus Deus Meus

En una sencilla placa, fija con cuatro clavos negros, colocada en la fachada principal de la Diputación Foral de Navarra, se puede leer la siguiente inscripción: “Benedictus Dominus Deus Meus”, y un poco más abajo, en la misma placa, explica: “Leyenda del antiguo reino de Navarra”.

domingo, 24 de julio de 2011

Foto de archivo
DÍA 24 DE JULIO DE 2011

He pasado junto al monumento colocado en la rotonda que se encara, desde los campos de Burlada,  a la entrada de los túneles de Ezcaba. Lo he contemplado con sorpresa y curiosidad muchas veces, pero nunca hasta hoy, me había parado a reflexionar sobre su significado.

Así que esta mañana, asomado al mar sin orillas que es Internet y tras pedir alguna información, he elegido el siguiente título: “Ande o no ande, hojalata grande”. Se trata de un comentario crítico y una referencia a un anterior artículo condenatorio.

sábado, 23 de julio de 2011

DÍA 23 DE JULIO DE 2011

El hombre es un ser sociable. Necesita comunicarse con sus semejantes. A veces es difícil y no se consigue la comunicación. aunque siempre queda la posibildidad de mantener comunicación con uno mismo, a través de los recuerdos o comunicarse con Dios a través de la oración. Lo que importa, es huir de la soledad.

 
 ALIMENTANDO RECUERDOS

COLEGIO EL REDIN
Apenas inicié el paseo, me dije: Haber cuantas personas conocidas me encuentro en el recorrido de esta mañana. Muy pronto, saltó la primera. Un señor que venía de hacer la compra y descansaba sentado en un poyo de cemento. Al saludo correspondió con otro saludo. Y además, me explicó que estaba tomando fuerzas para poder llegar a casa. Asentí a su afirmación y sin más, seguí, paso ligero, hacia adelante. Y anda que te anda, ninguno más. Y en esto, tras pasar el puente del río Arga, bordeo el Colegio del Redín. Las puertas de verjas están abiertas y un par de coches en el aparcamento de la entrada principal.

viernes, 22 de julio de 2011

DÍA 22 DE JULIO 2011

"VAE SOLI: (¡Ay del hombre solo), dice la Sagrada Escritura. Parafraseando el dicho: "que estén tristes los que no quieren ser hijos de Dios", podríámos decir: "que paseen solos los que no quieren caminar acompañados por Dios o sus enviados".



COLEGIO IRABIA

PASEO EN SOLEDAD

Hoy el paseo lo he dado solo. Bueno, solo es un decir, porque nunca estamos solos. Siempre caminamos bajo la mirada de Dios nuestro Padre y en compañía del Ángel de la Guarda. Pero para entendernos, digamos que hice el paseo solo.  

jueves, 21 de julio de 2011


21 DE JULIO DE 2011

En la calle, en el campo, en el trabajo, en la familia, en todos los sitios podemos encontrar a Dios. Se trata de ofrecer todas las cosas para gloria de Dios. También el paseo, la diversión sana, el descanso. Todo.




UN PASEO MATUTINO

Eran las diez y media a/m, del día 20 de julio. Acompañado de mi hermana Mercedes, iniciamos un paseo que no sabíamos por donde iba a discurrir ni cuando ni adonde iba a terminar. La mañana estaba "fresquecilla" e incluso amenazaba lluvia. Suele decirse, "hombre prevenido vale por dos"; apoyado en este dicho, tomé el paraguas en la mano, por si en elgún momento fuera necesario. Y así, sin otro preparativo, comenzamos este paseo matutino.

miércoles, 20 de julio de 2011

DESDE MI VENTANA


Podemos aprender de las cosas que nos rodean. Cada hecho que ocurre a nuestro alrededor, encierra un montón de lecciones. Se trata de abrir los ojos del alma y sacar consecuencias.


DÍA 20 DE JULIO DE 2011

Ayer fue un día lluvioso y frío. La temperatura fue baja y anunciaban nieve en  los altos. Esto que hubiera sido normal en un día de febrero o marzo, ayer fue noticia porque estábamos a 19 de julio, es decir, a un mes del inicio del verano.  

martes, 19 de julio de 2011

DESDE MI VENTANA

Es bueno para todos, también para los sacerdotes, alimentar la amistad a través de sencillos encuentros. También lo es, crecer en formación humana y espiritual. Cuando concurren ambas cosas, el fruto es la alegría y la paz.


DÍA 19 DE JULIO DE 2011

Ayer pasé unas horas en Sagüés. Fui con dos amigos, que llevé en mi coche, a una reunión de formación. Allí nos esperaban tres sacerdotes más y un joven seminarista. Después llegaron otros sacerdotes. En total, a la hora de comer, éramos alrededor de veinte.  

lunes, 18 de julio de 2011

DESDE MI VENTANA

He comenzado a leer estos días: "El sacerdote confesor y director espiritual. Ministro de la misericordia divina". Ayer leí el texto del blog del P. Forcea, que abajo te adjunto. Merece la pena.



DÍA 19 DE JULIO DE 2011

Estos días de verano estoy sustituyendo en las parroquias de Meco y Camarma. Cada día me siento antes de la misa en el confesonario en ambas parroquias. Siento una gran alegría en estar sentado en el confesonario, aunque sólo sea esperando que algún alma venga a pedir perdón a Jesús. La espera allí ya es para mí un tiempo gozoso. Por supuesto que espero rezando el breviario o haciendo oración. Pero nunca he considerado ese tiempo como un tiempo perdido.  

domingo, 17 de julio de 2011

DESDE MI VENTANA

Vemos y oimos muchas cosas. Pero no siempre atendemos a todas. Incluso, a veces, nos fijamos en lo nimio, olvidando lo importante. Siempre podemos aprender a hacer las cosas mejor. 

DÍA 17 DE JULIO DE 2011

He vuelto a ver a las dos señoras de ayer, casi en el mismo sitio. Esta vez, una de ellas estaba sentada en un banco, situado bajo un enorme llorón, y, por lo tanto, a la sombra. La otra, acababa de llegar, marcando el compás de su andar, al son del bastón que llevaba en su mano derecha. Pero hoy, no les he dicho nada, no les he saludado. Por varias razones. Me encontraba a una cierta distancia y no era el caso de gritar para comunicarme con las dos amigas, que como todos los días se disponían ir al club de jubilados a pasar un rato y a tomarse un café en amigable compañía.  

sábado, 16 de julio de 2011


DESDE MI VENTANA

Caminamos con frecuencia por la calle y pasamos de largo, sin a penas saludarnos, por que no sabemos que decirnos. Siempre podemos decirnos, al menos, buenos días, buenas tardes.



DÍA 16 DE JULIO DE 2011
Venía de meter el coche en el garaje. Eran las seis de la tarde. Un viento suave movía las ramas de los árboles y hacía que el día estuviera apto para pasear. Por la ancha acera que bordea la Parroquia, avanzaban dos buenas amigas. Las dos entradas en años. Para mantenerse más seguras en pie, la una y la otra se apoyaban en sendos bastones de madera. Caminaban lentamente, se paraban cada dos por tres. Estas buenas amigas necesitan contarse sus cosas y, sobre todo, descansar.

viernes, 15 de julio de 2011

DESDE MI VENTANA


Nuestras almas, como la hierba del jardín, necesitan el riego del Espíritu, para permanecer firmes en la fe, de modo especial en estos tiempos de dificultades. Abramos nuestro corazón a la gracia.


DÍA 15 DE JULIO DE 2011

Aunque estamos a mediados de julio, a un escaso mes del comienzo del verano, los fuertes calores de estos últimos días han hecho que los jardines de mi barrio pierdan fuerza y lozanía. Para mantenerlos en buenas condiciones, los cuidadosos jardineros del lugar, todas las mañanas, apenas se levanta el sol, abren las llaves de riego por aspersión, estratégicamente colocadas, y desde sus bocas comienzan a estender una fina lluvia por el cesped sediento y reseco. Lo veo hacer muchos días.  

jueves, 14 de julio de 2011

DESDE MI VENTANA

Cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa. Amor a los animales, por supuesto. Pero antes, amor a los niños indefensos, a los jóvenes necesitados, a las personas enfermas, a los abuelos, cargados de años.


DÍA 14 DE JULIO DE 2011

También hoy, cuando me dirigía a la Iglesia, como cada mañana, me tropecé con dos señoras que paseaban a sus perros. Una de ellas canturreaba a media voz una canción antigua mientras tiraba de la cuerda al animal que se alejaba demasiado. La otra, como queriendo disculparse de que saliera a hora tan temprana a pasear a su perro, sin pedirle explicación, me advirtió que cumplía un encargo de su hija.  

miércoles, 13 de julio de 2011

DESDE MI VENTANA

Caminante, son tus huellas / el camino y nada más; / Caminante, no hay camino, / se hace camino al andar. / Al andar se hace el camino, / y al volver la vista atrás / se ve la senda que nunca / se ha de volver a pisar. / Caminante no hay camino / sino estelas en la mar.


DÍA 13 DE JULIO DE 2011

Un día más de vida. El ecuador de las fiestas de San Fermín pasa a nuestro lado. Aunque en el barrio en el que vivo, a penas se nota su fuerza. Pero también por aquí pasa el tiempo. Son las ocho de la mañana, once de julio de 2011. Ahora mismo a lo lejos, oigo el cohete anunciador del quinto encierro. Sigo atareado en mis cosas. Minutos después, suena de nuevo el cohete. Esta vez para avisar que el encierro ha terminado. No anuncia si con buenos o malos resultados. Sólo informa que la pesadilla por hoy ha terminado. Salgo de casa y me dirijo a la Iglesia. Abro la puerta y entro en templo. Se encuentra sombrío y solo. Enciendo las luces y sentado en el tercer banco comienzo la oración de la mañana. Estoy solo ante Dios en su inmensidad y misterio, yo criatura débil y necesitada. Después de hacer la oración preparatoria, le hablo de mis cosas, de mis preocupaciones, de mis proyectos. Y El me habla de sus dones y promesas. Yo le pido con fe y El con generosidad me responde. El me exige, a mi, a veces, me cuesta entender sus propuestas. Así es Dios y así somos los hombres. Caminamos por caminos distintos aunque deseemos ir por la misma senda. En estos pensamientos estaba, cuando oigo el móvil; me llega un mensaje; abro y leo: "mis caminos, no son tus caminos". Así es y así lo comprobamos, aunque nos cueste entenderlo. Con esta idea, sigo mi oración de la mañana. El ruido de unas palomas que transitan por el tejado, me distraen un momento. Vuelvo de nuevo a tirar de la soga para sacar agua del pozo. Y repito como un estribillo: "mis caminos, no son tus caminso". Ahora dirijo mis ojos al Sagrario, donde creo que está verdaderamente presente el Señor, con su Cuerpo, su Sangre, su Alma y su Divinidad;  y le digo: "Señor, que vea, que veamos, que vean". Y sigo meditando. Allá a lo lejos, el ruido de las fiestas. Aquí muy cerca, el Dios tres veces santo. Y termino como lo hago siempre: "Te doy gracias, Dios mío, por los buenos propósitos, efectos e inspiraciones que me has comunicado en esta meditación, te pido ayuda para ponerlos por obra, Madre mía Inmaculada, San José mi Padre y Señor, Angel de mi Guarda, interceded por mi". Amén.


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martes, 12 de julio de 2011

DESDE MI VENTANA

No te acostarás sin saber una cosa más. Hoy te brindo una sencilla lección de humildad. Si sigues leyendo te enterarás de que se trata.


12 DE JULIO DE 2011

No todos servimos para todo ni tenemos la misma habilidad para realizar las mismas cosas. Me lo decía ayer una de las mujeres que colaboran en la Parroquia, en las lecturas de la Misa de los domingos. "Yo -me decía con sencillez- leer no me importa. Estoy dispuesta siempre a salir a leer. Pero entonar los cantos, no; para eso no valgo. Si inicia otra persona, puedo seguir, pero entonar yo y llevar la voz cantante, imposible". Este ejemplo, como otros que se podrían poner, explica una realidad que observamos a diario. Hay gente que sabe escribir muy bien, pero hablar en público le es imposible. Cuantas mujeres son expertas en costura, pero llevar la economía de la casa les es muy difícil. Cuantos hombres son unos manitas en arreglos y organización, y, sin embargo, no les mandes hacer nada en la cocina. Es verdad que en estos últimos tiempos, se intenta saber todo de todo, de poder dirigir todo. Pero sigue siendo una constante: unos sirven para una cosa y otros para otra. En todo caso, es necesario reconocer las propias limitaciones. Y no pretender saber todo de todo. Intentarlo, sí; pedir tiempo y tiempo para realizarlo, no. Hace días leí en un libro titulado "Dios y Audacia", Mi juventud junto a San Josemaría, escrito por el Cardenal Julián Herranz, el siguiente pensamiento pronunciado por San Josemaría, el 28 de enero de 1963: "Si me dicen que haga una estatua, yo comenzaré. Si veo que no me rsulta, diré: yo no lo sé hacer, y por eso no dejo de ser una persona honesta. Sería un hombre poco honrado si pidiese que me dieran muchos años para hacer la estatua. Es mejor decir sencillamente: no puedo. Es una manifestación d sinceridad". Hermosa lección, que anoto en mi libreta y aquí en mi blog, y que haré llegar tan pronto como pueda a la lectora de los domingos, arriba citada. Si tu quieres recoger el mensaje, encantado. 

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lunes, 11 de julio de 2011

DESDE MI VENTANA

Cada persona es importante, no sólo por lo que hace o dice, sino por lo que es. Cada persona es un regalo, un hijo de Dios.






DON BERNARDO

11 DE JULIO DE 2011


Hoy ha venido a verme un anciano. Venía con una única preocupación: saber si le habían erigido una calle a Don Bernardo Herráez. Le dije que no tenía noticia pero que de inmediato nos podríamos enterar por que en internet está todo. Y en efecto, acudí a internet y encontré la noticia que a continuación trnascribo: "La Atalaya se ha trasladado este miércoles al Colegio Diocesano "Asunción Nuestra Señora" en Ávila para participar del homenaje que rinde la ciudad a Don Bernardo Herráez, antiguo gerente de la Conferencia Episcopal, fallecido hace un año. El recuerdo a este sacerdote que hizo mucho por la provincia se ha programado con unas Jornadas de Comunicación y Educación y con la inauguración este jueves de la calle que llevará el nombre del que fuera también presidente de COPE". Enterado el anciano, y despues de hablar de quienes fueron locutores de la COPE en tiempos pasados, me hizo grandes alabanzas de Don Bernardo. No sabía este buen hombre lo que había destacado el alcalde de Avila, a saber: “el papel que Don Bernardo tuvo en la COPE, pero tuvo un papel importante en la provincia de Ávila, porque fue un adelantado en el tiempo, porque en materia educativa puso en marcha el colegio y sin su dirección no hubiera hecho posible que tantos abulenses pasaran por sus clases”, pero fue casi lo mismo que lo que el anciano a mí me dijo. El anciano que vino a verme, fue hace unos años, un buen alumno mío, en las catequesis de adultos organizadas por la parroquia. ¡Con que ilusión llegaba todas las semanas a la catequesis! ¡Con que interés había leido los temas! ¡Que atención ponía en las explicaciones! Un buen ejemplo de como, a pesar de los años, se puede tener afán por saber, por aprender, por formarse. Tuvimos que despedirnos, comenzaba la Misa y Andrés, que este es el nombre de este buen hombre, es uno de los que asisten a diario. Le rogué que rezase por todos, pero en especial por los que dedican tiempo y esfuerzo a la información. Y que acudiese a Don Bernardo, el buen sacerdote que goza ya de una calle en Avila y, sobre todo, de un buen puesto en el cielo. "Don Bernardo -dijo Mons. Jesús García Burillo, obispo de Avila-, fue un sacerdote obediente, una persona humilde, sencilla, tenaz, inteligente y fiel a la Iglesia”. Enhorabuena.

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domingo, 10 de julio de 2011

DESDE MI VENTANA

Hay hechos que no se olvidan. Por su importancia, por su proyección posterior, por su sigularidad. Es una ley universal.


DÍA 10 DE JULIO DE 2011

Efectivamente, cenamos juntos: el director de la empresa, el párroco, el médico, el practicante y yo. También estuvo en esta cena otro coadjutor de Barruelo, Moisés. Fue aquella cena, una experiencia única para mi. Nunca había tenido la ocasión, hasta entonces, de compartir mesa y mantel con un grupo de personas tan cualificadas. En aquellos tiempos, sobre todo los que descendíamos de familias humildes, no era costumbre de reunirse a cenar cualquier día. Los años del Seminario habían transcurrido en estas mismas condiciones. En resumen, tener una cena de estas características no era nada corriente en el ambiente que yo me movía. Trans la presentación que hizo Don Manuel de sus dos coadjutores, la cena discurrió con exquisita normalidad. Se habló de todo: de la situación laboral del pueblo, de los problemas de los mineros, de los colegios y escuelas públicos, de los Maristas, de todo un poco. La voz cantante la llevaba Don Manuel. Le seguían en orden de intervenciones, el practicante y el médico. El Director de la mina hablaba menos. Pasados los postres, entramos en copas. Era la primera vez que probaba whisky. Lo hice, eso sí, con moderación, como con moderación lo hiceron los demás comensales. Jugamos a las cartas y charlamos y charlamos. Tanto que se nos hicieron las dos de la mañana. Total, cuando nos retiramos a dormir eran casi las tres de la madrugada. Yo tenía que levantarme a las seis treinta para ir a decir Misa a las Monjas. Poco tiempo me quedaba para reponer fuerzas. Preocupado por la hora de levantarme, casi no pegué ojo aquella corta noche. Al fin, me dormí. En lo mejor del sueño, sonó el despertador. Arriba y enseguida a las Monjas. Así fueron transcuriendo los primeros días de mi saecerdocio. Conocí el Barrio de las Casas Baratas, donde había una pequeña capilla para celebrar. Conocí Porquera de Santullán y Revilla de Porquera, visité el Santuario del Carmen, y el pueblo de Vallejo de Orbó, y el Calero y Brañosera, y otras cosas más. Pasados quince días, volví al pueblo, a Villasarracino, donde me esperaban mis padres y hermanos. Me vieron llegar contento. Les puse al corriente de lo que había visto y oído y, sobre todo, lo que había experimentado. Mi padre y mi madre se quedaron contentos y tranquilos cuando me escucharon decir que los mineros eran buena gente, Que no se metían con los curas. Es más, que cuando terminaba la Misa de los domingos, los que habían acudido a ella, invitaban siempre al sacerdote a tomar el blanco. Lo del blanco, fue una experiencia curiosa que algún día podré contar más despacio. Entonces lo urgente era preparar los cuatro muebles que tenía, cargar la vajilla necesaria y volver a Barruelo. A principios de agosto debería estar de nuevo en la Parroquia. Y aquí termina el relato de mi primer viaje a mi primera parroquia de mis primeros días de sacerdocio. Gracias.

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sábado, 9 de julio de 2011

DESDE MI VENTANA

Tuve la suerte de encontarme con un buen Párroco: Don Manuel. Destacaba en bondad y en sentido común. Aprendí de él, entre otras cosas, a procurar ser responsable en el ministerio, pero sin agobio.



ADEMAR DE BARRUELO
DÍA 9 DE JULIO DE 2011

No sólo aquella noche, sino quince días más estuve hospedado en el Hotel Navamuel. Eso sí, en otra habitación, más grande, más silenciosa y más cercana. Esto me ayudó a estar más cómodo y descansar mejor y olvidarme de las pesadillas del primer día. En este Hotel conocí a mucha gente. Hice amistad con personas de distintos oficios. Además degusté la buena comida que preparaba la dueña. Entre las cosas que degusté, aunque parezca una cosa nimia, fue la morcilla hecha con arroz y servida en trozos pequeños. En mi pueblo la morcilla se hacía con cebolla y se servía entera. También degusté por primera vez mejillones; y otras cosas más sobre las que no quiero extenderme.

La celebración de la Misa en la Capilla de las Monjas fue de nuevo positiva. Me dieron de desayunar. Poco después me acerqué a la parroquia de Santo Tomás. Encontré a Don Manuel en la sacristía, "echando", como se decía entonces, un cigarro de tabaco picado. A su hora, celebró la Misa. Una vez terminada y recogidas las cosas, nos fuimos a la casa parroquial. Por el camino, me fue presentando a las gentes que nos encontrábamos y me iba informando sobre los edificios de interés. Y, además, lo recuerdo bien, me señaló el lugar donde iba a estar mi casa. Ya en su despacho, me trazó de forma sencilla pero práctica, lo que iba a ser mi trabajo pastoral: "celebrarás en las Monjas todos los días; algún día en los Maristas, visitarás enfermos; más tarde darás catequesis a los niños; impartirás unas clases de latín en una academia; y pasarás largos ratos en la iglesia, ayudando, bautizando, confesando y cantando en las Misas. El resto del tiempo, que no será mucho, lo podrás usar para descansar, pasear". Pasear por la plaza. Don Manuel tenía aprendido que a los curas no sólo tenían que vernos en la iglesia, sino también en la calle. Pasados algunos días, me dió otros encargos: "celebrarás en las Casas baratas y asistirás a un pueblo cercano, ...". Fue aquella, una mañana llena de sorpresas. Antes de almorzar visitamos al Director de Minas, al médico, al practicante. Por cierto, aquella noche cenamos juntos. (Seguirá mañana)

viernes, 8 de julio de 2011

DESDE MI VENTANA

No todo lo que se vive se recuerda, sólo algunas cosas. Ahora bien, cuando se tira del hilo, como dice el refrán, sale el ovillo. Esto me está pasando a mi, después de tantos años, con los recuerdos del primer viaje que hice a Barruelo de Santullán.





PLAZA DEL AYUNTAMIENTO DE BARRUELO
 DÍA 8 DE JULIO DE 2011

Me despedí de D. Manuel. Acompañado por su ama, llegué al Hotel Navamuel. Estaba en la Plaza del Ayuntamiento, cerca de la casa del parróco. Era entrada la noche. Saludé a los dueños que fueron muy amables conmigo. Luego supe que tenían también muy buena relación con el párroco. Les manifesté el deseo de pasar allí la noche. Se mostraron encantados. Pedí habitación para dejar la pequeña maleta que llevaba conmigo y asearme un poco. Era época de veraneantes. Me señalaron una pequeña habitación en el piso de arriba. Para pasar una noche me pareció suficiente. Me instalé en un momento. Bajé al comedor a cenar antes de que cerraran. Me coloqué en una mesa para cuatro personas que estaba vacía. Pronto llegó un nuevo cliente que ocupó la misma mesa. No recuerdo su nombre, sólo recuerdo que era un viajante. Hablamos de nuestras cosas: yo de mi sacerdocio recién estrenado, él de su mercancía y clientes. Ante una ligera indicación de la dueña, nos levantamos de la mesa. Con un cortés hasta mañana, nos dirigimos a nuestras habitaciones. Allí, terminé mis rezos y me dispuse a descansar lo mejor posible. Pero no fue fácil. Apenas había conciliado el sueño llegaron inquilinos, que hablaban alto y alborotaban bastante. Más tarde, llegaron otros, y luego unos terceros. Total que eran las dos de la mañana y no había pegado ojo. Además, era la primera vez que dormía fuera de casa o en el seminario, y comencé a pensar en lo difícil que iba a ser pasar allí aquella noche y, sobre todo, las que luego vinieran, porque tenía la intención de hospedarme en ese hotel hasta que pudiera poner casa propia. "Si supiera mi madre la mala noche que estoy pasando". Y entre el ruido y los pensamientos inútiles, se hiceron las cuatro de la mañana. Al fin, rendido por el sueño y el cansancio, me dormí. No me duró mucho la tranquildiad del sueño, porque a las cinco de la mañana, empezó a oirse de nuevo el ruido. Me levanté, me aseé y me dispuse a rezar. Al rato, ruidos del lechero, de la cocina del Hotel, del reloj de la torre. A las siete, tenía Misa en las Monjas. Minutos antes de la siete, estaba en la capilla. Me esperaba una religiosa, de hábito y toca en la cabeza. Me acompañó a la sacristía, a los cinco minutos comenzaba la Misa, en latín: "In nomine Patris, et Filii et Spiritus Sancti... Era una de las diez primeras misas. No sé si por la piedad de las monjas o por mi propia piedad, fue una Misa inolvidable. (Seguirá mañana)

jueves, 7 de julio de 2011

DESDE MI VENTANA

En los viajes, además de hacer amigos, se aprenden muchas cosas. Hace falta escuchar con serenidad, tomar alguna nota, aunque sea mentalmente, y saber agradecer. Yo aprendí hermosas lecciones en este mi prmer viaje a Barruelo.


DÍA 7 DE JULIO DE 2011

Hablamos mucho en aquel viaje. El compañero de tren me informó de como estaba Barruelo en aquellos momentos. Era el año 1963, mes de julio. Habían pasado casi treinta años desde la enfrentación entre hermanos, en la Guerra Civil. Me dijo que aún quedaba algún resquemor y algún resabio religioso sobre los curas, pero que la gente había cambiado últimamente mucho. Es cierto, añadió, que un grupo de mineros no acuden a la Iglesia, pero hay otros que lo hacen con frecuencia. Y para confirmar lo dicho afirmó: "Uno de esos, soy yo, trabajador en la mina, ahora de baja; precisamente vengo de Palencia de hacer una revisión. Acudo al templo todos los domingos, tengo amistad con el Párroco y con el coadjutor que ha estado hasta ahora, y si quiere, la tendré con usted". Nos ibamos metiendo en harina. Y poco a poco yo me iba serenando por dentro y de vez en cuando pensaba: cuando vuelva a ver a mi padre le diré todo esto. Estos pensamientos me tranquilizaron bastante. Mi acompañente lió otro cigarro. El tren se había parado en las estaciones o apeaderos del trayecto. Aproveché para preguntarle: ¿Y como ha ido cambiando todo esto? El me dijo: "El tiempo cura las heridas y atempera los ánimos. En Barruelo ha sido providencial la presencia de los Hermanos Maristas y las Hermanas de la Caridad. Por el Colegio de los Hermanos Maristas han pasado muchas personas y han ido aprendiendo a querer y a perdonar. Y por las Hermansas de la Caridad han pasado los heridos en la mina y han comprobado el cariño inmenso de estas mujeres". Con el tiempo, viví en Barruelo catorce meses, comprobé todo lo que mi compañero de viaje me explicó. Durante este tiempo, asistí como capellán a las Religiosas y también asistí a los Maristas.

En un determinado momento, manifesté a mi compañero de viaje, que iba a rezar Vísperas. Le pareció muy bien. Terminados mis rezos, poco después, llegamos a Aguilar de Campoo. Un olor agradable se percibía en el ambiente. Era la Fábrica de Galletas de Fontaneda. Cambiamos de tren y enseguida, pasando por Villavega, Cillamayor, llegamos a Barruelo. Mi compañero de viaje me llevó hasta la casa del Párroco: Don Manuel Palaciós, un sacerdote bonachón, dicharachero, simpático. Compartían despacho con el párroco, un ruiseñor y un felino. Por allí estaba también la señora Victoria, ama de cura, con la que después hice amsitad. Me presenté como era de rigor. El párroco me dijo que encantado en conocerme, pero que como era un poco tarde, mejor sería que me fuera al Hotel Navamuel, a cenar, a descansar y que nos veríamos al día siguiente. Obedecí y así lo hice. (Seguirá mañana)

miércoles, 6 de julio de 2011

DESDE MI VENTANA

No siempre fue tan fácil como hoy realizar los translados. En estos momentos abundan los transportes públicos. También se dispone de vehículos propios. Todo lo cual hace más cómodo y rápido ir de un lugar a otro. No siempre fue así. Es el caso que voy a contar de mi primer viaje a Barruelo de Santullán.



TREN DE LOS AÑOS SESENTA
 DIA 6 DE JULIO DE 2011

Pasado el tiempo, quizás parezca exagerado lo que voy a contar. Pero en aquel momento, no dejaba de ser una pequeña aventura. Había recibido mi primer nombramiento el día 5 de Julio, el día 10 del mismo mes, tenía que estar en el lugar de destino. De mi pueblo, Villasaracino, hasta Barruelo, puede haber ochenta kilómetros. No había línea de autobuses, yo no tenía coche propio, ni moto, ni siquiera bicicleta. Sólo me quedaba viajar en tren, salir desde Osorno, once kilómetros de mi peublo, y viajar hasta Aguilar de Campoo; después desde allí empalmar con otro tren hasta Barruelo de Santullán. Para llegar a Osorno, existía un viejo autobús diario. Antes de iniciar este viaje, tenía programado, como premio, pasar un par de días en Burgos, en casa de quienes fueron padrinos de mi primera Misa. Y así lo hice. Llegué a Burgos en un coche particular y volví en el mismo. De la estancia en Burgos, recuerdo buenas cosas. Además de encontrarme con gentes nuevas y tierras nuevas, la alegría que experimenté en la celebración de la Santa Misa en un altar de la Catedral. Fue para mi como un sueño: yo cura joven, de pueblo de toda la vida, poder celebrar en la hermosa Catedral de la Ciudad Castellana.


Pero vayamos al viaje. Era por la tarde, mes de julio, calor de verano. Era casi anochecido, cuando monté en un viejo tren en la pequeña estación de Osorno. Como todos los curas de entonces, vestía de sotana, limpia, recién estrenada, eso sí. Tenía yo entonces venticinco años, pelo negro, un cura joven, sin estrenar. Llevaba conmigo una pequeña maleta con el Libro de las Horas y la ropa imprescindible para tres días. Entré en el departamento del tren con cierta precaución. Viajaba poca gente aquel día. Entre los que formaban el grupo de viajeros, estaba un señor de mediana edad, bajo de estatura, muy hablador, muy fumador y muy simpático. Saludé a todos y enseguida entré en conversación con este hombre. Le pregunté a dónde iba. El me preguntó que a dónde iba yo. Coincidió que los dos, curiosamnte, íbamos a Barruelo de Santullan. Me cayó bien aquel hombre desde el primer momento. Pasado algún tiempo, fuimos buenos amigos. No tardó en sacar su petaca del bolsillo, papel de hacer cigarros y comenzó a liar uno. Me ofreció tabaco, le dije que no fumaba. Pero alabé el modo de hacer el cigarro y le conté la habilidad que tenían mis abuelos, y además le dije que mis dos abuelos eran grandes fumadores, que mi padre no lo era y que quizás por ello, yo tampoco fumaba.


Y al nombrar ahora a mi padre, me acuerdo de las recomendaciones que me hizo antes de emprender el viaje a Barruelo: "Mira, hijo, me dijo, vas a un pueblo defícil. Casi todos son mineros, y no olvides la fama que tienen los mineros". Me dijo más: "Recuerda que durante los años de la guerra civil española, los sacerdotes lo pasaron muy mal, por esos lugares". Y además, me dijo: "Los mineros tienen fama de ser poco religiosos, así que ten cuidado y no te metas en líos".
(Seguirá mañana)

martes, 5 de julio de 2011


DESDE MI VENTANA

Desde este lado de la ventana, donde descansan y revolotean los recuerdos y las vivencias pasadas.



 DÍA 5 DE JULIO DE 2011


"Trabajaréis en las Parroquias en las que habéis ayudado como diáconos este último año. Tu, Jose Ignacio, en la de San Francisco Javier;  y tú, Juan, en la de Santa María de Barañain". Así lo anució el Sr. Obispo de Pamplona, Mons. Francisco Pérez, en la homilía que pronunció el domingo pasado, 3 de julio, en la ordenación de estos dos nuevos presbíteros. Una manera pública y directa de dar nombramientos. No siempre se hizo así.

Parroquia de Barruelo
Contaré como y cuando recibí yo mi primer nombramiento. Me había ordenado en el Seminario de Palencia el día 29 de junio de 1963, festividad de San Pedro y San Pablo. Acababa de ser elegido Pablo VI como sucesor de Cristo en la tierra y el Concilio Vaticano II seguía sus sesiones con normalidad. Y allí, en el Seminario palentino, veinticinco diáconos, éramos consagrados presbíteros de la Iglesia Católica. Dije mi primera Misa, en un ambiente festivo y alegre, el día 2 de julio del mismo año, en Villasarracino. Cuatro días después, llegó el cartero a mi casa. Me entregó un sobre con membrete del Obispado de Palencia. No hacía falta ser adivino para saber que se trataba del nombramiento. Sin embargo, recuerdo que lo abrí con cierta emoción y parsimonia. En una cuartilla, escrita con letras de máquina, aparecía el lugar de mi primer destino. El corazón me dió un vuelco. Estaban mis padres delante esperando que les comunicara el lugar. No lo hice enseguida. Me hice el remolón, tardé algunos minutos. Mientras, me vino a la cabeza la cantinela que mi padre me había repetido en los días anteriores: "José María, tú irás destinado a Polentinos o a Vidrieros". Eran dos de los pueblos más pequeños del norte de la provincia Palencia. Pues no acertó mi padre, el destino era otro. Se trataba de Barruelo de Santullán, zona minera. Mi padre me hizo repetir el nombre y un tanto incrédulo, me pidió la carta. Lo hice. El texto que leyó en voz alta, decía más o menos: D. José María Calvo de las Fuentes, se le nombra por la presente, Coadjuntor de la Iglesia Parroquial de Santo Tomás Apóstol de Barruelo de Santullán. Se pondrá al servicio de Don Manuel Palacios, Párroco de dicha Iglesia, el próximo día 10 de julio. Quedaban sólo cinco días.

Aquella mañana, me acordé del pasaje evnagélico que dice: "Designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: “La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies". Y medité en él. Pasados los años, leí en Camino: "Id y predicad el Evangelio... Yo estaré con vosotros..." -Esto ha dicho Jesús... y te lo ha dicho a ti" (904). Lo del viaje a Barruelo, lo dejaremos para mañana.